62. Plegarias de nácar
Siendo una niña la princesa se hizo una casita en el cuarto creciente de la luna donde vivía con un precioso búho gris que compartía su vida con ella y le acompañaba a todas partes. Por las noches, salían al porche y juntos se sentaban al fresco. Se quedaban embelesados mirando a la luna llena, con el corazón henchido de ilusiones, con la esperanza creciente en un mañana perfecto. Un mañana donde los árboles se vistieran con verdes ropajes, el dorado cubriera los sueños y la música sellara la felicidad de ese preciso instante entonando plegarias de nácar.
Bonito cuento con las palabras ILUSIÓN Y ESPERANZA por bandera.
Que nunca se pierdan.
Un beso.
Un delicado relato decorado con la buena compañía.
Abrazos
Un cuento lleno de esperanza, tranquilidad y bienestar,
Un abrazo Jone.
Qué pareja más maravillosa, tu niña princesa y su búho fiel.
El relato te deja con ganas no de seguir leyendo, sino de entrar en el propio cuento. Qué bonito y cómo transmites en positivo. Nada fácil. Mucha suerte 😉