103. 22
La cortina está rasgada y los cristales de la ventana hace tiempo que no se limpian. Lo mismo ocurre con el resto de la habitación. Hay suciedad acumulada en todos los rincones y hasta las sábanas de la cama no parecen estar muy limpias. Decido acostarme vestido, sólo será una noche. Tengo que intentar dormir y seguro que el cansancio me vencerá y no pensaré en toda esta mugre que me rodea.
De eso hace 22 días.
22 días que llevo sin salir de la habitación 22, con el cansancio no vi el número, de este hotelucho de mala muerte. 22 días sin comer. 22 días bebiendo las escasas gotas que caen del grifo del lavabo. 22 días sin que nadie se haya preocupado por venir a llamar a esta maldita puerta. Puse el cartel de “ no molesten”. 22 días acurrucado en un rincón, muerto de miedo. 22 días sin medicación. Dejé la maleta en el coche. 22 días, 22 días, 22 di, 22, 2…
Original idea y agobiante relato. Supongo que ahora día 23 podrá salir, ¿no?. Mira que si se hospeda en el 333 u otro numero mayor, entonces si que no lo cuenta.
Suerte, un abrazo Rosa.
Rosa, tu historia, bien contada, podía dar para un guion cinematográfico; un tipo como este da mucho juego. Suerte y saludos
Has conseguido transmitir sensación de agobio y de desamparo. Ese protagonista tuyo promete. Mucha suerte 🙂
Rosa, ¡menuda obsesión tan bien transmitida!
Aunque el tema del microrrelato no es cosa de broma, dispone el texto de cierto humor negro, al imaginarme un tipo en esas circunstancias. Valga decir, que si yo fuese el protagonista del mismo, le diría cuatro cosas al autor de este comentario. :p
¡Buen trabajo y mucha suerte, Rosa!
Besosss