71. La libertad tiene sus vuelos Calamanda Nevado
Conduce con torpeza. Busca ávidamente con los ojos a su mujer; aún no ha llegado. Elije un rincón del aparcamiento del hotel. Su coche llama demasiado la atención. Entre tanto la espera, escucha canciones. Se excita con el video de una cantante. Desde el asiento sigue idas y venidas de otros coches. Su esposa llega. Camina con desenvoltura. Lo descubre entre el intrincado de pilares. Se sienta a su lado. Lo alborota con el repique de su conversación. Con gesto amenazador la ordena callar. Obedece y cambia su ropa arrugada por un conjuntito de falda y chaqueta. Mientras, su lengua insistente, empapada de ginebra, le babosea el cuello y pregunta por el dinero. No parece sorprenderle que su marido le espete esto. Ignora el comentario y le muestra una factura de habitación. La arruga sin mirarla, le registra el bolso, y le explica quién manda y vela por ella. –Continuarás hasta que yo diga. Murmura, quiero verte sana, a pesar del veneno que te pones en la infusión por las mañanas. Cuando sale le pellizca el pecho, y grita entre carcajadas. –Gatita ¡Tranquila! Queda tiempo. Ve sin prisa que espero-.
Regresa al hotel como una golondrina; aguarda su verdadero amor.
J u a n, gracias; estoy de acuerdo contigo, debe volar. Saludos
No siempre es fácil levantar el vuelo, solemos aferrarnos a lo que tenemos como si no hubiese otra opción, con un miedo al cambio superior a lo terrible de nuestra condición. Que complicados somos. Relato duro, sin concesiones. Te diré que me ha confundido un poco el modo de relatarlo: «Con gesto amenazador la ordena callar. Obedece y cambia su ropa arrugada por un conjuntito de falda y chaqueta. Mientras, su lengua insistente, empapada de ginebra, le babosea el cuello y pregunta por el dinero. No parece sorprenderle que su marido le espete esto. Ignora el comentario y le muestra una factura de habitación» Hay que fijarse para ver quién obedece, de quién es la lengua, quién ignora, etc. Bueno, seguro que es cosa mía. Y humildemente pido perdón por tales comentarios, quizás equivocados. Mucha suerte.
Besísimos.
Barlon, al decir conjuntito, le intento dar ese toque de lo femenino. -No parece sorprenderle que su marido le espete esto-, quiere dar respuesta a la pregunta del dinero. No tienes que disculparte de nada; para eso estamos. Agradezco tus intenciones y tu tiempo. Besos y gracias.
A mí me ha pasado lo mismo.
Calamanda, qué terrible historia que queda perfecta para el tema del mes. No sabemos todo lo que se cuece en semejantes establecimientos. Con razón tu protagonista se quiere morir día a día con su te de la mañana. Un abrazo!
Ana, que tal. Gracias por tu comentario tan alentador. Besos.
María, gracias. El tema de este mes da para muchas y variadas historias. Abrazos
Hola Vecina de abajo, duro el tema que has elegido…Aunque propio para un hotele de carretera…
🙂
Paloma, hola. Si es duro este tema, para las mujeres sobretodo, pero es una historia más de las muchas que esas paredes albergan. Gracias y saludos.
Calamanda, la protagonista de tu relato deberia volar como bien dices en el titulo y encontrar su libertad, fuera de las garras de ese impresentable. felicidades
Un beso
Esther, a ver si uniendo toda nuestra energia somos capaces de enseñarles a volar. Gracias y besos
Buen relato rematándolo con una preciosa frase. Creo que tiene que comenzar a echar a volar cuanto antes de ese hotel.
Un abrazo
Blanca, tengo la impresión que lo va a hacer. Abrazos y gracias.
Ojala levante el vuelo pronto, no hay quien resista esa mala vida a la que tu propio marido, que se supone que amas, te empuja cada día.
Buen relato, precisas frases.
Un beso calamanda
Mª Belén, solo de pensar en esa forma de vivir da algo, es verdad. Gracias y besos.
A ella la visualizo como una adicta que ha creado un dependencia con este vividor que, probablemente, le provee las drogas. Existen casos como éste. Calamanda, un relato duro, retrato de una vida atrapada. Me ha gustado mucho.
Saludos.
Beto, si, es una vida atrapada. Y es verdad que en determinados ambientes se da mucho esta situación. Confiemos en esas alas de golondrina. Gracias y saludos.
Lo que más me ha impresionado es ese veneno que se pone en la infusión por las mañanas, como si fuese la única forma de escapar de esa opresión. Cuánto daría por un hombre que la quisiera sin utilizarla, por un verdadero amor.
Un relato en el que predomina el punto de vista de ese tipejo, pero no por ello nos identificamos con él, que dan ganas de ir a ese hotel a ajustarle las cuentas y liberar a la pobre mujer.
Suerte con este buen relato, Calamanda, y que vuele hasta donde merece.
Un abrazo
Calamanda, que bien describes al sujeto en especial, el morbo con que trata a su mujer mientras ella sueña con un amor que la libere, quizás el veneno un día surta efecto y le de alas…
Excelente. Un abrazo y mucha suerte.
Calamanda, nos describes una relación insana por el personaje tan frío del marido. Pero el soplo de aire que se adivina con el título y el final del relato parecen dar esperanzas a quien sin duda se lo merece.
Suerte y saludos.
Rafa, si, intentaba darle esa esperanza, necesaria en una relacion tan desigual. Gracias y saludos
¡Tremendo desasosiego y repelús produce tu duro relato! «La libertad tiene sus vuelos» y su precio…
Edita, es dura esa situacion no cabe duda, y produce esa sensación a pesar de conocerse. A ver si ella paga ese precio que su libertad le exige. Gracias y saludos
Difícil vida la de tu protagonista,si no se decide a volar la situación acabará con ella. Buen relato, Calamanda. Un abrazo
Concha, la esperanza de ese vuelo sería la otra cara de su realidad; de ella depende. Gracias y abrazos
Relato sorprendente aunque no insólito en lo que cuenta. Aunque sí el final, ella está suicidándose poco a poco (ese veneno lo demuestra), y no capto quien es el «verdadero amor», ¿un nuevo cliente, el Señor de los Cielos?. Uff, a veces me lío. Suerte.
Javier, no te lias, en esa situación le queda el sueño de que otro hombre la pudiera sacar de ese pozo. Gracias y saludos
La crudeza con la que lo cuentas demuestra tu valentía literaria.
Aquí te dejo otro empujoncito para que tu protagonista vuele lejos.
Un abrazo.
Patricia. gracias. El tema se las trae, pero quiza sea en esos hoteles dónde más historias de estas se den, desgraciadamente. Abrazos
Un relato muy crudo, Calamanda. El tono del principio del relato nos esconde cual es la realidad de la relación que mantienen tus personajes. Hay una mezcla de dependencia y ansia de libertad en ese envenenamiento lento que, aunque no me ha parecido muy realista, quiero entender que es una metáfora de las propias contradicciones de esa mujer.
Suerte y abrazos
Anna, ese envenenamiento es una salida a su desesperanza, como la secreta ilusión de encontrar a un hombre que la pueda ayudar a salir adelante. Gracias y abrazos.
Relato muy duro. Me gusta mucho el ritmo que le has imprimido y el comportamiento del captor. La frase final deja muchas posibilidades aunque leído los comentarios veo que más que de alguien está para señalar la esperanza de la protagonista. Mucha suerte 🙂
Juan Antonio, si, demasiado pesada es su cruz; necesita la esperanza en ese final. Gracias por tu amabilidad. Saludos
Calamanda, dramática vida la de tu protagonista, que debe hacer honor al título y volar sin mirar atrás hacia una vida mejor. Muy bueno. Abrazos.
Salvador, gracias. Si, le he dado la pista con ese título; a ver si la a provecha. Abrazos
Hola,amiga, quiero felicitarte por tu publicación de tu relato en la Antología I concurso relato corto de terror donde también yo participo con mi relato Valentina. Como ya sabes el libro se llama “ Antología I concurso relato corto de terror” Lo mío lo colgué en mi blog sotiriosmoutsanas.blogspot.com si quieres puedes leerlo. Otra vez enhorabuena me siente orgulloso participar en el mismo libro. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Sotirios, acabo de leer tu relato Valentina y me parece bueno y original. Gracias por comunicarme esta buena noticia. No te puedo invitar a leer el mio porque en este momento no sé cual es. Abrazos y adelante con más historias.
¡Qué duro tu relato, Calamanda!
Es ágil, rápido, dinámico… rezuma un olor de tensión acre.
Me ha gustado mucho.
Enhorabuena y mucha suerte
Un abrazo
Marta
Marta, gracias. Si. Desee envolverlo en esa tensíon y reafirmar su dureza. Abrazos
Suerte con tu relato Calamanda. Es crudo como la vida lo es a veces. El monstruo que has creado me provoca vómito y espero que si hubieras tenido unas poquitas más de palabras (al menos más de 200) hubiera echado a volar a tu sometida golondrina…
Piluca, es posible esto que dices. Como personas de bien deseamos que así sea. Gracias y saludos.
Muy bien reflejada la dura situación que vive la protagonista. A ver si consigue alzar el vuelo antes de que ese veneno la mate o el monstruo de su marido le corte las alas ya del todo. Muy triste pero interesante este micro, Calamanda. Suerte y saludos
Juana, gracias. Si. A ver si despierta y echa a volar. Saludos.
Qué duro, Calamanda. Casi tanto como esperanzador es el final, aunque teniendo en cuenta el veneno…no sé no sé. Ójala las alas de golondrina le den la fuerza necesaria y vuele alto y lejos de ese canalla.
Suerte
Izaskun, las oportunidades aguardan; a ver por cuales se decide. Gracias y saludos
En una noche como esta puede que haya algún tipo de estos y alguna buscando a su verdadero amor que la rescate del infierno. Relato de los que te hieren al recordarte aspectos duros de este mundo. Un abrazo, Calamanda.
Lorenzo, si, las cuatro paredes de los hoteles, en este caso, albergan tiernas y duras historias como esta. Gracias y abrazos.
Un relato duro, Calamanda. Espero que tu prota encuentre a su amor.
Un abrazo!
Inés, si, esperemos que salga de esa situacion. Abrazos y gracias
Yo tambiçén me he liado un poquito, pero me ha gustado el modo en el que coges al toro por los cuernos, con esa crudeza no exenta de delicadeza. Muy intenso. Suerte y un abrazo, Calamanda.