JUN97. AMOR RUTILANTE, de Mei Morán
Un día nos repartimos los dos trocitos de la luna rota de un armario. En las tardes de canícula aburrida, el sol se resbalaba en los añicos y nos enviábamos, ella desde el alféizar y yo desde el camino, los fogonazos de un amor primerizo, cándido. A ella no la dejaban salir y a mí me gustaba aquel juego sin malicia.
En el otoño, empezó la escuela. La esperé con ansiedad para compartir los recreos, y hablar de lo nuestro. Pero su pupitre permaneció vacío. Supe que enfermó. Deambulaba cada día, hasta llegar a su calle apartada. A veces, después de largos minutos de angustia, se corrían los visillos y un chispazo se posaba como una mariposa en mi cara. Lloraba de alegría, al final me sacaba el pañuelo y me secaba los lagrimones, para que los muchachos no se rieran de mí.
Se presentó un invierno castigador. De las clases volvíamos mis hermanos y yo con la noche en los tobillos. Nos encerrábamos para no dejar entrar los cuchillos del frío. La primavera más tarde puso las cartas sobre la mesa. Me plnaté debajo de su ventana, aguardando unos destellos que nunca llegaron. Tampoco la volví a ver.
Precioso y muy evocador.
Besos
Qué triste belleza, qué sugerencias tan ingenuas, tan terribles, las de tu micro. Pocas veces ha podido tener un espejo un uso tan digno.
Enhorabuena. Saludos.
Que bien contado Mei, me he acordado de tantos juegos de perseguir los reflejos por las paredes y techos.
Un beso
Magistral Mei, pensé en escribir mi micro sobre este tema y me alegro de no haberlo hecho porque no hubiera sabido hacerlo así de bien.
De premio, espero que lo tengas.
Besos.
Muy bella la forma de narrar ese amor primero, con frases verdaderamente hermosa, podría elegir por ejemplo» el sol se resbalaba en los añicos» «para no dejar entrar los cuchillos del frío». Quizá es la última frase, con todo el sentido que tiene,la que me rechina un poco, por no encontrarle mucha concordancia al «tampoco» com el «volví»,aun entendiendo su sentido.
Pero aún así me gusta.
A mí sin embargo me parece que se complementa. No hubo más destellos, tampoco la volví a ver.
Bonita historia.
Suerte y abrazo.
Y esa duda que dejas de que ocurrió. Me gusta.
«La noche en los tobillos», «Cuchillos de frío», ya estas dos imágenes valen como mínimo una mención, Mei. Luego, si encima se tiene en cuenta la historia tan bien ambientada…
Un abrazo, guapísima.
Has escrito un micro precioso, de esos de quitarse el sombrero…
Te deseo suerte.
Hermoso relato Mei, un primer amor entre destellos, la magia de ser corresondido con una media luna, está escrito con delicadeza y con el corazón. Muchos besos y suerte
Virgi, Eduardo, Epífisis, Yolanda, Begoña, Antonia, Miguel Ángel P. Miguel Ángel F., Ana, María, Rosy y Puri muchas gracias por vuestros comentarios. También os deseo suerte a vosotros.
Besos
Ventanas, fogonazos, primer amor… Un conjunto con el fondo de la ausencia en clase que me conduce a pensar que la niña murió. Has recreado la ilusión del niño con maestría, dejando esos huecos de la historia que no cuentas para que los imaginemos.
Un abrazo.
Qué bonito y qué triste. Me gusta como se sacaba el pañuelo y se secaba las lágrimas. Me gusta todo, me gustan los adjetivos que utilizas, la sencillez de la historia y lo hondo que llega. Mi enhorabuena. Espero aprender a escribir historias tan emotivas y tan bien contadas.
Qué triste y qué tierno. Me has llevado a mi infancia, aquella en la que con los reflejos de los cristales jugábamos, y a los amores infantiles. Suerte a fin de mes.
Me gusta tu historia triste, juegas con el pasado llevándotelo a tu terreno y le derrotas con un final, a mi juicio, muy conseguido. Mucha suerte Mei.
Un abrazo grande.
La ternura que destila tu relato supera su tristeza. Me gustan mucho las expresiones que utilizas, impregnadas de cierto lirismo. Magnífico resultado.
Un abrazo,