64. ESPERANDO LA LLUVIA (Rafa Heredero)
Ella era especial. Enseguida me di cuenta. El hombre que la acompañaba debía ser su jefe. Lo supe al fijarme en su cara. Y en el anillo de casado que no se molestaba en disimular. Solo coincidíamos en un hotel de las afueras, al que yo iba cada semana con una mujer distinta, las tardes de los viernes cuando no dejaba de llover. Tenía ese aire melancólico de las mujeres heridas que tanto nos atrae a los hombres. Las mujeres tristes siempre están bellísimas los días de tormenta.
Ahora continúo acudiendo a ese hotel cada viernes. Sin compañía. Cuando llueve la espero aunque solo sea para verla salir del ascensor y atravesar el vestíbulo hacia la puerta. Nuestras miradas nunca se cruzan, pero estoy seguro de que me ve. Lo noto por cómo se alisa la gabardina al abandonar el hotel, por esa imperceptible reticencia que muestra cuando su jefe la toma del brazo, por la manera que tiene de apartar el paraguas que le ofrece antes de subir al taxi que ha pedido para ella.
Seguiré presentándome puntual a nuestra cita. Y esperaré la lluvia. Y a que ella se decida. Todos los viernes del mundo, si hace falta.
Wow… qué manera de mostrarnos la sicología de algunos hombres… Muy buena historia. Felicidades!
Gracias a ti, María, por tus felicitaciones. Yo creo que hay tantas psicologías o sicologías como hombres o viceversa.
Un abrazo.
Rafa, qué romanticismo destila cada hebra de los hilos con los que has tejido este relato, y qué cinematográfico me parece. Lo he visto en blanco y negro, como si fuera una película de los 50 que hubieras rodado con palabras en vez de con una cámara. Bellísimo como una mujer triste en día de tormenta (una mujer triste como la de tu historia, claro). Un abrazo y suerte este mes.
Hola, Ana. Ha sido todo un placer leer tu comentario. Con lo que me gusta el cine, sobre todo el que se rodó en blanco y negro. Me guardo como un regalo lo de que esté rodado con palabras en vez de con un cámara. Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
El amor verdadero sabe esperar, con resultado o sin él, quien lo siente no puede ni quiere hacer otra cosa, no existe la opción de plegar velas y buscar en otros puertos.
«Las mujeres tristes siempre están bellísimas los días de tormenta». «Esperaré la lluvia», «a que ella se decida», «todos los viernes del mundo si hace falta». Sólo por estas frases ya merece la pena deleitarse en tu relato.
Un texto redondo, Rafa.
Un saludo y suerte
Muchas gracias, Ángel, por tu comentario. Si me lo permites, te voy a copiar: «El amor verdadero sabe esperar, con resultado o sin él, quien lo siente no puede ni quiere hacer otra cosa, no existe la opción de plegar velas y buscar en otros puertos». Solo por esa frase merece la pena leer y releer tu comentario las veces que hagan falta. Es maravillosa.
Un abrazo.
Rafa, siempre son especiales tus relatos como sus personajes. Aquí vemos a un abeja que va de flor en flor hasta que se enamora de una amapola. Por fin gracias a ti entiendo el poema de Juan Ramón Jiménez, Novia del campo, amapola. Una amapola que la riegan con agua residual, sin destilar, por mantenerse, aunque marchitándose día a día.
Pues gracias de nuevo por tus palabras, Lorenzo. Tus comentarios siempre son bienvenidos y saben dejar un detalle especial en cada caso. Es un placer verte por aquí.
Un abrazo.
Rafa, precioso relato lleno de buenísimas frases.
Un abrazo
Muchas gracias, Blanca, por pasarte por aquí y dejar tu opinión.
Un abrazo.
Rafa, muy bonta tu historia y bien contada. Suerte y saludos
Muchas gracias por tus palabras y deseos, Calamanda.
Un abrazo.
Como dice Ana Fuster, tu cuento trae a la memoria a dos personajes de película negra: Bogart y Bacall haciéndose los duros y cociéndose en su amor del uno por el otro.
Espero que Bacall por fin se decida y abandone al jefe.
Hola, Paloma. Otros dos personajes de cine en blanco y negro. Me estáis haciendo añorar esas películas que ya no se pueden ver casi en ninguna sala de cine. Muchas gracias por dejar tu comentario.
Un abrazo.
Muy bonito. Parece mentira como se puede pasar de picaflor a todo lo contrario. Le veo el ambiente de las pelis clásicas en blanco y negro. Y la frase “Las mujeres tristes siempre están bellísimas los días de tormenta” de primera. Podría ser un gran punto de partida para un relato o un gran título. Mucha suerte, compañero.
Abracísimos.
Gracias, Barlon, por esos deseos. Me voy unos días y te veo (leo) en los sanfermines creando escuela con tu vena humorística. Ahí es ná.
Un abrazo.
Pues no es por cargarme ilusiones, pero lo más probable es que todo siga igual, y un día el jefe se canse de ella y ponga a otra más joven en su lugar.
Y quizá no volverás a verla.
Porque desgraciadamente en esta vida casi, casi, casi siempre las partidas las ganan los poderosos.
Pero, eso sí, al menos a nosotros nos habrá quedado, gracias a Rafa, uno de los relatos más bellos que he leído desde que llegué a esta fascinante casa.
Gracias por ello, señor Heredero.
Oye, Modes, que te pases por el Bar La imprenta, allí, en Salamanca, te tomas lo que quieras y ya pasaré un día de estos a hacer el cumplido. Que muchas gracias por ese comentario tan exagerado.
Un abrazo.
Deseo que nunca deje de llover para que todos los viernes el protagonista de tan exquisito relato siga esperando pres de amor y esperanza. ha sido un placer ler tu relato.
un beso
Ese deseo de que nunca deje de llover es toda una declaración. El placer ha sido mío al leer tu comentario, Esther.
Un abrazo.
Bonito el romanticismo que envuelve tu historia. La paciencia, la esperanza, el cambio tan grande que genera solo que ella esté ahi cada viernes….un placer leerlo. Como aquí no hay que ser realista, yo prefiero pensar que acabará bien…ella sin duda se ha dado cuenta de su presencia semanal (las mujeres nos damos cuenta de estas cosas!)y solo está esperando la tarde de más lluvia, la más triste, aquella en la que esté más bella…
Hola, Reyes. Al hombre lo he dejado esperando la lluvia, pero si al final es como dices, y ella está más bella que nunca, habrá merecido la pena. Muchísimas gracias por tu comentario
Rafa, una mirada de amor y esperanza bien vale la espera. Precioso análisis de la química del amor. Abrazos.
Gracias, Salvador, por esas palabras que le dedicas al relato. Es un placer leerte por aquí.
Un abrazo.
Un relato melancólico y un personaje pertinaz, como la lluvia que espera todos los viernes. Y es que es verdad –lo suscribo con tanto varón como por aquí comenta–, «las mujeres tristes siempre están bellísimas los días de tormenta”.
Espero no cruzarme con tu personaje un día de lluvia, porque también yo sería capaz de cualquier cosa…
Un abrazo.
Hola, Eduardo. Me ha gustado mucho cómo has definido al personaje, «pertinaz, como la lluvia que espera todos los viernes». Y cuídate tú esos días de lluvia. Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Me parece que este relato en blanco y negro, al estilo La Colmena, va directo al libro. Sublime.
Abrazo.
Un abrazo enorme para ti, Aurora (¿cómo va ese brazo?: te voy a tener que dar uno muy gordo o varios pequeñitos), por tus deseos. Muchas gracias por el comentario.
Cada vez que llueva, inevitablemente, me vendrá este relato a la memoria. Me encanta ese amor recién descubierto, ese amor a prueba de todo, hasta del mal clima. Qué tanto alisarse la gabardina, esa chica ¡Que no sea tonta, se anime a cruzar miradas, y mande a volar al tarado del jefe! (Espanta lo ciegas y tontas que podemos llegar a ser las mujeres, pero ya ves… ;)) Yo también soy optimista, ella algún día va a darse cuenta, ya lo reza el dicho: «No hay mal que dure cien años ni enfermo que se lo aguante» 😉
Me encantó, RAFA, felicidades.
Nos leemos,
Mariángeles
Hola, Mariángeles. Muchísimas gracias por este comentario que voy a recordar con mucho cariño. Me gusta que seas optimista también.
Un abrazo, y aquí seguiremos leyéndonos hasta que nos dejen.
Áurea de melancolía en todo el relato, en cada palabra, en cada imagen, en esa lluvia de los viernes tan intensa.
Me ha gustado leerte.
Un abrazo rafa
Pues muchas gracias por tus palabras, Mª Belén. El placer ha sido mío al leer tu comentario.
Un abrazo.
Mucha belleza Rafa, y mucho buen hacer, mucho.
Que tengas la suerte que mereces.
Un abrazo
Muchísimas gracias por tus palabras y deseos, Paloma, y por pasarte por aquí.
Un abrazo.
Me sentí el protagonista, esperando aunque sea una mirada…
Muy romántico Rafa, que bellas frases has utilizado.
Mi admiración caballero de letras.
Un abrazo y suerte. (aunque no creo que la necesites)
Hola, Moli. Me alegra el haber conseguido que te sintieras protagonista. Muchas gracias por tus palabras. En cuanto a la suerte, nunca viene mal. Así que gracias también por tus deseos.
Un abrazo.
Rafa, un relato muy hermoso, por las imágenes que evocas, la melancolía que emana y su ritmo lento. Nos haces ponernos en la piel de ese hombre tan enamorado. Me ha gustado mucho. Un abrazo
Muchísimas gracias, Concha, por tus palabras. Me ha parecido un comentario precioso. Creo que a la melancolía le va muy bien un ritmo pausado.
Otro abrazo para ti.
Me parece una historia preciosa además de bien construida. Has cruzado la vida de tus personajes sin llegar a interaccionarlos de cerca ni un solo momento. Hay expresiones que me han gustado mucho: «…las mujeres tristes siempre están bellísimas los días de tormenta». Consigues un toque melancólico para un relato de historias imposibles que tu protagonista alimenta convirtiendo a la mujer un más que interesante platónico (¿cual será la historia de ella?). Muy bueno. Mucha suerte 🙂
Hola, Juan Antonio. Gracias por tu comentario y tus deseos. El que te parezca una historia preciosa supone un inyección de moral para seguir inventándose relatos. En cuanto a la historia de ella tenía varias en la cabeza y todas me ayudaron a imaginarme a la mujer que aparece en el relato. Es una cosa que aprendí al leer lo que hacían algunos directores de cine: realizar una biografía de cualquier personaje, aunque esta no saliese reflejada en la película; de esta forma sabían cómo debía comportase cuando le tocase interpretar una escena.
Un abrazo.
Hola, Ana. Ni estás gafe ni debes sentir opinar diferente al resto de comentarios. Cada uno tiene su opinión y todas son respetables. Yo creo que para un enamorado la mujer nunca estará hecha un adefesio, porque la ve con sus ojos de enamorado. Y también pienso que la química se puede conseguir. Muchas parejas han empezado odiándose o no pudiéndose ni ver (algunas películas comienzan así), y por el trato, el conocimiento mutuo o por la insistencia de uno de los, la chispa ha estallado, independientemente de que esa química también pueda producirse de manera espontánea entre los dos nada más conocerse, cruzarse una mirada o unas palabras. Aunque parezca que no, a veces sucede también en el mundo real.
Muchas gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario. Un abrazo.
No sé qué decir. Casi duele de tan bueno.
No hace falta que digas nada más después de este comentario, Edita. Muchas gracias por tus palabras y por pasarte por aquí.
Un abrazo.
Ahora que te conozco mejor entiendo de dónde viene tu fecunda imaginación. Viene de Esa salita con luz desde la que ves a los demás en la sombra embobados mirando a una pantalla. No me extraña que de tanto ver la misma película juegues a cambiar los finales. Efectivamente has pintado una escena de amor adolescente en blanco y negro. Déjala donde la has dejado que seguro que sí la continúas te vas a ver obligado a terminarla en tragedia.
Un abrazo Rafa.
Ahí lo dejamos entonces, Jesús, esperando la lluvia, pero con ilusión ante lo imposible. Lo que menos quiero es que acabe en tragedia. Gracias por tu comentario y otro abrazo para ti.
Creo que no hay nada más romántico que sufrir de amor en silencio, pero que no espere mucho, que un día ella dejará de ir por allí y a ver dónde la busca… Me encanta el relato Rafa, enhorabuena.
Muchas gracias por tus palabras, Ana. Si no queda más remedio que ser romántico, habrá que serlo, y si hay que buscarla, aunque sea en otro relato, la buscaremos.
Un abrazo.
Ese Gable, esperando el momento sin prisa, y esa Leigh de orgullo herido, que no quiere provocar lástima… Así lo veo yo y, cuando a la vez den el paso, la tormenta será tan fuerte que no podrán abandonar el hotel.
Gracias por hacerme soñar.
Patricia, qué bonito es que te digan que un relato hace soñar. Yo, con tu permiso, también lo voy a hacer un poco. Me guardo este comenterio para recuperarlo en las horas bajas.
Un abrazo.
Es muy cinematográfico Rafa, y muy bueno. Tiene frases que por si solas ya merecen estar en el podio de este mes.
Suerte y abrazos
Gracias, Anna, por tu comentario y tus deseos. Ya sabes lo difícil que es eso. Lo que sí es de agradecer son vuestras palabras.
Otro abrazo para ti.
Rafa, has dibujado un personaje peculiar, único, un buen personaje, complejo, imaginativo, deductivo, observador.
Un micro que se desarrolla en la mente del protagonista/narrador, y que hace pensar al lector en la parte de razón o no de lo expuesto. Muy buena táctica y técnica. Me gusta que me hagan partícipe.
Un abrazoooo y suerte.
Gracias, Amparo. Me gusta cómo describes al personaje del relato, y también que te haya gustado la forma en que está narrado. Ha sido un placer leer tu comentario.
Un abrazo.
Rafa, recomento, que ya es la cuarta vez que me paso a leerlo…Que me encantan las imágenes que me hace ver, esa lluvia que casi se oye caer y ese romanticismo tan «de cine». Chico, qué bonito escribes, y no sólo cuando hablas de faros :o)
Y no sé por qué ha salido el monigote ese boquiabierto, debe de haberle gustado el cuento a él también.
Hola de nuevo, Ana. Pues yo también te «re-agradezco» de nuevo de tu paso por aquí. Y si además cada vez me comentas cosas como las que dices, es para estar realmente agradecido. Es un placer que lo disfrutes de esa forma. Yo también lo hice al escribirlo.
Te envío más abrazos (y otros a ese simpático monigote, si tanto le ha gustado el relato).
Hola, Rafa, el amor es muy raro y nadie conoce cuando nos va a llamar. Tu personaje enamorado hasta la medula con esta mujer espera con paciencia ser correspondido. Me gusta mucho tu estilo y tus temas siempre son muy originales. Mi relato Valentina ha sido publicado en un libro que se llama “Antología I concurso relato corto de terror” Me daría mucha ilusión que lo leyeras en mi blog sotiriosmoutsanas.blogspot.com Un fuerte abrazo,Sotirios.
Tienes toda la razón sobre lo que cuentas del amor, Sotirios. Muchas gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario. Y muchas felicidades por esa nueva publicación. Me pasaré a leer tu Valentina.
Otro abrazo para ti.
Me gusta el título porque me gusta la lluvia. Ahora en verano se la echa de menos.
Y me gusta el relato porque parece una peli de los años 40-50 en blanco y negro de esos dramas románticos donde la historia parece que surge pero es todo tan imposible (como esa de ‘Breve Encuentro’, que es de mis favoritas, aunque no recuerdo si llueve, pero es Inglaterra así que en alguna escena fijo que sí caerán unas gotas) que al final parece que la lluvia sirve de punto final.
Iba a decir que hay algunas frases que son de novela y posterior peli. Pero es que el relato entero lo es.
Más que Felicidades.
Suerte.
Pues mira qué bien, Esperanza. Ya coincidimos en la lluvia y en las películas en blanco y negro. Y si has disfrutado del relato, me alegro de haberte hecho pasar un buen rato. Muchas gracias por esas más que felicidades y por el comentario.
Un abrazo, y a esperar por lo menos una tormenta de verano.
Posiblemente este hombre enamorado esté viviendo en esa espera lluviosa de los viernes su mejor experiencia amorosa, mirándolo desde la fuerza del sentimiento. A veces, cuando alguien pone tanta ilusión en alguien sin conocerlo no puede evitar idealizarlo. Pero, ojalá pudiéramos por un momento estar en la piel de tu protagonista. Precioso este micro, Rafa. Enhorabuena y suerte. Saludos
Pues sí, Juana, esa experiencia no se la puede quitar nadie, pase lo que pase. Es como un regalo. Vivir en su piel y no solo un momento siempre es posible. Solo hay que encontrar a la persona adecuada que provoque esos sentimientos, y si no, ahí tenemos nuestra imaginación. Muchas gracias por tu comentario y la visita, como siempre.
Un abrazo.
Que suerte tiene esa mujer de inspirar un relato tan supremamente hermoso.
Abrazos.
Hola, María. Si dices que la mujer que ha inspirado este relato tiene suerte, a lo mejor se lo cuento algún día, cuando la vea. Y gracias por tu precioso comentario.
Un abrazo.
Rafa creo que es el relato que más me ha gustado de los que llevo leídos. Me ha gustado sobre todo esa frase, «las mujeres tristes siempre están bellísimas los días de tormenta».
Me parece una genialidad.
Enhorabuena y gracias por tan precioso relato.
Muchas gracias a ti por tu precioso comentario, Asunción. Siempre son bienvenidas palabras como las tuyas.
Un abrazo.
¡Juan Perez! ¿Sabes lo que más me gusta de tu comentario? ¡Absolutamente todo! Es que cada vez que lo leo me parto de risa. ¡El Klondike, nada menos! Oye, ya en serio, que muchas gracias por ese comentario que me dedicas, y de verdad, lo que más me ha gustado es que escribas desde la Borrasca del Tiempo. ¡Cómo nos entendemos!
Un abrazo.
Qué bonito, Rafa, muy tierno. Me quito el sombrero, mago de las palabras. Precioso el pensamiento del hombre en la frase “las mujeres tristes siempre están bellísimas los días de tormenta”; una delicia.
Suerte.
Gracias, Izaskun. Ya me gustaría a mí poder magia, pero eso sí, leer comentarios como el tuyo son una delicia.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho, es un relato triste y romántico en el que has trabajado el narrador protagonista, su sensibilidad y su espera. Me encanta ese «Las mujeres tristes siempre están bellísimas los días de tormenta», seguro que es la luz que las ilumina. En fin, creo que puede estar arriba.
Muchas gracias, Javier, por pasarte por aquí, dejar tu comentario y destacar la sensibilidad del protagonista ante la mujer que ha encontrado de manera inesperada.
Un abrazo.
Rafa, me ha gustado mucho. Y es que cuando uno menos lo espera aparece esa persona que con solo mirarla, sabe que es especial. Suerte!
Gracias por tus palabras, Vanesa. Tienes razón en lo que comentas: a veces solo con mirar a una persona, sabemos lo especial que puede llegar a ser.
Un abrazo.
Pensé que a los hombres le gustan las mujeres alegres y de ojos chispeantes. Pensé que los hombres no esperaban tanto tiempo.
Qué pena que sigan haciéndonos creer que los hombres no se fijan en los detalles. Menos mal que la vida lo pone todo en su sitio y … seguro que ella dará el paso.
Me ha gustado mucho tu relato Rafael.
Gracias, Mercedes. Las mujeres también nos gustáis alegres y de ojos chispeantes, y además sabemos esperar. A veces no queda otro remedio.
Me parece estupendo que te haya gustado el relato. Siempre es de agradecer estos comentarios.
Un abrazo.
Que hermosa y húmeda historia llena de frases dulces. Que amor melancólico más tierno, que gran relato te ha quedado, Rafa. Y que sensibilidad destila. Felicidades y suerte.
Muchas gracias por tus palabras, Eva, por tus felicitaciones y por tus deseos. Qué bonito comentario me has regalado.
Un abrazo.
Me parece que esa relación no llega a ninguna parte. Él con muchas y ella con otro, no tiene buena pinta. Buenas descripciones, ritmo y una historia casi visual y sentimental como las pelis en blanco y negro de las de sombrero, pitillo y gabardina. Y la lluvia, siempre tan plástica y sugerente.
La parte central es la que más me gusta y esa espera final .
Suerte y abrazo.
Felicidades, Rafa, por esa mención.