JUL02. DUCHAS CALIENTES, de Alejandro Pozo (Epífisis)
Preferiría no hacerlo, pero en cuanto pongo la música y el agua tibia empieza a caer sobre mi cabeza, sé que terminaré como siempre. El jabón me va llenando de espuma el cuerpo y la suavidad de mis manos sobre él, hace que mis terminaciones nerviosas despierten. Me recuesto en las baldosas y dejo que el agua dibuje surcos, que el chorro en los pezones me los erice y me demoro en ellos pues me conozco muy bien y sé lo que me gusta.
Con las manos arrugadas, mojadas y enjabonadas, me dedico a recorrer los recovecos, los pliegues y el ansia y el deseo se precipita en un jadeo silencioso, mío, secreto, siento que mis dedos se deslizan por el muslo arriba y abajo, rodean la ingle y se quedan un rato y vuelta a empezar.
“Je t’aime moi non plus”, está a punto de terminar, la música inicia un crescendo, la voz de Gainsbourg se acalla, silencio de voces, roto por los susurros de la Birkin que entran en mi seso, llegan a mi sexo y acabo con ella.
La vela titila, como yo y me siento en el borde. Me enfada mi debilidad, preferiría no hacerlo.
Gracias Isabel, la vida ya de por si es dura, disfrutemos.
Un beso