26. Mensaje en mano
Colillas desbordando el cenicero, dos copas de vino derribadas sobre la alfombra del comedor, ropa interior jalonando el camino hasta la cabecera de la cama. El comisario Segura estudia el dormitorio frotándose el mentón. Parecen restos de un naufragio tras una noche de batalla naval. Se acuclilla observando los dos cadáveres bajo la sábana arrugada. No toca nada.
—El juez Barena —le anuncian.
Segura saluda lacónico:
—Marido despechado.
Barena le estrecha la mano. Aparentemente un gesto formal entre amigos cuyas mujeres, María y Elena, se conocen. El juez le retiene la mano, mirándole fíjamente a los ojos, advirtiendo:
—Prefiero la venganza fría — sin despegar la mirada del comisario señala con la barbilla a los amantes—, sin sangre. Lentamente.
El índice de Barea sobre el pecho del comisario marca un silencio violento que el juez rompe al alejarse:
—Me olvidaba… Saludos de Elena…
Segura se queda un instante con la mano bobamente extendida, rígida. Se le ha quedado helada. El flash del fotógrafo forense atrapa un tic nervioso sacudiendo el labio inferior del comisario y su mano escondiéndose en un bolsillo. Ahí, dentro de la gabardina, hecha un puño, late temblorosa como un segundo corazón desbocado.
Aquí no hace falta ser detective para imaginar la tragedia.
De eso se trata, de adivinar. Buen micro negro, negrísimo.
Así, como en las de detectves. Muy buena.
Un saludo
JM
Cuanto dejas a la imaginación, muy buen relato.
Un abrazo
Uuufff, cuánta violencia latente en esta historia que has sabido dibujar tan sugerentemente, Mikel. Me ha parecido muy interesante precisamente por las sugerencias, que trazas con palabras y con gestos; y quizá por eso mismo, creo que esa referencia a los «amigos cuyas mujeres, María y Elena, se conocen», era innecesaria. Con el gesto posterior del comisario al escuchar la alusión intencionada del juez a Elena, además de ser suficiente, creo que se hubiera mantenido mejor el tono.
Aun así, Mikel, insisto: el tono sugerente, muy acorde por otro lado con el género ‘negro’, hace del tuyo un magnífico relato. Enhorabuena.
Saludos.
Se masca la tragedia, Mikel. Me gusta tu relato negro.
Abrazos.
¡¡Pillado!! No quisiera yo estar en su pellejo, el anuncio de venganza, y tenerlo en espera, es ya en si mismo una dolorosa tortura.
Perfecto relato de cine negro. la tragedia está servida.
Me ha encantado la imagen del puño en el bolsillo, rabia contenida?
un abrazo mikel
Un perfecto pequeño capítulo de novela negra, debía seguir el relato me quedo con ganas. Me atrapan estas historias.
Abrazos y suerte
Vaya dos relatos tejidos con sangre fría. Me ha gustado.
Se masca la tensión entre los hombres. Y muy bien contada la reacción de Segura. Los dos personajes tienen una gran fuerza.
Qué bueno… se masca la tragedia. Está todo dicho y no has explicado nada. Me gusta hasta el detalle de que el cornudo tengo mayor grado en jerarquía. Lo has rodeado todo para que a ese hombre le tiemblen hasta los orejas. Mucha suerte 😉