25. Tiburón
El escualo desgarra las olas por el flanco derecho. Se dirige como un torpedo a las piernas del joven bañista. Se entrelazan en devaneos y escarceos ambiguos. Arrumacos, rechazos, juegos acuáticos. Después se suceden los ataques del depredador a los demás habitantes de la laguna. Se enzarza con los anátidos, un paquidermo y algún pingüino de aguas cálidas. Es una batalla cruenta, a vida o a muerte. Un transatlántico se ofrece a rescatar a alguna de las víctimas pero por falta de espacio solo puede hacerse cargo de una pequeña estrella de mar. El crío hace aguas menores y se declara náufrago. Se inicia un corto período de zozobra. Gritos, histeria y una llantina con hipo. Una figura todopoderosa se acerca y enérgica introduce sus suaves manos para rescatar a la pobre criatura que se ha tragado poco menos que el líquido de media bañera y que va a necesitar muchos mimos para olvidar el mal rato.
Me ha gustado mucho Mei. Nos metes desde el título en el pánico y luego nos vas dando pistas de que la historia va de otra cosa; hasta que nos descubres una imagen muy tierna.
Quizás alguna coma se ahogó en el párrafo del transatlántico.
Suerte y abrazo.
Mei, la bestia que nos anuncias no es tal, afortunadamente, el final es muy bueno. Suerte y saludos
Que un relato tan bien escrito, con una selección léxica tan acertada y con un ritmo tan tenso logre resultar tan amable y simpático es algo que solo con mucho oficio puede lograrse. Enhorabuena.
Un saludo.
La historia del terrible tiburón, narrada con ritmos de «nouveau roman», acaba en una escena de susto infantil. Todo un cóctel. Felicidades.
Un saludo
JM
Sorpresivo y tierno Mei. Me gustó.
Un abrazo.
Yo le pondría un 10 a este relato tiernamente duro.
El título me parece perfecto, porque nos predispone a leer una historia sangrienta con la alusión a esa película mítica. Las primeras líneas despistan (¿arrumacos? ¿una laguna con un elefante, pingüinos, un transatlántico y una estrella de…mar?). Y a partir de las aguas menores nos vas descubriendo la naturaleza del bañista que se enfrentó al tiburón y el verdadero escenario. Muy bien construido. Besos y suerte.
Encantado con tu relato, Mei. Fluído, nunca mejor dicho. Bonita sorpresa tu final. No tan bonita para el protagonista. Mucha suerte, saludos.
Qué bonitooooo!!! Cuando ya veía esos dientes gigantes en 3D en su superpapel, de repente cambias la historia en un punto de inflexión de manera genial.
Me ha encantado y recordado también mi antiguo cuento «Neptuno» sobre baños y niños.
Muy buen relato Mei, me ha gustado el ritmo de la narración, y ese gran final accidentado. Abrazos!
Me ha encantado. Confieso que me has atrapado desde el principio y he caído en tu trampa al creer que me contabas la película.
Simpático y precioso relato. Eran los baños de mis «niños». jajaja
Un abrazo.
Empezar leyendo sobre ese temible escualo que miraba en la tele con ojos semitapados y darme cuenta de que es el juguete de un niño que se bebe media bañera no solamente fue maravilloso, también fue un alivio ;).
Me encantó tu tiburón de octubre, MEI.
Cariños,
Mariángeles
Me ha encantado leerlo Mei. Esa batalla del tiburón con el resto de muñequitos de juguete que se ponen en el baño a los niños. Te ha quedado un relato rápido de léxico y muy tierno.
un beso.
Qué bonito !. Me ha gustado mucho el relato. Está muy bien construido en tanto en cuanto dejas claro que juegas a despistar pero es imposible cazarte hasta que al final nos cazas tú con ese estupendo final. Mucha suerte 🙂
Me ha gustado cómo nos has engañado es muy difícil conseguir este tipo de giros y los logrado. Ya ecía yo que no me cuadraban esos jueguecitos con el tiburón. Je je muy divertido.
Enhorabuena, Mei, por este baño infantil con jabón de premio. Lo has contado muy bien, desde un punto de vista «infantil».
Gracias queridos, todos por vuestros comentarios.
Besos
Enhorabuena Mei, un relato lleno de ternura que te deja con una agradable sensación y del que se disfruta con la lectura.
Besos
Hola, Mei.
No lo había leído, y fíjate que fue una película que me impactó en su época, pero nunca es tarde… para felicitar a tan digno medallista.
Felicidades y enhorabuena.
Un abrazo.