DIC113. BUENOS DESEOS, de José Manuel Molina Monclova
Se les vio llegar este año hacia finales de octubre, mezclados con castañas y boniatos, cuando en el Mercadona se pusieron ya los productos navideños entre sus estantería. Durante el transcurso de los días y batalla a batalla fueron ganando corazones. En estos últimos años estas batallas son cada vez más duras.
Los corazones de las gentes se han endurecido y ya no se comunican con los de sus vecinos, pero en estas fiestas el bombardeo incesante de buenos deseos vence hasta el más ruin por unos días y para ponerlo fácil nos indica el camino más corto hacia el bolsillo o bolso.
Lástima que solo sea unos días y que nuestros buenos deseos se paguen con Visa.
José, tienes razón, solemos engañar a nuestras conciencias con unos euros. Me ha gustado. Abrazos.
Y todavía no he llegado la batalla final, esa que los buenos deseos no ganarán nunca.
Muy original.
Un abrazo.
A tí y a tu relato, os deseo mis «buenos deseos»
Mucha suerte.