95. Bajo la luna llena
Tu blanca luz ilumina el camino de forma intermitente debido a la procesión de nubes que ocultan por instantes tu hermosa redondez. Yo me siento pequeña y acogida en tu seno como lactante indefenso ante la blancura de tu emanación lumínica. No quiero que se acabe. Quiero caminar siempre por este camino con tu compañía. Cíclicamente nutres mi caminar nocturno de ilusiones y refulgentes esperanzas. Me gusta sentirme hija única e imaginar que llenas con tu luz para mí el camino. A mi camino. Me siento única y afortunada porque tu luz, el vínculo que nos une a ti y a mí, lo disfruto cuando generosa me lo ofreces. Tú ahí, suspendida; yo aquí, fusionada. ¿Tan diferentes somos?. ¿Es posible que me veas desde tu atalaya del firmamento?. Sigo por el camino y no me pierdo. Bajo la luna llena nada da miedo porque su luz protege, cobija y reconforta ahuyentando hasta los malos sueños. No volveré a pasear por terrenos vacíos de ti. No caminaré más por las sombras ni tendré miedo a pesadillas de cuando tú no estás porque tu recuerdo acunará mi mente y se paseará sutil ciclicamente por el camino que recorro buscándote en las sombras.
La luna llena protege, es cierto, pero qué lejos parecen «madre» e «hija única». Enhorabuena
Un saludo
JM
Me gusta tu entrega a la luna.
Una mezcla de opuestos:
Grande y pequeña;
Arriba y abajo;
Luces y sombras.
El relato es muy bueno y está muy bien narrado. Te deseo mucha suerte 🙂