31. La cita (Mª Asunción Buendía)
Acepté la cita más extraña que nunca hubiera imaginado.
Pero todo era extraño en mi vida desde el día anterior.
— Hay dolencias y lesiones que no muestran cara alguna hasta que esa cara es muy, muy fea, espantosa.
Era una bonita forma de decirlo, aunque no restaba dramatismo, mi madre acababa de sufrir un infarto, estaba muy grave. No me había dado cuenta hasta entonces de lo reducido de mi mundo, mi madre y yo.
Y ahora Anselmo.
Fui a la cita. Quité el contacto del coche echando un largo vistazo al lugar en que me encontraba. Un típico hotel de carretera. No había estado en ninguno e inevitablemente lo asocié a los sórdidos relatos de novela negra.
Me abrí paso hasta un pequeño mostrador de recepción. Un hombre de mediana edad me indicó la habitación donde él me esperaba.
Tras unos toques leves en la puerta me llegó el eco de unos pasos y finalmente se abrió. Al verle comprendí la dimensión de la palabra “padre”. Pensé que todo era una confusión, seguramente no dijo ser “mi padre Anselmo” sino “el padre Anselmo”.
— Pasa… hija, sí, soy tu padre. Y también el padre Anselmo, prelado doméstico de su santidad.
Qué linda historia. Me parece muy real. Felicidades!
Me alegro de que te parezca linda, y real.
Un abrazo.
Podía haber ido al programa «Hay una cosa que te quiero decir». Dudo que el padre Anselmo hubiese acudido a la cita.
Curiosa situación la que nos planteas, aún le estoy dando vueltas a la cabeza.
Lo importante es que me ha gustado y me ha entretenido.
Un beso y saludos a tu marido de mi parte.
Jesús cuánta razón tienes, parece para un programa de esos. Aunque la realidad siempre supera la ficción.
Saludo a mi marido de tu parte, y a ver si coincidimos de nuevo.
Un abrazo grande.
Un relato Asun que no deja indiferente. Me ha gustado bastante. Suerte.
Besicos muchos.
Bueno si te ha gustado bastante, ya es para mi mucho.
Un beso
Asun, un relato que mantiene la intriga hasta el final. Me gusta. Un abrazo
Gracias Concha esa era la idea, y se me cruzó un cura por delante y me vino ese final.
Abrazos
Hola Asun, una historia muy buena que se aclara al final, como tu muy bien dices, comprendiendo la dimensión de la palabra «padre».
Besos
Ese padre no se lo debía haber tomado al pie de la letra y nunca tuvo que haber tenido una hija, aunque entonces esta protagonista no hubiera existido, en fin, no se como se me ocurrió este final.
Besos
Ese final imprevisto le da a tu relato toda la fuerza que hilvana desde el comienzo, muy bien narrado, La relación de: cita, hotel y padre Anselmo le da otra dimensión.
Muy bueno. Un abrazo y suerte.
Claro todo está relacionado, la madre enferma que hace reaparecer a ese Padre Anselmo, el caso es que era más largo y al recortarlo para las 200 palabras no se si entiende muy bien. Pero en lo esencial parece que sí.
Gracias y saludos.
Ya lo dice el refrán : ‘Nunca digas este cura no es mi padre’.
Muy bien contada esta historia. Podemos imaginar la cara de sorpresa de la protagonista ante una situación que , aunque no lo parezca, es bastante cotidiana.
Suerte y un saludo.
María José tienes toda la razón, aquello de «de este agua no beberé y este cura…» los refranes son siempre ciertos.
Besos
¡Hay los extramuros de los conventos cuánto guardan!
Lo que no sabemos es lo que habrá pensado el recepcionista del hotel.Aunque me figuro que estará de vuelta de todo.
Buen relato. Besos.
Virtudes cuánta razón tienes, si las paredes hablaran, qué no dirían.
Efectivamente los recepcionistas de estos sitios no se extrañan de nada. Besos
Asun, una cita con el pasado que tal vez aclare una vida de hermetismo e incomunicación. Refleja una realidad de la iglesia que tarde o temprano ésta debe abordar. Muy bueno. Abrazos.
Ay la iglesia tiene tanto de lo que arrepentirse, aunque quienes somos los demás para juzgar a nadie.
En fin esta ha sido mi propuesta para el mes.
Abrazos
Tienes razón ellos predican, pero no con el ejemplo. Me alegro de que te haya gustado, para mí eso es ya un premio.
Un abrazo,
Buen relato, contado de forma clara y que no deja indiferente.
Me ha gustado.
Un abrazo
Me alegro Blanca de que te haya gustado.
Saludos
Me gusta, Asun. Me gusta la presentación, el nudo y el desenlace.
Un micro muy bien estructurado, dirigido al origen de la trama.
Sorpresivo y sorprendente. Muy bien trazado.
Un abrazoooo
Gracias Amparo, eres muy buena y me lees con buenos ojos.
Pero ya sabes como valoro tu opinión, así que me alegro de que te guste.
Besos grandes
Asun la sencillez con la que lo narras no resta la profundidad de la trama en el que tu historia esta inmersa. Dualidad, sorpresa y toques muy tiernos.
Un beso.
Gracias Mª Belén, sobre todo dualidad es lo que hay en mi relato, tal como en la vida real.
Abrazos
Te has supetado Asun y encima con repasito al clero q hoy anda dedorienrado y sin sus eternos beneficios » fiscales».
Sabes lo q eran las barraganas? EL apellido Barragan viene d ahí,.Y quien organizaba la prostitución en un amplio periodo de la edad medua?
Es q me encanta desenmascar a quienes generan culpa en los demás y no a si mismos.
En fin,el final buenísimo,marca de la casa eh.
Besin Asun
Hola guapetón, sí marca de la casa, hacía tiempo que no usaba el final sorpresivo, y estoy desentrenada. Bueno y este mes creo que me he entonado un poco, porque el pasado…
Que me hacen falta unas vacaciones, solo eso.
Un beso grandote, desde Madrid.
El cierre por si solo puede funcionar como un hiperbreve, en el que se conjugan varias historias. La que cuenta me gusta, muestra la hipocresía del celibato. ¡Suerte!
Saludos.
Es verdad, tiene mucha fuerza esa frase final, me alegro de que te guste.
Un abrazo
Me gusta Asun, vengo de tu casa para repetírtelo.
Suerte y otro beso.
Ya te he visto por allí, y por allí por partida doble.
Y si ya sabes de este agua no beberé, ni este cura no es …mi padre.
Besos
Interesantísimo este relato, Asun. Me pongo en el lugar de la protagonista y del impacto que recibe al enterarse del secreto que desvela el Padre Anselmo… Seguro que muchos en situaciones parecidas se quedaron para siempre sin conocer a su padre. Suerte y saludos
Bueno el lugar de la protagonista es un trago, y lo malo es que en casos así estos hijos llevan una culpa a cuestas que no les corresponde.
Un abrazo.
Otro relato atrevido que rodea al hotel de carretera con una historia compleja (la de los protagonistas) de la que se puede seguir tirando del hilo sin problema alguno. Un relato que invita a leer y seguir leyendo lo que venga después. Me gusta mucho como has tratado lo espinoso de tu transfondo. Mucha suerte 🙂
Hola Juan Antonio, es una historia complicada, un pasado que alcanza a la última de sus protagonistas. El final se me ocurrió repentinamente.
Besos grandes
Realmente, ASUN, está para decir ¡Hostias!(vengo de leerte en tu blog)… y yo que me imaginaba una cita romántica (qué prosaico lo mío ;))… hay que ver las maneras en que a una se le ensancha el mundo, y tan de repente…
Muy bueno, me gustó.
Cariños,
Mariángeles
Gracias Mariángles, esa expresión me hizo mucha gracia y dije que le venía al pelo al relato.
Muchas besos
Vaya! Así que era el Pater… familias!!
Qué curioso y pícaro relato!! Me ha dejado una media sonrisita, a pesar de su crudeza.
Abrazo.
Pues si la imagen del prelado ese del papa invita a imaginarse a un abuelete bonachón. Pero mira resultó ser muy pícaro.
besos
Hola, Asun, original historia. Me ha gustado el modo que has usado para relatar, que nos cuenta lo que pasa e incorpora, al mismo tiempo, el sentimiento de quien lo vive. Y cómo has jugado con el doble sentido de padre. Abrazos.
lorenzo esa palabra padre toma de verdad otra dimensión, no es solo un tratamiento para este prelado. En fin esta ha sido mi propuesta para el hotel de carretera.
Un abrazo.
Hola, Asun, me recordó la guerra de las galaxias “Yo soy tu padre” JA ,JA ,JA , nunca es tarde para descubrir que tienes un papa. Muy bueno, amiga. Un fuerte abrazo, Sotirios.(Mi relato Valentina ha sido publicado en un libro que se llama “Antología I concurso relato corto de terror” está en mi blog sotiriosmoutsanas.blogspot.com me haría mucha ilusión que lo leyeras)
Muy bien Soti pasaré a leerlo, seguro que me gusta.
Gracias por pasar por mi relato.
Besitos
Oleee, si ya lo dice una máxima popular…Nunca digas de este agua no beberé ni este cura no es mi padre…;). Un micro bien llevado, me ha gustado especialmente ese «No me había dado cuenta hasta entonces de lo reducido de mi mundo, mi madre y yo.», por lo real y cotidiano. Mucha suerte.
Todos los dichos populares tienen razón, y este no iba a ser menos.
Se me ocurrió este desenlace para el relato del mes.
Besos
Siento como que la historia tiene dos partes que no tiene nada que ver una con la otra, o faltan elementos que dejas para el lector y no pillo. ¿Como se desarrolló la cita, quiero decir, qué información recibió para decidir asistir a esa cita? Creo que en esta historia han desaparecido claves necesarias para los lectores algo más torpes como yo, jeje. En fin, lo importante es que tu relato ha gustado a todos menos a tu amigo Javier. Suerte.
Javier es verdad que puede parecer un poco inconexo, normalmente ocurre al tener que reducir para cumplir con las 200 palabras. La cosa es que la madre enferma y confiesa a su hija quién es su padre. Y el padre la cita en el hotel de carretera, quizá donde empezó todo. Es decir puede que sea el lugar donde sedujo a la madre.
Bueno espero que leas esta explicación y te empiece a gustar un poco mas.
Ojalá gustara a todos, en especial a los del jurado no crees?
Me encanta tu sinceridad porque así deberíamos ser todos, y además me da mucha confianza entre nosotros.
Besos.
Claro que te leo, y creo que tu tienes en la cabeza esas cosas que apuntas y quizás no estén en el relato, ese decir de la madre, por ejemplo. Lo importante es recibir las opiniones, como esos Pum que me apuntas. Lo he pensado y siento que la imagen y el sonido es lo que la memoria del padre les traen. Nos leemos.
OK Javier, estoy de acuerdo, recibir opiniones presupone que te han leído con atención.
Un besito.
Gracias Ana, el mundo cambia poco a poco, quien sabe si veremos esa posibilidad, la de que los curas puedan casarse. No es que me preocupe ese tema, pero está claro que dejó mucho dolor en otra época.
Besitos
Has mantenido la intriga muy bien hasta el final y le has dado un estilo ligero, con frases que son como pinceladas, al principio un poco inconexas, pero al final pasa como con los cuadros, te alejas un poco y ves la imagen claramente.
Suerte y abrazos
Gracias Anna, está claro que debo releer mucho mis relatos antes de publicarlos, ya que lo que para mi está muy claro, no lo parece para el resto.
Menos mal que al final te han parecido encajar las piezas.
Un abrazo grande.
Hola Asun, osea, un padre al cuadrado, ja,ja. La historia es buena y tiene frases que calan. Por lo de las conexiones no reflejadas, no te apures, a mi me pasa continuamente: la historia está en la cabeza, la plasmo y después paso la tijera recortando recortando hasta alcanzar el tamaño exigido. Es entonces cuando se pierden para el lector los hilos que yo tengo en mi mente. El mejor remedio para evitarlo es dárselo a leer a alguien y preguntarle si lo entiende. Un beso
Sí que resultó extraña la cita, y sorprendente. El encuentro merece otro micro donde se cuente la conversación que tuvieron después.
Suerte y saludos.