JUL123. ENTIERRO, de Marta López Cuartero
Cuando volví al final de la primavera a mi pequeña parcela encontré al señor Antonio, mi vecino, sentado bajo la sombra del olivo, apoyado en el tronco y rodeado de curiosos del pueblo que lo contemplaban santiguándose en silencio. Tenía los ojos abiertos, sin latidos, y una maraña de brotes verdes trepaban zigzagueando por sus piernas, brazos y cabeza, succionándolo hacia el torrente de savia.
– Venga usted a mi casa y coma algo, hombre de Dios- le repetí varias veces al verlo escuálido y demacrado, pero siempre me contestó que prefería no hacerlo, agradecido y con una sonrisa sutil, como resignada.
Desde que le expropiaron el huerto su voluntad se había marchitado
como las lechugas y los tomates, agostados al no recibir ya el agua del aljibe.
Qué imagen tan potente, Marta. La resistencia hasta el límite… algo que se necesita en nuestros días. Expropiado pero con dignidad, el señor Antonio es un personaje redondo en breve espacio de un micro.
Abrazos veraniegos
Abrazos Susana y muy agradecida por tus palabras. Sí, un hombre aferrado a sus hábitos y principios. Gracias por detenerte.
Como dícen aquí arriba, un personaje redondo, que me ha puesto un nudo en la garganta y un halo de esperanza en el corazón. Un abrazo.
Muy buen relato, con ese Bartleby labriego como protagonista.
Aurora, Santi, muchas gracias por vuestros comentarios. Me encanta os haya gustado. Antonio, un personaje que se hace querer. Un abrazo.
Estoy de acuerdo con Susana. Menudo personaje te has traído
Estoy de acuerdo con Susana. Menudo personaje te has traído
Un cabezota, un hombre de principios y también un soñador. Gracias Fernando. Un abrazo.
Un luchador de los pies a la cabeza, haces un magnífico retrato del personaje.
Suerte.
Un abrazo,
Gracias Esperanza por tus palabras. Un luchador, un soñador. Un abrazo, y suerte también para ti.
Le expropiaron su tierra y no supo resignarse, murió (su alma) con ella. Relato de fantasía bien enraizado en esas imágenes del huerto.
El progreso y la civilización avanzan sin miramientos.
Un abrazo.
Gracias Susana por tus comentarios. Algún día el progreso retrocederá algunos de los pasos dados. No se resignó y murió naciendo en la tierra.
Un abrazo grande.
Se nos están llenando las ciudades de tristes huertos.
Un texto muy rico, casi, un trozo de aquellos carnosos y añejos film mudos, en dónde todos los actores eran voz. Me gustó mucho. Saludo
Me encanta te haya gustado Ramón. Un abrazo y gracias por pararte a comentar.
Impresiona la descripción que haces del señor Antonio, imagen misma de una resistencia sólo vencida por la muerte.
Buen relato, profundo.
Un abrazo.
Isabel, qué ilusión tu parada en el relato. Sí, el Sr. Antonio despierta ternura, un hombre de principios, un luchador. Gracias por comentar.Un abrazo.
Un precioso homenaje a los campesinos despojados de sus tierras.
Abrazos.
Gracias María por tus comentarios. Una forma poética de ilustrar la lucha por la tierra. Un abrazo .
Gracias por tus palabras Ana. Sí, una muerte naciente. Un abrazo.
Tan real como lo que está ocurriendo día a día. Bien expropian o pagan a los agricultores unos centimospor un kilo de tomates, luego en el super valen un pojo de la cara, ¡que triste todo lo que nos está ocurriendo!!
Espero que tengs suerte.
Besicos muchos.
Gracias La Casa encendida. Sí, tal vez algún día alguien rectifique.
Un abrazo.