9. Servicio de habitaciones
La empresa daba muestras de deterioro, y Jaramillo, preocupado por lo que parecía ser el fin de su prostíbulo, prefería matar el tiempo reparando desperfectos en aquel renqueante negocio. En las habitaciones vacías, entraba y se ocupaba de la instalación, y en uno de esos cuartos observó algo que lo desconcertó. Unos cables pelados se asomaban al cabezal de la cama y amenazaban con descargar su fuerza en quien los tocara. Vio que no era como para causar grandes males o la muerte, aunque sí podría ser doloroso el menor roce. Mientras se afanaba protegiendo los hilos, que por cierto no alimentaban ninguna lámpara o aparato, entró un cliente casi desnudo, acompañado por una joven que le vendaba los ojos, le ataba las muñecas y lo tumbaba sobre la cama. La chica, acostumbrada a las estrecheces, se mostró indiferente a la presencia de otras miradas, y así sacó una fusta, se puso un antifaz, quitó las protecciones de los cables y echó al incrédulo electricista del cuarto. Mientras cerraba la puerta, la chica le guiñó un ojo y se dirigió a él en una lengua desconocida. Ya en el pasillo, Jaramillo escuchó unos gemidos desconsolados.
Comentado en tu casa, pero añado e insisto que algo encendidos habrán acabado los personajes o al menos morados. :))
Un abrazo y me alegro de tu retorno con el personaje más hecho de este mundillo nuestro.
Saludos Juan manuel
Ando que si sí, que si no, pero no me alejo mucho de los relatos, maestro Montesinos. A ver qué tal se da el verano.
Un saludo
JM
Con razón dicen que sobre gustos no hay nada escrito… ¿O era que sobre gustos ya está todo escrito? En fin, que es la tuya una propuesta interesante, sin duda.
Saludos.
Ya sabes, Eduardo, eso de «churráscame, que me va tu rollo». Pues es lo mismo, pero con tecnología.
Un saludo
JM
Un mundo curioso y extraño que combina el placer y el sufrimiento y, como testigo de excepción, nuestro amigo Jaramillo, quién mejor, que tuvo que ir a ejercer sus dotes de electricista a otra habitación. Si las paredes de estos establecimientos hablasen tendrían mucho que contar, o tal vez que callar.
Suerte y un saludo
Esas paredes guardan secretos que, fuera de ellas, valdrían millones, y Jaramillo en la inopia.
Un saludo
JM
Juan Manuel, coincido con mis compañeros, si las paredes hablasen. Suerte y saludos
Pues sí, las paredes no tienen secretos desde que se usa la lámpara de luz negra del CSI…
Un saludo
JM
Lleno de secretos electrizantes está este hotel de carretera. ¡Y Jaramillo sin enterarse! Un abrazo
Qué descuidado es el bueno de Jaramillo: con tantas cosas que atender…
Un saludo
JM
Me encanta la naturalidad de la mujer cuando quita las protecciones de los cables, esta señorita se las sabe todas. Buen relato juan.
saludos
Tiene mucho oficio esa pobre.
Un saludo
JM
Está claro que en estos hoteles puede pasar de todo, y esta es una buena muestra.
Muy buenas descripciones del lugar y los personajes.
Abrazos.
No sé si son los hoteles o es la noche, que difumina los contornos de las cosas.
Un saludo
JM
Hay sitios y facetas de la vida en los que vale todo. Me alegra haberme encontrado de nuevo con el entrañable Jaramillo. Electrizante relato al que le deseo mucha suerte 🙂
Jaramillo es un tipo con suerte al que no le importa aprender cosas nuevas, aunque a veces tarde en entenderlas.
Un saludo
JM
Vaya, me descuido un poco y a la vuelta me encuentro a Jaramillo que ha cambiado de profesión!!
Muy bueno Juan M. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
En la penúltima entrega, Nani, nuestro Jaramillo había abierto un cabaret de gordas, y en esta se cuenta el momento en que decidió abrirlo. La cronología está alterada para dar unidad a los micros, aunque estos se hilvanen.
Un saludo
JM
Original propuesta y narrada con buen ritmo.
Suerte y abrazos
Muchas gracias, Anna. Ando un poco alejado, pero espero ponerme al día en breve.
Un saludo
JM
Cuando un lector se divierte ya ha valido la pena escribir. Gracias.
Un saludo
JM
Juan en la vida hay que probar de todo dime la dirección de este hotel, jajaja,seguro que le dejó el culo morado. Y la meretriz, sí, señor una autentica profesional. Muy divertido, un abrazo, Sotirios.
Jaramillo piensa que todo lo que se hace libremente y sin dañar a nadie es legítimo. Por eso, aunque a veces se sorprenda, su mente es abierta.
Un saludo, Soti.
JM
Jaramillo tendrá que establecer reglas sobre el sadomasoquismo o algún día de estos le queman el negocio. Buena idea, divertido relato. Suerte Juan M.
Saludos.
Bueno, Jaramillo deja esas tareas a profesionales cualificados, por eso no teme por su negocio. jaja
Un saludo
JM
Jaramillo, un gran humano y personaje literario, siempre mirando por el bien de su prostíbulo. Juan M. ¿estás ya preparando la novela de Jaramillo? ¿O solo es personaje de micros? Saludos, máquina.
Esa es la idea, Lorenzo, y de hecho ya tengo el esquema y un tercio escrito, pero me falta tiempo. Las píldoras que cuelgo en el blog y en los concursos son para ver cómo funcionan. Espero poder ponerme en septiembre a ello.
Un saludo
JM
Buen relato. Me pregunto, me agrada Jaramillo ¿De donde será?
Felicidades.
Gracias, María. Tu pregunta es difícil de responder porque Jaramillo es poliédrico.
Un saludo
JM
Si ese prostíbulo ofrece este tipo de propuestas no está mal que mantengan a un electricista, por si se corta el suministro. El personaje de la chica, con toda su profesionalidad e indiferencia, genial. Nos dejas otro micro divertido para este mes, a pesar de terminar con esos gemidos desconsolados.
Suerte y saludos.
Muchas gracias, Rafa. Me encanta divertir con estas historias, y Jaramillo, pese a su adusto carácter, me ayuda a ello.
Un saludo
JM