4. Hola Septiembre (de Rueca de Aurora)
Aurora perdió al mes de agosto. La sal marina, las manos de mamá extendiéndole la crema, el sol a las seis, las sonrisas tras el objetivo y los descubrimientos en los parques.
Lo busca por la casa, en los cajones de la ropa, por el patio, en el sillón del abuelo y hasta en el columpio donde arrulló sus sueños.
Bajo la cama encuentra a septiembre. El olor a témperas, las nuevas lecciones de la maestra, los jalones de pelo en el recreo, también lágrimas camufladas en las hojas secas del suelo, corazones raspados, besos detrás del cuello, narices respingadas apoyadas en el cristal y al frío paseo del invierno sin ti.
Pues a mí me encanta septiembre, ya ves.
Esa es la batalla de Aurora 🙂
Sí, septiembre. También octubre y todo el otoño. Es como renacer, a pesar de que se piense lo contrario. Ya, pero el invierno es otra cosa. Muy suave y tierno
Un saludo
JM
los meses son una batalla, y en invierno más, gracias amigo!
Érika, nos cuentas con sutileza, el paso de los días con sus penas y alegrías. Suerte y saludos
tras una dura batalla, la de la pequeña Aurora que intenta sobreponerse con los meses, gracias por tus palabras!
De que manera más fantástica pasas de mes.
Precioso.
un beso Érika
Muchas gracias Belén, me emocionan tus palabras, un beso enorme
Pocas veces me he encontrado mejor descrita, mejor presentada y revivida, la lucha contra la nostalgia que nos provoca el otoño. A mí, personalmente, me gusta complacerme en esa lucha, y creo (creo) que en tu relato veo lo mismo.
Enhorabuena. Un saludo.
Pero que bonito todo eso que me dices, me han salido las lágrimas, entonces no hay más que explicar, solo nosotros sabemos la lucha que hay que tener con la nostalgia, un beso enorme.
Una manera tierna y poética de contar las sensaciones que provoca el paso del verano al otoño. Todos somos un poco Aurora. Me ha encantado, Érika. Felicidades y suerte.
Hola Juana, muchas gracias, Aurora no se siente tan sola con tantos comentarios bonitos, un beso grande.
Agosto suele parecernos el mes más corto del año; también, por ello, el más esquivo. Todos tienen su encanto, así como las estaciones en las que están incardinados, pero agosto tiene características que lo hacen único. En mi caso, sólo en ese conjunto de días consigo relajarme de verdad, eso que llaman desconectar. Aparte de lo que cuentas, me gusta cómo lo haces, con esa vena poética tan tuya.
Suerte, Érika. Un saludo
Gracias Ángel, mi batalla de que gustara esta siendo resuelta 😀 jaja, agosto a veces nos trata bien, en este caso a Aurora no, pero lo intentará, besos.
Melancólica te muestras en este relato y Dios sabe que el paso al otro lado una vez terminado el universo de agosto pasa por muchas fases y una de ellas es la que describes.
Buen texto, claro y muy bonito lo del sol de las 6, nos traes a la tierra y a las playas al atardecer cuando no quema.
abrazos
Gracias Manuel por tus palabras, yo me quedaría eternamente en el universo de agosto. el año que viene tendré una nueva oportunidad. besos
Septiembre es el mes en el que más miedo da entrar y, sobre todo, cuando dejamos un amor de verano. Me ha gustado tu relato, Érika, bonito y original.
Gracias Lorenzo, da miedo entrar y pena dejar atrás lo que ya no volverá, besos.
Agosto nos encandila con la sensación de libertad, el disfrute del mar, de la playa, de la naturaleza en todo su apogeo. Además están el poder olvidarse del tiempo, del calendario… Septiembre supone la vuelta a la rutina, al colegio, el trabajo, las prisas y las obligaciones.
Pero también el olor a tierra mojada, el recogimiento en el hogar, la explosión de colores en los árboles, la vuelta para compartir con los amigos….Todo ello es septiembre y eso debemos saberlo y disfrutarlo toda y todos.
Espero que Aurora sepa hacerlo, tendremos que esperar a Octubre 🙂 muchas gracias. besos
Pues es curioso porque el olor de septiembre con su salida del verano y su entrada del otoño, ese cambio de ritmos, es para mi una sensación muy potente. Cada año entra septiembre con su marca característica, de empezar a ponerse los abrigos y de olor a lluvia y frío. Y a mi me encanta. Tu historia es muy chula.
Gracias Isabel, septiembre es el mes de la melancolía y del final de los amores de verano, un beso grande.
Septiembre
Y el crujido de las hojas en el suelo, y el olor a tierra mojada, y el color rojizo de los árboles, y recoger nueces del mismo nogal, y abrigarse un poquito más, y sentir nostalgia sin dejar que nos devore, y…
Cuéntale a Aurora todas estas cosas. Quizá sonría de nuevo…
Se lo contaré, e intentaremos sonreír juntas, un beso y gracias 🙂
En esa batalla estamos todos.
Pues entonces nos entendemos perfectamente, ánimo y un beso grande.
Si buscamos recuerdos es porque estamos, lo mejor es mirar hacia adelante. Contar Septiembres.
Retener los recuerdos y acordarnos de ellos como si se tratara de un álbum de fotos.
Besos.
Primer tomo completado, 🙂 gracias vitolosa
Qué bonita manera de hablarnos de recuerdos, melancolía y ese cambio que por mucho que queramos es constante y nos recuerda que nada se queda por mucho que nos guste. Me ha gustado mucho. Mucha suerte 🙂
Y luego la batalla de olvidar, la batalla de empezar. gracias Juan, un beso grande.
Es verdad los meses son como batallas, unos más duros que otros. Muy suave manera de contarlo.
Saludos
Sí, así lo veo yo también. Gracias Asun 🙂
Qué tierno, nostálgico. Me encanta, precioso. Un abrazo
Qué bonito…me gusta, enhorabuena y suerte
Que fantástica manera de narrar la pérdida de un amor de verano. Es genial. Uno de mis favoritos.
Abrazos