44. DELIA LUNERA
Cuentan que a Delia le entró una noche la luna llena en su cuarto. Que le pilló desprevenida y no pudo hacer nada por evitarlo. Ni tampoco supo luego cómo echarla. Que la dejó jugar a las comadres con la luna de su armario. Hasta que se cayó en el vaso de agua que tenía sobre la mesilla, y se deshizo como una pastilla efervescente. Que creyendo hacer lo que debía, se la bebió de un trago. Y que es por eso que a todos los niños que sacan a pasear en cochecito, Delia se los quiere comer a besos.
¡Vaya historia chula y vaya derroche de imaginación!
Apuntando alto. Muy bueno Miguelángel.
Abrazote.
¡Pero qué cosa tan linda!
Qué cuento tan tú, Miguelángel, mezclando la fantasía con los pequeños detalles cotidianos como si fueran un todo indisoluble. Me parecen realmente admirables las personalidade s narrativas tan definidas. Un abrazo, sol.
Preciosa historia, un encanto leerlo.
Me uno incondicionalmente a todo lo dicho, pero añado (y advierto que saco mi vena académica): ¿por qué, entre tanto lirismo, ese terrible galicismo final «Y que es por eso que…»? En castellano, o decimos «Y que es por eso por lo que…», o sencillamente, «Por eso». Además, se evitarían los tres ‘que’ acumulados en la frase final («Y que es por eso que a todos los niños que…»).
Dicho lo cual, ya sabes, querido Migueángel, que esto es envidia, pura y verde envidia, monstruo.
Enhorabuena.
Precisamente el » que», creo que es el hilo conductor intencionado sobre el que se sujeta todo el andamiaje. Las diez veces en las que aparece, suponen un refuerzo que inicia las dos primeras palabras del relato.Ese final chocaría , es cierto, en otro contexto, pero en este caso pasa desapercibido por su aire coloquial y deliberadamente reiterativo. Una opinión ( y mira que a mí esas cosas me chirrían, pero aquí lo encuentro » ad hoc» completamente) Besos
Querida Nieves, totalmente de acuerdo en la base de tu razonamiento: el «que» se convierte en andamiaje gramatical –por así decir– de un relato que nos viene de segunda mano («Cuentan que… Que… Que… Que… Y que…»). Pero ese «que» completivo, que tanto sentido le da al relato, precisamente es estorbado por ese «es por eso que», que a mi parecer lo afea, y que desde luego no entra en la misma categoría de los anteriores. Pero, insisto, y tu comentario es muestra de ello: se trata de una opinión discutible que solo intenta poner puertas al campo de mi envidia…
Besos, Nieves.
Era por de probar a hablar de literatura en este blog (guiño).Sé que te referías a lo cacofónico que pueda resultar, pero hay veces, creo, que ciertas licencias ocupan un lugar muy meditado. Me encanta escuchar tus opiniones,siempre tan precisas y acertadas.Y por eso me atrevo.Un abrazo
Miguelángel, no me olvido de ti.Un abrazo, también
Disculpad que meta baza, pero leyendo las 500 dudas más frecuentes del Español, del Instituto Cervantes, la núm 292 aborda exactamente este caso. He recordado vuestros interesantes comentarios y me he venido a trasladaros lo que dice. En la construcción de marras ya no se considera «que galicado» y está aceptado su uso, como bien decía Miguelángel.
Abrazos.
Este relato deja un regusto muy agradable.
Abrazos
Gracias a todos por leer y pararos a comentar, RAFA, EDITA, ANA, BLANCA, ANA U., EDUARDO, NIEVES. De verdad.
A mí me gusta mucho, pero es uno de esos relatos que no sabes cómo verán los demás. Y de lo que dices, Eduardo, pues fíjate que lo tuve casi todo el tiempo en el borrador como «por eso que/por eso por lo que». Pero me parecía más melodioso al leerlo sin el «por lo», y dejando sólo el «que galicado», que por otro lado no es incorrecto. Pero además, de ponerlo, no evitaría tener que utilizar los tres «que» que necesita la frase. Ahora, Eduardo, Nieves, es muy interesante leer vuestra conversación al respecto. En serio.
Lo dicho, muchas gracias, familia.
Gracias, Javier, que no estabas cuando empecé el comentario anterior. Qué bien. Qué a gusto me queo!!
Como dicen por ahí este relato es «muy tú», con esa destreza envidiable mezclas ficción y realidad haciéndolas una.
Mi admiración y un beso.
Me ha hecho disfrutar.
Otra vez el talentazo, un micro precioso, desde el comienzo, la luna entrando a la habitación. Lo dicho fantástico.. y cuando cae al vaso eso es la leche en fin que sin palabras me dejas Miguel. Un admirador, un amigo un siervo.
Magistral, Miguelángel. Tu relato tiene todos los elementos que buscamos y buscamos en los nuestros y nunca encontramos. Reúne sencillez, fábula, fantasía, brevedad y, según dicen dos ilustres comentaristas algo antes, transgresión de normas. Genial. Escribe, enséñanos. Un abrazo.
Muy bonito y tierno, Miguel Angel, enhorabuena por esa Luna y esa Delia que sabe jugar con la luna y lo que tiene que hacer. Besos
Miguel Angel original e imaginativo.. Esa luna efervescente que termina bebiendo me encanta.
Yo también debí beber de esa agua,porque voy besando a todos los bebes . Me encantan!!!!
Besos
PERO QUÉ REQUETEQUETEQUETEQUETE BONITOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!
Hale ahí, con mogollón de «que»s. En esto coincido con Nieves.
ME ENCAAAAAAAAAAAAAAAAAAANTTTTTTTTTTTTTTAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!
Qué xagerá soy, madre!!
Abrazo.
Es cierto, YOLANDA, amiga, a veces los micros, como los hijos, se parecen más a uno que otras.
MANUEL, me quedo con lo de amigo. Por cierto, qué leche? Jajajaja
MARCOS, todos, todos andamos buscando continuamente. Y aprendiendo, cuando encontramos y cuando no.
Y mira, PURI, que no siempre es fácil saber lo que hacer cuando la luna te sorprende. Pero en este caso…
Mª BELEN, yo también soy de esos. Provengo de una familia muy niñera. Y besuquera.
Jajajaja, AURORA, está claro, si uno se abandona al placer, casi siempre exagera. Y si no, es que no goza.
Gracias por leerlo y comentar, familia. De verdad.
Tanto hacer de Risto Megide que había olvidado decirte que este relato es especial. Coincido con Marcos en esas cuatro virtudes cardinales que señala: sencillez, fábula, fantasía y brevedad. Precioso.
Y en esto también coincido con Nieves, y de rebote, con Marcos!!
JJIIJIJIJIIIII, venga y BESO, questoy lunática hoy.
Cuéntanos, Aurora 🙂 🙂
Este micro es tu esencia Miguelángel. La fantasía, ese punto de inocencia y bien escrito.
Que haya mucha suerte.
Unos abrazos muy grandes
Que bonito, por Dios. Me quedo con ganas de más. No nos hagas esto otra vez y regálanos las doscientas palabras, tío.
Ya capté como tu muy positivo tu análisis enterior, NIEVES. Pero muchas gracias de nuevo.
Lunática y con ese nombre, AURORA, creo que deberías aprovechar. Hazte la loca y deja que las alas te guíen.
Ay, ELENA, que tú me digas algo así…
JOSE IGNACIO, es que esta sólo traía cien. Pero prometo buscar alguna de doscientas la próxima vez.
Gracias y nueva ronda de abrazos (esta la pago yo).
Este cuento tiene el delicioso candor de una nana.
Miguel Ángel, qué te voy a decir de tu relato, de nuevo he visto tu sombra en las letras. Me voy a tomar un efferalgan a ver si tengo suerte…
Magnífico.
Miguelángel. Cada vez me es más fácil reconocer tu sello en lo que escribes. Tienes una particular manera de afrontar las letras que te hace especial. El relato es una demostración más de tu talento. Mucha suerte 🙂
Que cuento tan maravilloso Miguel Angel. Me sumo a todo lo dicho, yo también me he quedado con ganas de leer más sobre esa luna traviesa que se cuela por las ventanas y se diluye en vasos de agua. Enhorabuena por tu relato.
Abrazos.
A mi me parece encantador de principio a fin.
Miguelángel, bonita historia de buen ritmo. Suerte y saldos
Pues a mí lo que me gusta del relato es su musicalidad. Y es que, si lo escuchas, suena genial.
Chicos, perdonad que no contestara antes, estaba en «modo vacaciones». Primero de todo decir que, el verdadero premio para mí es que tu relato guste a los demás, y lo digo muy sinceramente. Un reconocimiento si no es compartido por los demás participantes para mí no lo es. Y los que me conocen bien, lo saben.
Por tanto, gracias por vuestras palabras, PALOMA, LORENZO, TONI (qué gracia me hacéis con vuestro comentario, chicos, pero gracia de esa lacia), ANNA, ISABEL, CALAMANDA y RAÚL.
Y aprovecho: FELICIDADES, Paloma, Toni.
Besos a espuertas
Un pedazo de cuento. merecido todo lo bueno que se diga.
Me descubro.
Lo sabía. Y me alegro.
😉
Felicidades, Miguelángel, una tierna historia de posesiones lunáticas. Una buena transición de imágenes.