JUN133. UN MOMENTO DE LUCIDEZ, de Rosa Molina
Nos mandaron construir otro barracón que resultó ser una peluquería. El primero en entrar era el director del campo. Corte de pelo, patillas, afeitado y loción. Al terminar alisaba su uniforme mirándose en el espejo, satisfecho. Luego iba el médico, el jefe de vigilancia y el resto de mandos. Nosotros, pegados a la ventana, devorábamos en silencio su saludable aspecto. Un día agarraron al pobre Vasili de la solapa, ¿el camarada desea afeitarse?, y ordenaron raparle cabeza y barba, con sus risas de fondo. Cuando el peluquero acabó, Vasili se miró en el espejo, intentando recordarse, reconocer al otro, acercándose, alejándose, de un lado, de otro, tocando sus mejillas hundidas, las zanjas bajo sus ojos. Nosotros, desde fuera, con una lástima feroz, vigilábamos la calidad de su equilibrio. De repente rompió a reír y salió, triunfal, ¡estos estúpidos querían hacerme creer que el desgraciado del espejo era yo!, exclamó y nosotros reímos, aliviados, aspirando ruidosamente su delicioso perfume.
Enhorabuena, Rosa, por este magnífico relato lleno de sugerencias (el barracón, el campo, las órdenes, el camarada…) y cuya posible crudeza queda tamizada por el reflejo de ese preso que no se reconoce en el espejo… ¡Y esa lograda nota final del perfume!
Un saludo.
Gracias Eduardo por detenerte a leer y comentar el relato. Lo cierto es que muchas palabras llevan, además de significado, una mochila de imágenes históricas a la espalda y que son parte del tiempo que les ha tocado vivir, como tantos objetos. Gracias por tu amable comentario. Un abrazo.
Un precioso relato. precioso. Me gusta mucho el contraste entre las zanjas bajo sus ojos y el delicioso perfume. Cara y cruz de una tremenda realidad. Por desgracia, demasiado real.
Gracias una vez más, Aurora. Tú siempre tan atenta lectora y tan pendiente de todo lo que se publica. Es un gusto contar con personas como tú en este amable lugar. Gracias por tu comentario y tu opinión. Un abrazo.
Rosa, todo el relaro apunta hacia ese final abierto y a la vez explicativo. Pero ahí que llegar hasta él para darle forma al conjunto. Suerte y saludos.
Gracias Calamanda por tu amable comentario y por leer el relato. Me alegra que te haya gustado el relato. Un abrazo.
Me gusta. Todo iba encaminado a ser un relato sobre la supresión de la dignidad humana y lo has trasformado en la grandeza del hombre. Buen trabajo.
Hola Ximens, muchas gracias por tu comentario y por tu atenta lectura. Como muy bien dices, la dignidad es uno de los cimientos que nos hace personas y nunca nunca debería derruirse. Un abrazo.
Me gusta el final sobre todo. Espero que al haber coincidido tan cerca de alguien que escribe tan bien se me pegue algo de simpatía literaria. Estupendo.
Antonio, ya sabes que a mí, como a las plantas, el viento me desperdiga, así que abre la puerta para que entre corriente, jajaja. Un abrazo y gracias por tu comentario.
Magnifico relato, bien narrado y bien escrito, buen tema, y bien finalizado. Enhorabuena Rosa.
Un saludo
Mil gracias Begoña, por tu amable comentario y por tu atenta lectura. Un abrazo.
Una escena muy bien mostrada, digna de la gran pantalla, recreando el lado menos humano en el contexto más inhumano de la Historia reciente. El título es perfecto.
Un abrazo.
Gracias Susana por tu comentario. Pensé ir a verte cuando estuviste en Madrid para conocerte y felicitarte en persona, pero no pudo ser. Así que, lo dejamos para la próxima, que seguro que volverás a por otro premio, uno de los tantos que mereces. Un abrazo.
Maravilloso, de veras. Yo pensaba que los campos de concentración ya no iban a dar nada nuevo, y sí, vaya que sí. Me quito el sombrero, Rosa.
Un saludo
Juan M.
Hola Juan Manuel, pensé no publicarlo por lo mismo que dices: lo manido del tema ya no ofrece nada nuevo, pero es que los otros micros que hice no me gustaban nada y este me tuvo revoloteando muchos días, así que su destino estaba claro. Me alegra que te guste y te agradezco sinceramente tu opinión. Un abrazo.
Muy bueno, bien escrito y de final sorprendente.
Abrazos.
Mil gracias, María por leer mi relato y por tu comentario. Me alegro de que te guste. Un abrazo.
Rosa… felicidades por este relato, una pequeña anécdota rescatada de uno de los episodios más impactantes de la triste historia de la humanidad.
Es un cuento sensitivo, sensorial, se palpa, se olfatea, se ve, se oye… con todos los cinco sentidos y con alguno más…
Una historia con giro simpático y amable que te dibuja una sonrisa, a pesar de la crudeza que esconde.
Enhorabuena y te deseo mucha suerte!!
Un abrazo
Marta
Marta, gracias por tu pormenorizado análisis, eso sí que es leer, con sentido y conciencia. Los sentidos están para eso, para sentir, así que gracias por usarlos para leer esta pequeña historia. Un abrazo.
Fantástico, Rosa. Qué escena tan bien descrita y que trasfondo tan bien sugerido. Y qué lección inesperada. Felicidades.
Eva, muchas gracias por tus comentarios. Me encanta que te haya gustado. Un abrazo.
Tema complejo, por lo recurrente, al que sabido sacarle el brillo que merece. Me gusta mucho Rosa.
Mucha suerte. Un beso.
Felicidades Rosa, una perla que había pasado por alto. Me encanta como trataste el tema.
Un saludo.
Enhorabuena por la mención.No lo leí en su momento y ahora me ha tocado disfrutarlo. Buen micro, ambiente diferente tocado con sensibilidad.
Felicidades
¡Qué hermoso, Rosa! Como la vida misma, duro y tierno al mismo tiempo. En junio pasé poco por ENTC y se me había pasado leer esta joya. Enhorabuena por la mención, merecidísima. Tienes un don recreando ambientes, retratando personajes en pocas pinceladas. Curiosamente el protagonista de mi relato de julio se llama Vasili!!! Qué coincidencia ¿Será una señal? jiji, espero que me traiga suerte. Un beso grande, siempre es un placer leerte. Mercedes Jiménez
Mi felicitaciones, Rosa. Un bello relato. Saludos.