100. Psicosis, claro
—¿El recepcionista, te has fijado?
Laura no le presta atención, agobiada por la avería del coche, por pasar la noche en ese hotel de carretera, en esa habitación con restos de uñas y pelos en el rosa chillón de la alfombra, bajo la luz insuficiente de una lámpara amenazante como una araña hambrienta colgando de su hilo.
—Clavadito a Anthony Perkins. ¡Qué bombón! —continúa Juana soñadora—. Le pega mucho a este sitio horrible. Imagínate aquí sola…
Una nueva ráfaga de lluvia apedrea la ventanas mientras la luz pierde potencia, como si la araña del techo agotara sus fuerzas.
—Es tétrico. ¡Ji, ji! —Juana no calla ni retocándose el rímel—. Primero inspeccionaremos la ducha antes de quedarnos a oscuras y tener que avisar a… ¡Anthony! ¡Anthony, cariño! ¡Ja, ja, ja!
Derrotada, Laura se sienta palpándose las sienes, cabizbaja. Descubre un reguero de manchas surcando la moqueta. Son goterones secos. Avanzan hasta el baño y mueren a los pies de Juana que descorre la cortina de la ducha y grita. Un trueno sofoca su alarido. Se ha ido la luz. En la oscuridad su rostro huyendo del baño es una luna pálida y asustada que murmura trémula:
—Anthony.
La ambientación es excelente. Cómo nos vas introduciendo en la historia y como vas utilizando el hotel para situar la acción ideal. El contraste de los personajes otro punto a tener en cuenta (Juana ya no habrá más que una). El relato me parece muy original por muchos motivos y creo que apuntará alto. Mucha suerte 🙂
Mikel, coincido con Juan Antonio; has creado una atmosfera adecuada. Suerte y saludos
Me gusta el relato, es original desde el título.
Abrazos.
Me ha gustado mucho el relato, cómo has ambientado la escena desde el principio.
Un saludo
Coincido con todos, la ambientación es genial, la escena tensa y el final nos deja pensando. Muy bueno.
Un abrazo y suerte.