82. La habitación roja
Apenas cruzaron dos palabras en la barra de aquel barucho desaliñado y lúgubre y ya se amaban.Salieron corriendo cogidos de la mano los 100 metros que les separaban del coche de Matt para dirigirse a aquel motel de carretera en medio de la nada.
Nada más llegar a la habitación,se precipitaron al vacío de aquella cama y la habitación se llenó de un color rojo cubierto de besos,caricias y el mejor sexo del que nunca habían probado.
Reían enloquecidos por la emoción que sentían al rozar sus cuerpos desnudos y calientes, cuando Matt le espetó un «te amo Sophie» y ella enmudeció para el resto de la noche.Nunca nadie le había pronunciado esas dos palabras tan simples y a la vez tan hermosas.
A la mañana siguiente,alguien golpeó la puerta de la habitación contigua cuando Matt sobresaltado,dió un bote de la cama.Entonces se acordó de ella y de su cálida sonrisa.No la vió por ningún lado,ni en la cama ni en el baño cuya puerta estaba de par en par.No hizo nada por encontrarla,en el fondo sabía que le había abandonado para siempre, pero no el amor que sentía por ella y del cual fueron testigo aquellas paredes.
Fue solo un momento donde el creyó estar enamorado y ella no podía sentir, su trabajo estaba primero.
Una historia creíble.
Me gustó.
Un abrazo y suerte.
Muy buenop
Es que eso de un «te quiero» de buenas a primeras espanta, y un «te amo» suena aún más hueco. Ha hecho bien en desaparecer. Saludos y suerte.
Rebeca, nos dejas interpretando cual es esa reacción de ella al no encontrarse en la habitacion, has conseguido captar nuestro interes. Suerte y saludos
Parece la historia de una vida resumida en una noche, punteada por ese color rojo de la pasión, que dura lo que dura.
Suerte y saludos.
Una historia que deja en el aire el qué y el cómo de sus personajes y que invita a querer saber más de ellos. Has centrado un momento de sus vidas (el mejor momento literario, el que lo cambia todo) y lo has enmarcado con buen hacer en ese hotel de carretera que cumple la consigna. Mucha suerte 🙂