31. Una batalla pendiente. (Daniel Irazu)
En un soporte, a la vista del jurado, la imagen de los tres activistas a favor de la despenalización de las drogas: el político, el juez y el científico, con las ropas tintadas de sangre.
Entre el público sentado en bancos corridos hay formadores de opinión. Algunos son panfletistas a sueldo de vendedores de productos financieros, de armas, de instalaciones carcelarias y de seguridad privada.
Con los codos apoyados en una mesa baja, el fiscal se tapa la boca mostrando la convexidad de una mano pequeña. Mira al estrado con gesto de preocupación, teme que los magistrados escuchen demasiado.
Junto al sicario, el abogado de los traficantes.
Esposado en la antesala, un joven con marcas de aguja en los brazos espera turno acusado de robo con violencia.
Daniel, tu cuento me muestra diversos personajes, cada cual en su papel, en lucha por lograr sus objetivos. Suerte y saludos
Gracias por el comentario. Que inhábil soy con los míos.
Qué buenooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!! Eso si es una batalla perdida.
Abrazo.
Cuida esos nerviossssss p´al jueves.
Segrego encimas que me joden las tripas, pero casi carezco de nervios. Además, creo que voy a tener compañía política, y si reñimos me desfogo.
Del cuento: parece perdida, sí. Desde aquello de los ingleses en China las ganancias del comercio alimentan variados intereses.
Me está entusiasmando este mes porque va a ser terapéutico. Relatos para decir verdades poco convenientes y políticamente incorrectas… Déjanos, Jams, por una vez… ¡Me encanta!
Enhorabuena, Daniel.
Gracias por el comentario. Sobre Jams: a mí no me ha censurado nunca, bueno una vez…pero fue por apoyarle a él llamando payaso a otro.
Ay, ay, que era una broma. A ver si voy a armar un lío… Perdón.
Sin líos no hay batallas, y sin batallas las cosas se quedan estancadas.
!Guau! Magnífico relato… que podría ser el comienzo de una novela.
Gracias por el comentario. La novela se llama El tercer mapa, trata de un boticario que vende opio en la Valladolid ocupada por las tropas de Napoleón.
El uso terapéutico quedará eclipsado por una moral muy plana. Valiente.
Un saludo
JM
Gracias por el complementario.
Con un concepto sofista,relativizo la moral porque hay muchas y particulares. El uso terapéutico al que te refieres considero que es un derecho del paciente, también pienso que es un derecho su uso para paliar el dolor en enfermos terminales.
El poder de la literatura al servicio de la visualización de la escena por medio de unas precisas y muy escogidas pinceladas cargadas de potencia. Nada sobra y nada falta en este elenco de inquietantes personajes. Ágil y dinámico.
Gracias por el comentario. Me ha gustado tu crítica sintética. Sí que echo en falta una mención a la tercera frase antes del fin del relato.
Cualquiera de los cinco bloques en los que has dividido tu relato me parecen de una elaboración concreta y a la vez interesante. Si es cierto que la que comentas me llamó la atención por elocuente, pero no mucho más que las otras, que se hacen valer todas ellas por imprescindibles.
Vaya reparto de personajes tan acertados para tu magnifico relato.
una batalla abierta que no creo que termine con una sonrisa.
un abrazo Daniel.
No hay más que lágrimas en ese tipo de historias. En todas las historias donde se entremezclan dinero y falsa moral siempre hay dolor.
Gracias por el comentario.
Podías enviarlo al concurso de abogados da todo el perfil.
Abrazos ysuerte
Gracias por el comentario. Alguna experiencia tengo con los togados, sí.
Cierto lo que dice Manuel aquí arriba y destaco la imagen final del yonqui que es la catarsis verdadera del relato.
Gracias por el comentario. Yo opino que todas las imágenes del relato son intercambiables dentro del espacio del texto, que no hay una escena final y una de principio. He elegido la ordenación que presento pero cualquier permuta sería válida.
La gracia es que el acusado es el único que parece inocente. Un pececillo rodeado de tiburones.
Gracias por el comentario. El que va a salir inocente es el sicario, que tiene un buen abogado muy bien pagado.
Lo has clavado. Me parece un relato estupendo. Por temática, por construcción, por mensaje… por todo. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂
Gracias por el comentario, muy amable como los que haces siempre.
La denuncia en este buen relato está muy bien llevada, en esa cadena de intereses solo sale perjudicado el eslabón más débil. Muy bueno, suerte.
Saludos.
Gracias por el comentario. Dices verdad, pierden los débiles…y aquellos fuertes a los que por «el miedo a la libertad de Fromm» la sociedad traiciona.
Coincido plenamente con Beto. El más perjudicado de cualquier lado que lo mires, es el joven que espera fuera de la sala.
Dentro, una escena muy visual. Casi se escuchan las palabras en voz baja del fiscal.
Gracias por el comentario.
Pues qué quieres que te diga, desde un punto de vista humanitario los dos lleváis razón; sin embargo, obviando traficantes y sus abogados, pienso que todos nosotros pagamos muy caro la perpetuación de ideologías sanitarias y sociales que no terminan de dar los resultados prometidos.
Hola Daniel,
Pásate por Melotemía, hay una sorpresa para ti.
Espero que te guste.
Un abrazo.
Pues quedo agradecido por acordarte de mi para tu magnífica sección.
La figura de tu fiscal, es el retrato de nuestro sistema de justicia. Digo nuestro, porque aquí sucede lo mismo. Un órgano de gobierno que está totalmente del lado del poder de las mafias de todo tipo y sobre todo, ahora, de la del narcotráfico. No hay razonamiento que pueda permear la mente del jurado, ni viniendo de personajes como los que describes. La antesala que nos regalas es la suma de lo que sucede en el mundo real y por lo que la legalización de, por lo menos, la mariguana, se vuelve una necesidad insoslayable. Felicidades y gracias por este pie a la reflexión. Un abrazo! María Ordóñez
Yo lo que sé es que hasta después de mediados del siglo pasado, aunque había drogas porque había plantas, su tráfico no se perseguía; y que sigue habiendo plantas, cuyos frutos antes eran baratos y ahora son caros.
Una sociedad en la que cada uno ejerce un papel, sin que se sepa muy bien quiénes son los verdaderos culpables ni quién está realmente capacitado para juzgar, donde acaban perdiendo los más débiles. Qué tremenda, real y cierta batalla has planteado.
Suerte y un saludo
Gracias por el comentario. Sí, siempre pierden unos para beneficio de otros. El problema es encontrar la causa real de esa debilidad.