JUL96. DUDAS DEONTOLÓGICAS, de Alfonso Carabias Antúnez
– ¿Sabe Doctor? Me gustaría dejarlo; de verdad, olvidarme de todo y dedicarme a otra labor que consiguiera llenar el vacío que en muchas ocasiones me deja este trabajo.
– Hablemos de ello; ¿Saben en su empresa como mejorar las condiciones de su puesto aplicando los principios de la ergonomía?
– Mucho me temo que solo están interesados en la producción.
– Entiendo. Dígame en que trabaja para poder tener un punto de vista más próximo.
– Está bien Doctor; aunque ésta es la parte que mas me desagrada iré al grano. Mi labor consiste en llevarme las almas de este mundo; lo llevo haciendo desde que los hombres existen y salvo en contadas ocasiones, le puedo asegurar que el mío no es un trabajo que levante demasiadas alegrías entre ustedes.
– Tengo que confesarle que no es usted el tipo de paciente que recibo habitualmente, pero aún así trataré de ayudarle.
– Lo entiendo y se lo agradezco Doctor; pero también debo reconocerle antes de que siga con su dictamen que hoy no he venido a verle solo por terapia.
– Comprendo. Verá; después de escucharle mi obligación sería seguir aplicando mi código deontológico, pero entre usted y yo, y si me lo permite, preferiría no hacerlo.
UY, tal y como se presenta la situación mejor ayudarle a dejar su trabajo. Jaja.
Qué buena historia Alfonso. Suerte y un saludo.
Gracias por tu comentario Yashira, yo desde luego no tendría dudas al respecto.
Un saludo.
Muy original la forma en que tratas de lograr que el médico se ponga realmente dentro de la piel del paciente. Muy bueno.
La verdad Jesus es que al doctor hay que reconocerle que con el «paciente»que tiene en la sala esta manteniendo la compostura de manera encomiable.
Un saludo.
Ese paciente tiene una consulta para la que la deontología no tiene mucha respuesta. Muy aguda la conversación.
Un saludo
Juan M
Gracias Juan M por tu comentario aquí y en mi blog.
Me alegra que te haya gustado la conversación. Supongo que el doctor no estará muy de acuerdo contigo.
Saludos.
¡Toma ya! Muy difícil escapatoria con el de la guadaña. A mí cuando llegue que ni me salude ni nada. Buenos diálogos y ritmo, Alfonso.
Un abrazo.
Coincido contigo Susana; yo al primer atisbo hubiese salido corriendo, aunque no se si habria servido de algo.
Gracias por el comentario. Un saludo.
Fijate Ana, yo que estoy dentro del mundillo de la prevención de riesgos y la ingeniería asocio en muchas ocasiones la ergonomía y psicosociología aplicada al trabajo como auténtica «ciencia ficción», ya que hay mucho escrito pero todo ello muy lejos de la realidad, y me pareció una licencia adecuada incluir el termino en el relato.
Me alegra que te haya gustado el relato.
Un saludo.
¡Pues es si que le has visto trasfondo al relato Ana!
Ya fuera de bromas si te reconozco que en el relato le he querido dar algo de humanidad a una figura tan temida y denostada como la muerte, que al fin y al cabo está ahí siempre y ¿por que no? podrá tener sus altos y bajos en su trabajo como cualquiera de los mortales.
Un saludo.
: ) Qué divertido e irónico. Gracias por hacerme pasar un buen rato!
Me alegra haberte sacado una sonrisa Alba.
Un saludo.
Alfonso, el médico me parece un poco pusilánime, se le pide la cartilla del seguro y como no la tiene, se le dice que vuelva otro día.
En la Seguridad Social tenía que dar, sin cotizar ni nada, que descaro.
Dónde vamos a llegar. En mis tiempos con la cartilla en la boca ja ja ja.
Un abrazo
Epífisis, teniendo en cuenta el tipo de paciente con el que se las tenia que ver, cuando menos habria que concederle al sufrido doctor el beneficio de la duda.
Un saludo amigo,
Me gusta lo incierto del futuro de ambos personajes. Un saludo
Ciertamente Fernando el relato deja abierto cualquier tipo de desenlace, aunque lo mas normal sea irse por el camino fácil.
Un saludo.
Un paciente demasiado inesperado y desagradab le, pero meor echarle una mano, que de lo contrario, uffff.
Me ha gustado mucho tu micro. suerte.
Besicos muchos
Pues creo que este es el tipo de paciente que ningún doctor querría tener.
Me alegra que te haya gustado.
Un saludo.