JUL30. NO DARSE POR VENCIDO, de Hector Ramon Romero
Llevamos juntos muchos años, y preferiría no hacerlo,pero no quiero estirar más esta situación.
Esa noche, cuando llegué del trabajo, mientras servías la comida te dije,-tenemos que hablar,-Hoy no, nuestro hijo no se siente bién,-dijiste sin mirarme y cenamos en silencio.
A la noche siguiente al entrar te dije,- Quiero el divorcio- te dejaste caer abatida en la silla y ahí ví, amontonarse las arrugas en tu rostro y,…me apenó el descubrirlo, pero lo dicho ,dicho estaba, me miraste y sin reproches,me pediste un mes y luego me dejarías libre pero con una condición, que todos los días al partir hacia mi trabajo, debería cargarte en brazos hasta la puerta de calle,-¨Esta loca pensé, pero accedí al insólito pedido¨.
El primer día, nuestro hijo de diez años nos aplaudía felíz. Al principio me costaba cargarte, pero al décimo día ya no sentía tu peso,… y al tener tu cuerpo pegado al mio, al llevarte en brazos y sentir tu perfume de mujer, algo hizo clik en mi interior y el amor que se había quedado dormido, acunado por la rutina,¡ Despertó!.Al día 28, compré flores, ¡ Ya no quiero el divorcio!
Hector, muy ingenioso y con final feliz. Suerte y saludos
Gracias Cala por tu comentario ,saludos.-
Trato curioso lo de llevarla en brazos. La idea de incluir al niño dentro de la acción ayuda al relato. Saludos.
Simpático relato, y como en él, muchas relaciones se rompen por el peso de la rutina. En este caso hubo una segunda oportunidad.
Muy bien contado.
Saludos. Asunción B,