JUN93. CÓMPLICE DEL DEMONIO, de Hector Ramon Romero
Vi reflejado al demonio en el espejo del baño, tenía los ojos delineados, las cejas prolijamente depiladas,los labios carnosos pintados de rojo y las uñas de las manos impecablemente largas, el abundante cabello rizado de un color negro brillante, hacía resaltar un magnífico rostro de tez muy blanca, como la nieve,…y el verde esmeralda de sus ojos, atraían como un poderoso imán,…y de esa roja boca deliciosa como una manzana, salían las palabras más dulces y seductoras, cuando de conseguir o pedir algo se trataba.
De repente se abre la puerta del baño y una voz, me saca de mis maquiavélicas cavilaciones.
-Oye amiga, de prisa, termina de arreglarte y vamos ¡ya! de compras al centro comercial, mi esposo me acaba de habilitar la tarjetas de créditos, iuuuuupy iuuuujuuuu,….
¿El narrador es el primer personaje, el que se refleja? Me he hecho un lío.
Una cosa importante, Héctor. A evitar en los textos cortos estas rimas: prolijamente, impecablemente. Brillante/abundante. Reflejado/delineado/pintado/rizado.
La idea que has tenido escenificada en el centro comercial es buena, le ha faltado revisión.
Un abrazo.
¿…?
La S de «LA» tarjetas de crédito.
De nada.
Eso creí yo en la primera lectura,Susana. Pero ahora analizándolo parece ser que la narradora está hablando de la amiga, que es la que con su seducción ha conseguido la tarjeta con crédito.
Así si me cuadra el final, antes lo veía descolgado de la historia.
No obstante, me quedo con la buena descripción del personaje.
Saludos al autor y a ti.