36. CUENTA ATRÁS
Tras doce años de matrimonio y once crisis superadas hasta la fecha, en solo diez minutos logras decidirte. Echas nueve prendas en la maleta, bajas los ocho escalones que separan la cocina de la cochera y piensas que en siete horas puedes estar en el otro extremo del país. Solo quedan seis litros en el depósito, pero quieres huir lejos, muy lejos, y dejas pasar hasta cinco gasolineras. Has dejado atrás cuatro desvíos, que has tomado al azar, cuando al salir de una curva las tres palabras de un luminoso llaman tu atención. Detienes tu vehículo junto a otros dos estacionados en la puerta. Un hotel de carretera y un nombre para la esperanza: “Kilómetro cero”.
¡Hola! Muy buen conteo,en ambos sentidos.
Suerte y saludos.
Elizabeth
Gracias, Elizabeth. Había ensayado también el conteo en el otro sentido, pero este, que fue el primero que se me vino a las manos, creo que quedaba mejor.
Saludos.
No Eduardo, este mes llevo mucho lío con el orden de lectura de los relatos. Acabo de leer el tuyo y ahora entiendo tu comentario al mío. Qué coincidencia lo de los números, sí.
Después de haber leído los comentarios de texto tan excelentes que te han dejado por ahí arriba, solo te diré que me han gustado mucho la estructura y el ritmo, y sobre todo esa cuenta atrás hacia la esperanza y la libertad que suponen partir de cero. Suerte y un abrazo.
Es un ocurrente juego de números con una historia cotidiana. Leído en voz alta suena bien; y posee otra virtud: recitado todo el mantra, aún con el eco en la mente, la imaginación pregunta las causas y los porqués. Parece simple, pero el texto es complejo…, una otra virtud. Felicidades.
Caramba, Daniel, lo del mantra no se me había ocurrido, pero de verdad, de verdad, que para llegar al relato en su forma definitiva, los distintos ensayos los iba leyendo en voz alta, a ver cómo me sonaban… Qué curioso que me lo señales.
Gracias por tu comentario. Saludos.
Eduardo, cuentas las ganas de empezar de nuevo con esperanza y claras imagenes. Suerte y saludos
Siempre tan amable, Calamanda. Pero sí, es cierto, creo que la esperanza para recomenzar nunca debe perderse.
Gracias, y un saludo.
Eduardo, me ha encantado la cuenta atrás, el modo en el que nos la narras y ese mensaje esperazador de un nuevo inicio. Un relato redondo. Un abrazo
Me encanta que te encante, Concha, como te puedes imaginar. Y yo no sé si es «redondo», como dices, pero sí quise imprimirle cierta circularidad, subrayada por la numeración: como si fuese una especie de letanía, como un mantra, como señalaba Daniel.
Gracias por tu comentario.
Saludos.
Que bien conseguido ese km 0. Le costó llegar pero seguro que no se arrepiente de no arreglar la crisis anual.
Inteligente intuición la tuya, Isabel, que no sabía si llegaría a captarse: doce años de matrimonio, once crisis… ¿Quién nos dice que esta es la definitiva? ¿La crisis desembocará en un nuevo comienzo en ese «Hotel Kilómetro Cero», o se resolverá en un regreso al hogar?
Ah… Esto es un micro, no «Sálvame», jeje. En cualquier caso, esa carretera, ese hotel son sin duda una liberación, no sabemos si definitiva.
Gracias por tu lúcido comentario.
Genial tu cuenta regresiva, ahora volver a comenzar…
Interesante manera de narrar.
Un abrazo y suerte.
Gracias, Moli, me agrada que te haya parecido una forma interesante de narrar. He querido condensar toda una historia, la de un fracaso, en una cuenta atrás esperanzada.
Aunque, como tú dices, no sabemos a dónde nos lleva ese «volver a comenzar», pues no sabemos si el círculo se cierra o no (y de ahí que haya escogido el 12 como comienzo, porque recuerda a la esfera del reloj).
Gracias por pasarte y por comentar. Un saludo.
Shshshs, muy bien! Llegaste exáctamente a donde querías en la cuenta precisa! Felicidades! Delicioso relato.
Gracias por tus felicitaciones, María.
Y sí, llegué a donde quería…: ventajas de ser el autor. Lo que aún no sé si he dejado a mi personaje en buen punto. Veremos.
Un saludo.
Buenos días.
No puedo decir otra cosa, que magistral. Me ha encantado esa forma de hilar la cuenta atrás con esa huida, ojala y ese kilómetro cero sea el de la esperanza para tu protagonista…
Un saludo y mucha suerte.
Nicolás, gracias por tus deseos de suerte para mi relato del mes. La necesitaré, dado el nivel del ‘personal’, jeje.
Y la verdad es que yo también deseo para mi personaje que esa promesa de esperanza recogida en el nombre del hotel se haga realidad, por mucho que empezar de cero sea difícil.
Gracias, y un saludo.
Mezclar matemáticas con literatura, ciencias con letras, da muy buenos resultados y como ejemplo tu cuento de este mes.
Me llama la atención lo que escribes, Paloma, porque quizá en ningún otro relato de los que haya escrito tenía tan presente lo que Poe (tan matemático, tan lógico él en sus cuentos) llamaba la «unidad de efecto». La idea la tenía clara desde el principio; la forma también. Pero hubo que ensayar: de atrás adelante, de adelante atrás; con frases de un solo verbo, con punto; con frases más elaboradas, alternando signos de puntuación; buscando cierta sentenciosidad, dejando más libertad en el pensamiento…
¡Demonios! ¡Es todo tan complicado! Hay una matemática del cuento, sin duda, pero creo que yo no estoy dotado para ella.
Gracias por tu comentario. Saludos.
Me parece muy eficaz mezclar los razonamientos lógicos o matemáticos (en este caso ir contando de 11 a 0)con las emociones o sentimientos, les dan otra dimensión científica. Además las frases cortas dan agilidad al relato, reflejan la idea de huida. A eso me refería.
De la matemática del cuento que hablas, no tengo ni idea.
Eduardo, me ha parecido genial. Cuenta atrás para el pistoletazo de salida a una nueva vida. Me ha encantado. Abrazos.
Salva, que una apreciación como la que haces de mi relato venga de alguien como tú, es ya suficiente para justificar mi participación de este mes. Gracias.
Un saludo.
Volver sobre tus pasos para comenzar desde el kilómetro cero, lugar y estado metafórico, no el de la Puerta del Sol.
Muy interesante y bien hilado ese conteo hacia atrás, como los cohetes, pero, por encima de todo, original puesta en escena y simbiosis de letras y números.
Suerte y un saludo.
Ángel, la verdad es que no sé si ese conteo hacia atrás es original, aunque sí que es verdad que desde el principio vi que venía muy bien al tema de la derrota y la esperanza que puede simbolizar un hotel de carretera. Por ahí fue la génesis.
Muchas gracias por tus deseos y tus comentarios. Y enhorabuena por tus «50 palabras».
Un saludo.
Y hablando de » unidad de efecto», este , sin duda, la tiene. Si Cortázar aludía a esa unidad como un todo que debía de perseguir la forma esférica, este también la posee, pues ese dinamismo sostenido que recorre el texto es de esa naturaleza.Prueba de ello es que cuenta con un comienzo de imperativo categórico, decidido y valiente, de carácter resueltamente afirmativo.Tras él , distribuyes tres acciones concretas por medio de tres verbos: echar, bajar y pensar, a cuyo cargo recae la humilde tarea de situarnos todavía en escena. Es la frase que sigue: » solo quedan….» hasta «gasolineras» la que nos sirve de apeadero o isla de descanso en el trayecto. A continuación un breve inciso antes de retomar la acción, en este caso la acción resolutiva de detener el coche. Y como estrambote, la frase estrella que es la que cierra fondo y forma.De libro
Pero te diré que en un relato, una de las cosas que más aprecio – y máxime cuando vamos a escribir unas doscientas personas sobre un lema dado- es el tratamiento tangencial del mismo, la originalidad de un guión que se presta ya de salida al tópico sobado. A mi parecer, una de sus virtudes ha sido la peculiaridad del uso del tema obligado y la otra , la mera construcción de la forma. De libro, ya te digo
Un abrazo y un placer
Jo, Nieves, nunca habían hecho un comentario de texto de uno de mis relatos como el que tú haces de este «Cuenta atrás». Aunque me he sentido viviseccionado, la lección ha sido magistral: esa sí que ha sido de libro.
Llevas razón, además, en que en esta ocasión me he acogido al tema del mes de forma tangencial. Como he dicho en respuesta al comentario de Ángel Sáiz, he preferido tomar como idea la sensación que yo asocio a los hoteles de carretera, y que es la de derrota y esperanza, como una especie de fondo del pozo, del que se puede salir porque –lo cantaba Serrat– «de ahí en adelante solo cabe ir mejorando». Se ha tocado fondo, pero se puede volver a empezar. Y surgió esa idea del conteo llegando a cero. Y poco más.
Muchas gracias por pasarte de nuevo y, sobre todo, por tus comentarios y sus (a mi entender) hiperbólicos calificativos.
Un fuerte abrazo.
Magnifico Eduardo, tu cuenta atrás no ha pasado desapercibida. Un buen trabajo, en el que has pensado las palabras y los verbos exactos para cerrar las 200 palabras en un retornar de números hasta llegar al cero.
Como ya ha dicho algún compañero, mates y letras esta vez han dado un enorme resultado
un abrazo.
Supongo que todos echamos mano de esa ‘cuenta’ de palabras que en definitiva es el cuento (no en balde, comparten la misma raíz). Pero es cierto que en esta ocasión cuento y cuenta se unen en una misma intención.
Gracias por haberte pasado y comentar.
Saludos.
Original en el enfoque, en la historia y en la manera de contarlo. El resultado final me parece una joyita de las de leer y releer por lo bien hecha que está. Mucha suerte 🙂
Siempre tan generoso, multiplicado por cien en tus visitas a toooodos los micros. Muchas gracias, Juan Antonio, y suerte también para tu relato de serie negra. Saludos.
Después de los tremendos comentarios que hay por ahí arriba, huelga el mío. Así que, para ser original 🙂 voy a hacer una pregunta: ¿cuáles eran esas tres palabras del luminoso?
Querida Edita, no creo yo que sobre en estas páginas ningún comentario, aunque la mera visita ya dice mucho, y con eso basta. Gracias.
En cuanto a lo que me preguntas, esas tres palabras (y de ahí las comillas del final) son «Hotel Kilómetro Cero».
Un saludo.
P.S. – Me he pasado por tu página web y me parece muy interesante. Magnífica tu poesía, me ha encandilado, y eso que tengo yo poca alma de poeta… Felicidades.
Vaya, qué fallo de intuición la mía; como en el texto entre comillas figuran dos palabras, me he despistado.
Encantadísima de que hayas ido hasta mi blog, y más encantada aún con lo que me cuentas. Un millón de gracias.
A mí me encanta este relato. Admiro los relatos que se escriben usando la técnica, los que se pueden usar en una clase para explicar que no solo es importante el fondo, sino también la forma. Y con tu permiso algún día lo sacaré como ejemplo de ello. Un abrazo, Eduardo. Como siempre en la cúspide de ENTC.
¡Ay, Lorenzo, que me vas a sacar los colores, como a una púdica mocita, si es que sigue habiéndolas!
Lo que me dices constituye toda una propuesta académica, sí, pero también deshonesta, que me llena de orgullo, pero de cuyos resultados dudo por lo que respecta a mi relato. Creo que los docentes no necesitamos de permisos como el que me solicitas, en nuestro intento de ‘desasnar’ a nuestros pupilos, intento para el que cualquier material es válido; así que, si este relato lo consideras como tal… ¡adelante! Insisto, me llena de orgullo que sea ‘destripado’ en tu aula, porque seguro que no podía acabar en mejor sala de disección.
Un abrazo.
Hola Eduardo, me ha gustado mucho como has escrito el relato, además de contar una historia me ha parecido divertida a la par que realista. Suerte.
Muchas gracias, Vanesa, por pasarte por aquí. Me encanta que te haya gustado, y sí, es verdad que es una historia realista que he querido plantear de una manera original. Ojalá lo haya conseguido.
Un saludo.
Si, señor, me parece uno de los mejores relatos del mes, sobre todo por la técnica empleada.
Felicidades.
Vaya, María, me llena de orgullo la apreciación que haces. Es verdad que un toque ‘técnico’ de este tipo suele ser muy llamativo, y aunque habitualmente no me gusta atraer tanto la atención sobre ese aspecto del relato, me alegra que te haya gustado. Gracias por tu visita y tu comentario.
Saludos.
Enhorabuena Eduardo. Nos llevas al final que es un auténtico principio en una cadencia decreciente muy bien «contada» por partida doble. Un fuerte abrazo
Sí, Jero, la verdad es que esta «cuenta atrás» permite que el final pueda ser (¿quién sabe?) un «volver a empezar».
Gracias por tu visita y tu comentario.
Saludos.
Eduardo, este mes llevo mucho lío con el orden de lectura de los relatos. Acabo de leer el tuyo y ahora entiendo tu comentario al mío. Qué coincidencia lo de los números, sí.
Después de haber leído los comentarios de texto tan excelentes que te han dejado por ahí arriba, solo te diré que me han gustado mucho la estructura y el ritmo, y sobre todo esa cuenta atrás hacia la esperanza y la libertad que suponen partir de cero. Suerte y un abrazo.
Hola, Ana.
Sí, la verdad es que es un lío, aunque también un disfrute; encuentra uno de todo, y a veces relatos que le emocionan por distintas causas, y que comenta.
Gracias, por tanto, por hacer ese esfuerzo de ir pasándote y por tus comentarios, siempre tan vivificantes para mí.
Un saludo.
Me parece un relato muy imaginativo y muy bien construido, con un ritmo que te sabe atrapar. Y también me han gustado el título y el final, con esa esperanza que dan todas los comienzos.
Suerte y saludos.
Admirado Rafa: viniendo de ti, que mi relato te parezca imaginativo y bien construido, ya me resulta suficiente para este mes.
Muchas gracias por tus deseos, y un saludo también para ti.
Felicidades, Eduardo, por esa mención. Es un relato que parece sencillo pero no lo es. Enhorabuena.
Gracias por tus parabienes, Javier. Ya sabes que admiro lo que haces, así que me satisface especialmente ese reconocimiento de la aparente sencillez de mi relato de este mes.
Un abrazo.