30. CAZA DEL BECARIO
El reclamo para atraer al becario era jugoso: “Trabajo fijo con cuatro pagas extras”. En el coto, los becarios se cegaban ante la propuesta y batallaban por ser los primeros en alcanzar la inmejorable oferta.
Al otro lado de la zanja se guardaba un silencio expectante. Varios fusiles mantenían impoluto su cañón, pacientes, serviciales hasta llegado el momento. La mínima risa, el mínimo comentario sobre la juerga de la noche anterior, pondría sobre aviso a las presas, que desconfiarían y buscarían el refugio de un árbol o un barrizal.
Especuladores, hijos de grandes fortunas, hacían piña con el objetivo de reducir la sobrepoblación de titulados (“parásitos sin empleo que optan por llorarle a Papá Estado y, ¿adivinad de dónde saca el dinero Papá Estado?”) y, dada la coyuntura, abrir nuevas líneas de mercado. Aprovechaban para afinar el ingenio: “En la puja te falló la puntería”, “Te salió el tiro por la culata con aquel chino”.
La “Caza del becario” estaba en auge y los responsables del negocio buscaban la innovación constante (I+D+i). Pese a todo, había que afianzar el reciente negocio y equipar a los tiradores con munición más letal. El estoque no terminaba cuajar.
Javier, si, cualquier becario puede contarnos, como en tu relato, mil y una batallas. Suerte y saludos
Calamanda, mil y más y más, es un lucha constante. Gracias por comentar. Besos.
Ese reclamo haría caer a cualquiera, sobre todo hoy en día. Un relato lleno de crítica. Me gusta.
Un abrazo, Javier.
Inés Z., muchas gracias por tu comentario. Lo triste es que nos comeríamos unos a otros por cosas así… besos.
!Ojú! Como dicen en mi tierra.
M Carmen Guzmán, me tomo como un cumplido tu comentario. Creo que dices muchísimo en muy poco. Besossss.
Esos son los signos de mejora social… La sorna no oculta la rabia. Bien.
Un saludo
JM
Juan M. Sánchez, la rabia, ante todo la rabia ante una idea que no veo tan descabellada. Mil gracias por comentar. Un abrazo.
¡Jo! Le veo al texto toda la gracia que le has querido meter, pero me da tanta pena que el trasfondo sea real, que me asusta.
Reve, pues gracia pretendía poner la justa o, al menos, gracia como sentido del humor. Es una situación dramática y «real, como bien dices. Gracias por comentar. Un beso!
Dura critica, jugoso y apetecible puesto de trabajo. Buena idea que abordar el tema del mes.
Un abrazo Javier
Mª Belén, gracias por tus palabras. Dura crítica pero más triste realidad. Besos…
Por favor ideas las justas.
Que no te quepa duda de que si se pudiera poner este plan en práctica seguro, seguro que lo harían.
¡Que penita!
Un saludo.
Virtudes, si algo me paraba a la hora de publicar el relato es el tema de dar ideas… Exageradas, sí, pero viendo lo que nos rodea… en fin, pensemos en positivo. Un abrazo.
Me creo toso lo que escribes, mi condición de parado hace aún más creíble tu historia, una historia que pese a lo jocoso, no deja de ser una hipérbole de lo que ocurre en muchos casos.
Abrazos y suerte
Manuel, lo primero es desearte ánimo y suerte en el tema laboral. Lo segundo agradecer tus palabras. Sé que es exagerado, pero no demasiado más que la realidad, por desgracia. Esperemos que todo mejore. Un abrazo!
Mi primer trabajo fue de becario, todo fantástico meter la cabeza en una gran empresa. Dos años después estaba afianzado en la empresa, de jefe de sección, cobrando 100 euros menos que cuando era becario y de modo clandestino sin contrato.
Lo has retratado bien. Me gustaría saber de dónde salió la inspiración, simple crítica, experiencia cercana…
Lorenzo, la inspiración la recogí en el monte al ver «Coto privado de caza» y la experiencia de amigos. Casualmente, vimos unos corzos huir al escucharnos andar y de pronto mis amigos aparecieron en mi mente tras no haber podido firmar el contrato de su vida y ver que les perseguían para cazarlos… todo muy lógico, como puedes comprobar. Gracias por pasarte, un abrazo.
Gracias, Javier, qué bueno. Las mejores historias surgen así, de improviso.
Me imagino que por desgracia, en la realidad. Yo también empecé como becaria trabajando hasta los sábados y como casi todos dispuesta a trabajar a tope.
La suerte es que al cabo de un año la beca se convirtió en contrato y al cabo de otros tres en fijo.
Ahora 25 años después estamos inmersos en un Ere atroz, con muchas y terribles variables: prejubilaciones a partir de los 60 años; descuentos salariales de entre el 8 y el 12 % a cambio de nada o deL 25% o 50% del salario a cambio de reducción horaria.
Ya lo ves, un chollo. Eso sí no des más ideas, no sea que también las apliquen.
Un beso. Gloria
Gloría, lo peor del texto, como muchos decís y yo os aseguró, es el miedo a la idea que transmito. Cualquier excusa es buena para seguir persiguiendo al débil. Un besazo y muchísimo ánimo, de verdad.
Menos mal que tu lo cuentas con sentido del humor.
Muy aguda esta caza.
Isabel, que nunca nos falte el humor. Mil besos y gracias por pasarte.
Pues hay muchas maneras de denunciar… pero con la tuya poca broma (a pesar de que el relato invite a una sonrisa). Creo que has trenzado muy bien los paralelismos y has conseguido que el lector no se pierda en ningún momento, ni de tu historia ni de tu intención. Mucha suerte 🙂
Juan Antonio, mil gracias por tus palabras. Celebro que te guste y que sepas ver lo triste que hay debajo de todo del texto. Un abrazo