Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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JUL124. PREFERIRÍA NO HACERLO, de Marta Trutxuelo García

Comienza de nuevo. Conozco el proceso. Empieza por la cabeza: una tibia lluvia perla mi frente. «Preferiría no hacerlo«. Un repentino temblor me sacude de este a oeste. Me siento esperando su llegada. Aquí está. «Preferiría no hacerlo«. Mi mano lucha con el látigo que fustiga el latido de mi corazón. El galope continúa y acompaso mi respiración a ese ritmo frenético. «Preferiría no hacerlo«. Mi boca arenosa reclama la atención de otro de mis sentidos. Ahora son mis ojos los que corren por la estancia y se detienen en la vitrina: botellas ausentes, mueble abstemio, huérfano, tan desértico como mi boca. «Preferiría no hacerlo». Me dirijo a la ventana, el atardecer me golpea con su abrazo de invierno. Entre el vaho de mi desesperación surge la luz esperanzadora de un cartel luminoso que me atrae sin remisión. «Preferiría no hacerlo«. Me precipito escaleras abajo y salgo hacia un destino incierto. Mi mano acaricia un vaso tan frío como este
enero. El reflejo de mis ojos navega en el espejo improvisado de ese néctar cargado del color del crepúsculo, y, de un trago certero desaparece junto a unas palabras ahogadas por los efluvios de alcohol: «Preferiría...».

11 Responses

  1. Qué fuerte Marta, no hay nada peor que se te acabe el whisky, lo mal que se pasa.
    Ahora en serio, bien contado lo horrible de cualquier adicción, da igual de qué.
    Un beso

    1. Gracias, Epi!

      Efectivamente, todas las adicciones, sean del tipo que sean, generan estos síntomas, o parecidos, al menos… Si he trasladado la sensación de angustia puedo estar contenta.

      Un abrazoooo!
      Marta

  2. Asfixiante ritmo el de esa lucha y perfecto desarrollo del síndrome de abstinencia. Descripciones muy literarias y visuales.Metáforas poéticas. me gustó todo, pese a la angustia de la historia.
    Felicidades y suerte. Un abrazo.

    1. Muchas gracias, Antonia!

      En principio pensé en una narración más cruda, sin florituras poéticas ni imágenes metafóricas, dado que es una narración en primera persona y el protagonista está sufriendo todo el proceso. Pero luego pensé que una cosa no está reñida con la otra y el propio síndrome le lleva a dramatizar toda la situación y por ello el desarrollo en sí puede ser más emotivo y literario, a fin de cuentas.

      Bueno, si te ha gustado, es lo que cuenta.

      te agradezco mucho el comentario… has presentado algo tú???

      Un fuerte abrazo
      Marta

  3. Marta, angustiosos los síntomas que describes ante un síndrome de abstinencia. Sudores perlados, palpitaciones desbocadas. Un serio problema, difícil de vencer.
    Me ha gustado mucho tus descripciones, realmente te sitúa en un estado extremo, al límite.
    Un abrazo y te deseo mucha suerte.
    Elena

    1. Gracias, Elena!

      Añadido a la angustia por el propio síndrome he pretendido mostrar más el agobio del protagonista con ese machacón «preferiría no hacerlo», que resuena hasta el final, pero que se ahoga junto al trago.

      Me ha gustado mucho tu comentario.

      Te mando un abrazo y también suerte para tu relato.
      Marta

  4. Gracias mil, Anita!

    Si he conseguido que hasta «sientas» el síndrome me parece todo un triunfo. Te confieso que se me ocurrió el cuento el domingo, que me levanté un poco «perjudicada» de la juerguilla del sábado (precisamente lo que no me apetecía era ver ni una cerveza más, puajjj, y le di la vuelta a la historia).

    Me alegro mucho de que te haya gustado!!!

    muxu haundi bat!!!
    Marta

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