13. INHUMANO
Al principio me gustaba que viniera a recibirme a la puerta moviendo el rabo, pero pasados unos meses le pedí que se pusiera calzoncillos. Sobre todo desde que un día llegué a casa con mi madre, y al verle desnudo corriendo por el pasillo me miró con cara de pánico y se dio la vuelta. Nunca más volvió a visitarnos. Llevábamos poco tiempo viviendo juntos y yo intentaba adaptarme a sus costumbres, a esas manías de la otra persona que no descubres hasta que convives con ella, y que en su caso resultaron ser muchas. Por ejemplo siempre cogía el mando del televisor con los pies, o se rascaba la espalda contra las esquinas de casa, y hasta me da vergüenza decirlo, pero un día le pillé olisqueando mi ropa interior. Aunque todo eso se me olvidaba las noches de luna llena, cuando se erguía sobre sus extremidades inferiores y me escribía hermosos poemas que me desvestían lentamente, y hacíamos el amor durante horas bañados por la luz de zafiro blanco. Y a la mañana siguiente, al ver en el espejo los rasguños de mi espalda tras la batalla amorosa, me preguntaba si en realidad estaba enamorada del poeta o del animal.
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Ainssss, pero que bonito!!!!
Un relato perfecto. Me encanta. Juegas con las leyendas, con la poesía, con la vida cotidiana, con los desastres conyugales (esa suegra que no vuelve de visita..jajaja), resumiendo, ¡¡¡cómo me me gusta!!!
¡Me encanta!
Tíndaro, tu cuento está muy bien contado y es original en su contenido. Suerte y saludos
Qué bonita dualidad has creado. Comprendo las dudas de la protagonista. Me ha gustado mucho por el enfoque original y freso que le has dado a ese tipo de personaje. Mucha suerte 🙂
Al final nos cuentas tu realidad con Modes, que te recibe tan alegremente. Has hecho un relato muy ocurrente y simpático. Una mezcla díficil pero amena de dos mundos. E incluso tiene una carga romántica. Muchos matices. Ta muy bien, compadre. Y muy valiente al salir del armario.
Saludos a palo seco y desde lejos.
Realmente sorprendente tu historia, con todos los ingredientes al más puro estilo cómico. Lo del rabo y la madre que sale huyendo son el comienzo de todas las anécdotas posteriores.
Un saludo
Rosa
Suerte!
Eso es lo que pasa por enamorarse de un hombre lobo.
Las caras de la misma moneda pueden ser tan desconcertantes, que, como en tu relato, nos plantean la duda y nos llevan al enfrentamiento. Pero esa misma lucha existe en el seno de un ser dual. Intenso y brillante.
Un saludo
JM
Si es que nadie es perfecto, un delicado poeta civilizado, además de incansable amante nocturno, sí, pero en el cuerpo de una fiera, qué se le va a hacer. Al menos, ha logrado que la suegra no vuelva, algo nada fácil, igual todo formaba parte de una táctica.
Original y muy simpático. Acabas de inventar el realismo mágico-zoológico.
Ahí va mi abrazo, campeón.
Llevaba tiempo sin leerte y me sorprendes con esta joya. Pensaba que era el último micro sobre la luna y sin embargo lo encuentro ahora aquí. Es lo de menos, da gusto leerlo allá donde esté, pero en el tema de la luna me parecía prácticamente insuperable.
Suerte Tin y un fuerte abrazo.
¡Que no me dais tiempo a leeeeer! Que relatos como este obligan a leerlos varias veceeees. Que sigo desconcertadooooo. Que es buenísimo, Tíndaro. Felicidades.
Creí en una lectura apresurada que el cuento trataba de actos de bestialismo y concluí aún más rápido. Sin embargo las frases de la historia me dejaron un regusto dulce, a buena literatura, y retomé el texto. Los sátiros suelen ser representados sonando una flauta, la música puede ser una forma de poesía, y prefiero esta interpretación mía a aquella que se refiere al sexo entre humanos. El relato me ha parecido muy bien escrito.
Divertido relato. la madre de la criatura desde luego ya no vuelve, lo que no se es como ha ido a visitarlos antes, con un yerno tan «animal», es para no ir.
Gusta leerlo.
Un abrazo Tíndaro
Tindaro, muy original, esa luna llena que bestializa al hombre pero en tu relato humaniza y poetiza a la bestia. Muy bueno. Abrazos.
Me ha parecido perfecto de principio a fin. Lo leo y releo y disfruto imaginándome a la criatura y sus costumbres, al poeta y a ella amando a la Bella y a la Bestia. ¡Eso es Amor!
Estimado Tíndaro, todos tenemos dos almas, dos lados, deseos contrarios y confusión ante el libre albedrío, me gustan los arañazos finales todo vale si se está enamorado, de la bestia, o del hombre.
Abrazos y suerte
Moviendo el rabo jajaja ¿y lo hacía a cuatro patas? Grande el humor que encierra mezclado con humanidad. Me ha gustado. Otro mes para pasarse horas leyendo estas micromaravillas.
Vaya Tín!!! Pensé que odiabas la poesía, será que te van más los animales, y sin son raros, mejor!! 😉
Se nota el estilo microlunático en el relato, vamos, que se te va el parrote! Me encanta!!!
Yo creo que animal y poeta son sinónimos, pero por lo visto, tú no!
SALUDOS!!!!
ja ja ja… entretenido y divertido, ¡quiero un animal como ese para mi!… jejeje, la poesía la puedo poner yo…. jejeje
Buen relato.
Felicidades
Este es un relato muy bueno, juega con lector. En su desarrollo logra que cada quien elucubre sobre la historia, la cual se revela con ese final muy bien logrado, no está forzado. Un micro para ser tomado en cuenta.
Saludos.