9. Legado de la Gran Guerra (J.Redondo)
No recordábamos haber visto antes algo similar. Parecía un implante extraterrestre preparándose para acometer una inminente invasión de la tierra.
Una lluvia nocturna había clausurado el estiaje. En el sendero a Matienzo, desde Las Calzadillas de Alisas, en la umbría de un bosquecillo, de su gleba ovoide, salían cuatro lenguas puntiagudas de rojo intenso moteadas de melaza negra en sus perfiles. Parecía el gorro de un bufón medieval. Un hediondo olor a cadáver, néctar para insectos necrófagos, prevalecía sobre el petricor de la geosmina.
La Sociedad Micológica de Cantabria nos lo identificó como un “Clathrus archeri”, en nuestro lar dicen llamarlo “calamardo”.
Aquel hongo encubría un origen trágico.
Sus esporas se enganchaban en Australia a la lana de las ovejas. Esa lana se utilizó para fabricar capotes de soldado en la primera guerra mundial. En los restos de aquella masacre de un cuarto de millón de muertos, en los campos embarrados de Verdún, tras la batalla de invierno de 1916, reavivando sus micelios entre los enfangados despojos, asentó en Europa sus hifas.
Desde entonces invasivamente, espora a espora, de mosca en mosca, llegó aquí, a este bosquecillo cercano al espectacular “poljé” de Matienzo y al cuaderno de campo de JAMS.
Confieso que me he tenido que emplear a fondo para encontrar algunas palabras cuyo significado desconocía y que no aparecían en la Rae. También reconozco que este año he empezado antes que nunca las lecciones micológicas, en otoño más. Un relato denso para contarnos una macabra siembra que, repleto de referencias históricas, nos revela el origen de este hongo en nuestros campos. Gracias por la clase y por el buen rato. Un abrazo.
No creas que soy micólogo, más que buscar setas lo que me gusta es buscar palabras y lo del petricor de la geosmina se lo he copiado de su columna en ABC del pasado domingo a la maestra de micro-relatos Mónica Fernández Aceytuno. Lo de la gleba y las hifas son profundizaciones wikipédicas.
Gracias por pararte a comentar.
Confieso que he tenido que emplearme a fondo para encontrar algunas palabras cuyo significado desconocía y que no aparecían en la Rae. También reconozco que este año he tenido que empezar antes que nunca las lecciones de micología para saber algo sobre un hongo del que nunca había escuchado hablar. Un relato denso para una macabra historia, repleta de referencias reales, sobre la aparición de este hongo en nuestra tierra. Gracias por la clase y por los buenos ratos. Un abrazo.
¡No te lo perdono! Con los últimos calores había conseguido superar el mono de monte y tú me lo has resucitado. 🙂 (Tengo una experiencia muy graciosa con esa seta).
Detrás de una estupenda literatura, se esconde mucha bota, cesto y navaja, sin ninguna duda.
Edita, reconozco que te he inducido al error. Sólo una vez en mi vida he ido con el cesto y fue en el Sobrepuerto aragonés cerca de las ermitas rupestres de Yebra de Basa donde se dice que reposó escondido de moros, el Santo Grial. Aquel día tuve la fortuna del principiante de encontrar una herradura de champiñones. Los afamados rubellones no me gustaron nada y estaban «cucaos». Lo más divertido fue dar pataditas a los pedos de lobo. En fin un día inolvidable. ahora ya no tengo el cuerpo para agachamientos.
Oye, cuéntame esa anécdota si es contable.
Saludos.
Pues más mérito el tuyo si cabe, porque verdaderamente sí que has aprovechado ese día de setas; cualquiera diría que, por lo menos, eres un vicioso del asunto, como yo. 🙂
Mi anécdota: acompañaba a alumnos de primaria en excursión bucólica (sendero, río, molinos…), cada uno con una cámara de fotos. Se trataba de conseguir la mejor instantánea de la naturaleza. Un niño me viene a enseñar lo que acaba de fotografiar (la seta en cuestión) y yo, que por aquel entonces no era ni iniciada en el mundo micológico, no se lo creí, me parecía una especie marina o algo así que él tendría en su cámara. El pobre mucho sufrió hasta que desandamos el camino y pudo mostrármela en vivo. Aluciné.
Ahí, ahí, las maestras creando traumas infantiles!! Cuánta maldad y desconfianza en esos pobres infantes!! Será por eso que yo me he quedao así de pallá??? 🙂
Es broma, por supuesto.
O a lo mejor no!!
Abrazo
🙂 No me doy por aludida porque solo he dicho «acompañaba a alumnos de primaria», y eso no significa obligatoriamente ser maestra. Que podría ser, eh… 🙂
Pues algo parecido es lo que me pasó a mi con este bicho.
!Guau! Me encantó.
Me subes la moral. Gracias
Redondo Lavin!! Es que lo tuyo es… bueno, ya no se como adjetivar lo tuyo!.
Abrazo.
Tengo un familiar que lleva muchos años arrastrando una enfermedad. Creo que nadie, de los ajenos a su casa, sabe exactamente de qué sufre. Cuando preguntamos por su salud nos responden: — Ahí sigue con lo suyo.
Nadie pregunta o se atreve a preguntar que qué es eso de «lo suyo».
Tu comentario ditirambórico, como de costumbre, me ha recordado esta anécdota.
Besos y a currar que los que somos pensionistas tenemos que cobrar.
Besos
Ahora si que no se cómo adjetivarte!! ;-).
Esa seta hace que te salgan palabros egregios y yo tenga que acudir al diccionario. Eso si es un trabajo!!. Eres malignooooo!!!!!!!!!!
Ah, pero voy a poner una plantación de hongos de palabras de barrio y ya te invitaré a un regüelto, ya!!
Abrazo y besoooooooooooo.
Con huevo y mucha «muñequilla»como lo hacían en el restaurante «ORDAGO» de Madrid Xavier y Elena.
Besos
He creído comprender una versión del efecto mariposa pero con esporas que rodean el mundo para llegar a nuestros montes (nuestros platos, en mi caso, si es comestible).
Un saludo
JM
No se sí afirmas o preguntas si es comestible. En los libros se dice que puede serlo, pero sin mucho entusiasmo. Yo por mi parte no lo haría, primero porque repugna el olor y las bolitas de alquitrán que lo adornan y segundo por sí es verdad lo del implante extraterrestre y te sale un «alíen» por el ombligo.
Gracias por tu comentario.
Saludos
Jesús Alfonso,esta anecdota cagada de historia bien merece un micro como el tuyo. Suerte y saludos
Calamanda, será cargada ¿no?
Gracias por pararte a coger setas.
Un beso.
Es un trabajo literario de calidad. La descripción de la seta prepara al lector mediante evocaciones sensoriales que le conducen, con un atrevido cambio de ubicación temporal y geográfica, a una reseña histórica donde puede identificar la guerra con una taxonomía desagradable.
Qué bonito criticas. Tu vas para cátedra literario.
Que el día 4 te salga todo perfecto y que además te lo pases bien.
Ah, cosas de la tierruca, en los fines de semana del mes de septiembre en el pueblo de Galizano, hay una tradición de mas de 60 años de cenar callos. Si te gustan apúntate a una visita.
Estará este p´a callos!! 🙂
Yo igual si que me apunto!!
Abrazo
Espero que mañana no se los pisen.
Me gusta la idea central del relato de sucumbir ante lo que viene de fuera sin poder hacerse nada. Es otro aspecto de la globalización que no califico y que es como lo haces en tu caso muy literario.
Abrazos y suerte
Pues es cierto que últimamente se demonizan más a las especies invasoras; que si los plumeros que vinieron de Cuba, que en Cantabria ingenuamente se pretenden erradicar, los loros,esos verdes que abundan por los parques de Madrid; que si el mosquito y el mejillón tigres etc… Espero que no se encone el asunto cuando se trata de personas.
Gracias por tu comentario.
No puedo por menos que entrar a comentar este relato, Jesús, ya que ‘ahí me has dao’. Hace unos años participaba en los ‘micomicrorrelatos’ de la sociedad leonesa San Jorge, así como me dan a mi las cosas, a borbotones, porque la micología me sirvió en su momento para salir de una cárcel y conocer a gente maravillosa (alguno de la sociedad cántabra que citas, y uno de tantos que me publicaron en su librito era sobre esta especie C. archeri: era un relato de pulpos y ranas. Por otro lado, genial manera de ligar la invasión de esta especie australiana como un colateral de la guerra, tras la batalla. Aquí la gente ya la va conociendo )mucho prado, mucho eucalipto) pero al principio flipaban. Yo creo que también tiene su encanto (mirándola con pinza en la nariz). Felicidades.
Viva León. Si que tenéis allí lugares para setas. Yo procedo de Maragatos ( los Botas de Brazuelo) y del Boñar. Duras tierras llenas de épicas vidas humildes.
Gracias por tu comentario.
Además de bien relatado, nos has dado una lección de historia y otra de sobre una especie curiosa del mundo de la micología. Por lo que genial por partida triple.
Un abrazo
Pues sí entras en imágenes de internet con el nombre de esta seta seguro que alucinas y comprendes por qué me dejó patidifuso cuando me topé con ella.
Gracias por comentar.
Jesús Alfonso, me ha encantado el lenguaje que has empleado para describir el peregrinaje de esas esporas que han sido testigo de esa guerra, como todas, sin sentido. Abrazos y suerte.
No se me ocurrió otro modo de trasporte que las moscas, que no tienen que pararse en las aduanas.
Un abrazo y muchas gracias por tu comentario.
Qué maravillosa forma de presentarnos a esta especie micológica. Me ha gustado mucho mucho. Y además gracias por contar su historia. Este rincón es un vergel.
Sigues sin darme pistas de tu identidad. ¿Is a bell necessary on a bike?
Muchas gracias por leer mis relatos y comentarlos.
Besos
ja ja ja, una Is a bell siempre es necesaria en una vida, sobre todo para mi.
¿Pistas? un montón. Sabes mi nombre, que escribo aquí (13 meses cuando deje mi relato del mes, que ya he metido en el horno) y sabes los relatos que me gustan.
Un dato más, el mundo botánico es de mis favoritos.
Creo que ya sé quien eres. Por supuesto una de las dos Isabeles. La que es Padilla ha sido nuestra neófita de Agosto y espero que no se quede sólo como becaria. Tienes que ser «la otra». La que pelea con ventiscas y tormentas, la que manda mensajes en botellas, la que inventa planetas y los llena de vida, la que celebra cumpleaños en Junio y adora el sol y la luna. Eres la dama de Salom que quitándose la máscara se hace presente en este mes de septiembre.
Muchas gracias por tus continuos comentarios a mis relatos Isabel López Soriano. Y perdóname que no te haya correspondido con interés a tus hermosos escritos. Me corregiré.
Besos.
Talento literario a la par que nos culturiza.
Hay quien de más?
Caballero, leer sus relatos mes tras mes es asistir a una clase magistral, donde el entretenimiento y el saber van firmemente unidos de la mano.
Gracias sinceras.
Gracias sinceras a ti por tu halagos. A mi ENTC me tiene enganchado.
Saludos.
Con lo susceptible y nada setero que soy me has hecho dudar se el perretxiko sigue siendo comestible, así tan pequeño.
Las guerras no sirven para nada bueno, como nos demuestras en este buen relato contado con ese estilo que nos atrapa.
Pienso que ni setas ni cañones, aunque fuesen Amanita caesarea o General Dynamics.
Un abrazo.
No sé que ha pasado pero ha desaparecido mi respuesta a tu comentario. Trataré de recordar lo que te puse. Ya sé que has visto fotos del bicho en cuestión. Comprendes mi alucine cuando me lo topé entre dentro de la umbría de aquel bosque y rodeado de otras muchas setas de diversos colores. Parecía el brujo de la tribu de los hongos. Por otro lado yo soy un convencido del dicho latino de sí quieres la paz, prepara la guerra. Además no renunciaré nunca ni a un revuelto de perretxicos ni a la pensión de General Dynamics.
A Dani le he dicho lo de los callos de Galizano. El asunto proviene de una peregrinación que desde hace tiempo inmemorial se hace en Septiembre a la ermita de San Pelayo, encima de Ajo, desde Galizano a pie. Hace unos sesenta años una mesonera preparó callos para la cena de los cansados peregrinos a su vuelta al pueblo. Desde ese día, todos los viernes del mes de septiembre en los restaurantes y bares de la zona se sirven callos para cenar. El año que viene lo intentamos, con o sin peregrinación previa.
Un abrazo y espero que no se pierda el comentario.
Casi parece un microtratado sobre esa curiosa especie que no conocía de nada. Tu relato me recuerda a esos lagartos o a las amantis religiosas que parecen alienígenas. Además, acaba con un guiño a este blog con lo de JAMS, ¿no?
Lo hablé hace tiempo con Juan y me enseñó su cuaderno de campo en el que mostraba que él, en las proximidades del «Sender del Agua»,también había encontrado un hongo como este.
Gracias por tu comentario.
Me gusta mucho este relato, todo un tratado de micología, una ciencia que requiere conocimiento, estar en forma y horas de trabajo de campo en el campo, valga la redundancia. También pone de manifiesto la famosa globalización, fenómeno cada vez más generalizado, que lo que comemos es fruto de una tierra que es herencia y soporte de nuestros antecesores que, sin duda, en algún momento, hicieron la guerra.
Suerte y un saludo
Gracias por tu comentario, Ángel. No sé sí eres del norte pero cuando yo era niño solo los gorriones y colilargos picoteaban entorno a los ganados y en los campos recién segados, hoy las garcetas blancas han tomado su lugar. No sé si es que nos comimos todos los gorriones o es el cambio climático o la globalización pero muchas cosas son muy diferentes.
Saludos
Lo considero un relato muy ilustrativo. A mi me has obligado a documentarme un poco para acabar de darle sentido completo y te lo agradezco. Mucha suerte 🙂
Agradezco tu comentario una vez más Juan y sobre todo muchas gracias por tener la constancia que tienes en leer y comentar todos los relatos. Me gustaría tener tu paciencia.
Un abrazo.
«Aquel hongo encubría un origen trágico». Una frase que añade tensión y que propicia un interés que ya habíamos comenzado a experimentar desde el principio.Muy bien administrada nuestra curiosidad a través de esta historia atractiva magníficamente trabajada.Un gran trabajo, Jesús A .
Pues muy agradecido por tu análisis crítico Nieves. Espero no haber llegado a ponerte los pelos de punta. Al fin y a la poste es sólo una seta. Pero si yo tuviese un campo y empezasen a salir bichos de estos, no dormiría tranquilo.
Un beso.
Solo por aquello de que una imagen vale más que mil palabras he querido transportar aquí la imagen del “Clathrus archeri» pero me ha sido imposible. Verla en la foto de Wikipedia me ha impactado. De setas y de hongos conozco pocos, el rico Rebollón o Níscalo, y los fétidos e incomestibles «pedos de lobo». Por eso mi asombro al ver tan espectacular y raro espécimen. Realmente parece un gorro de un bufón medieval… jejeje… y sobre todo un «alien», dispuesto o indispuesto a salir por la barriga de alguien…. Auggg…
Gracias por tu versátil relato y por tu magistral lección
Pues me alegro de que mis impresiones sobre este degenerado aloe-vera te hayan parecido correctas y que comprendas la impresión que me produjo el encontrarme con un bicho de estos por primera vez.
Gracias por tu comentario.
Impresionante, cuando yo digo que leerte es aprender, no lo digo de broma. Increíble la manera como has hilado toda la historia para traer una batalla a través de un hongo y éste a través de las lanas de ovejas de Australia.
En fin, sin palabras.
Y por su puesto me parece que eres muy buena persona.
Besos
Pues gracias por tu comentario y de nuevo gracias por tu relato lleno de dedos. No me hacía la pregunta sobre mi bondad, para que amigas como tu me complaciesen con su respuesta, sino por afirmar que detrás de esos cerebritos de uso incompleto, como los de todos, late una sensibilidad que muchas veces no valoramos.
besos.,
Original enfoque de las secuelas de las guerras. Esta vez en forma de “calamardo”.
Felicidades.
Me alegro que te haya gustado. Un beso María.
Como siempre, muchas gracias Ana por pararte y comentar este relato.
Besos.
prueba foto perfil
Preciosa historia la que nos narras, además ilustrativa de la que admito he aprendido.
Un saludo
Vaya planta que tienes en casa, o en face Book. Se ve que recibe tanto mimo como el de tus pinturas que poco a poco van saliendo.
Gracias por tu comentario.
Bueno doble enhorabuena, primero por conseguir poner la foto (son elefantes de papel¿?) y segundo por tu relato. Siempre se aprende algo leyéndote,siempre.
Como relato en sí, a mi, torpe intelectual y con culturilla de zapatillas de casa, se me hace complicado seguirlo con tantas palabras desconocidas, eso me rompe un poco el ritmo, e imagino que a la inmensa mayoría de lectores les puede pasar igual. Me gusta el aire misterioso inicial que no sabes si va de extraterrestres en ovnis y te preguntas qué tendrá que ver con el título. La frase «Aquel hongo encubría un origen trágico» es muy potente, quizás funcionaría muy bien de frase inicial. Las connotaciones o moralejas de cómo lo malo se expande por todas partes me gustan. En fin, bonita lección, pero de ese hongo no probaré dado las cosas que cuentas.
Abrazo
Es un elefante y un burro de papel. El libro es un clásico que ya usaba mi padre en los años 30 de un tal Doctor Montero que de vez en cuando reeditan y que por muchos ejemplares que compre, siempre acaban en casa de otro como préstamo nunca devuelto.
Perdona que te tropieces con mis palabras raras pero es parte del juego del diablillo que llevó dentro.
Pues muchas gracias por tu ayuda. Sabes un wevo de estas cosas de la web.
Un beso.
Espero mi ejemplar un día de estos. ¡Porfa!
Pues a mi no me quedan. Búscalo en íbero íbero que si he visto que algún librero lo tiene. Se llama el mundo de papel del dr. Montero.
Este relato me hace pensar en el asunto de que junto con los colonizadores, llegaron a américa otras especies invasoras, que se han adaptado tan bien a estas tierras que a veces creemos que son autóctonas. Como siempre, buena historia, bien contada. Suerte.
Saludos.
Y de América aquí también están llegando cosas. Ya sabes la globalización.
Gracias una vez más por pararte a leer mis relatos.
Un abrazo.
Microrrelato muy de tu estilo, con cosas que son verdad y siempre pegadas a tus orígenes. Un primer párrafo trabajado que nos crea la necesidad de seguir leyendo. Un segundo párrafo tipo reportaje que nos aclara. Suerte a fin de mes y mira donde vino a parar las esporas.
Es un honor ver tu opinión en mi rincón.
Un abrazo.