63. Y Johnny arrojó su fusil (E. Cuesta)
Confinado a perpetuidad, el juez le permitió una única visita antes de ingresar en prisión. Y eligió ir al hospital. Aunque siempre ha sido “un broncas”, ni siquiera sabe por qué lo hizo. “Esa noche me ensañé”, reconoció ante el juez. Atado a los tubos que le sostienen la vida, yace en la cama un chico de edad parecida a la suya. No le permiten tocarlo, pero roza su mano mientras le pide perdón y se tapa la cara, para que no le vean llorar los polis que aguardan fuera.
En el cuerpo, un párpado se abre con dificultad y clava en él su pupila. Esta vez, sí sabe lo que debe hacer, convencido por primera vez en su vida. Él ya está condenado.
Comienzo los comentarios con una buena impresión del relato. Muy dura tu historia, hace pensar.
Mucha suerte.
Vaya tela de final. Se redime de su cadena perpetua evitándosela a quien él mismo condenó. Duro de digerir y de los que se queda mucho tiempo en la cabeza. Besos y suerte.
Terrible, como la peli.
Johnny decide no perdonarle. Ya conoce lo que es estar condenado, no puede ser peor que lo que está pasando. Terrible.
Duro y buenísimo tu relato, Esther. Un abrazo
Esther, a esta pelicula inolvidablele le das tanta fuerza con tu relato como proyectaban algunas de sus imagenes. Suerte y saludos
No la he visto. Si decido hacerlo tendrá que ser un día que tenga muy bueno, porque si tu relato ya me ha helado la sangre, no quiero pensar lo que haría la película.
¡Halaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!
¡TO-MA-YA!!!!
Esther. Sin palabras que me dejas, fíjate tú!! Y mira que eso es difícil!!
Abrazo.
Hola, Esther.
Un micro fantástico e impactante. Recuerdo, a pesar del tiempo transcurrido, la película.
Mucha suerte.
Abrazos
Durísimo relato como dura la cinta en la que has basado. Me parece una historia muy buena contada con muy poco. Cuesta poco imaginárselo y tomar partido con la fuerza que desprenden tus protagonistas. Suerte y un abrazo 🙂
Esther, no me imagino a Johnny dándole un parpadazo en la mano, pero se lo merecía.
Un beso
Johnny no tuvo la «suerte» de es chaval. Qué duro final, pero siempre habrá quien lo prefiera así. «El Broncas» ha sabido interpretar bien los deseos del otro.
Suerte y saludos.