101. Los 120 días de Sodoma.
Una nausea seca invade la oscuridad del patio de butacas de los multicines Astoria. Alguien, precipitadamente, se levanta del asiento y se dirige con visibles gestos de asco hacia el exterior de la sala. Contemplo, horrorizado, delirantes escenas de sexo explícito que tienen por objeto el sometimiento y la degradación del ser humano como fin último. Historias contadas por una madame de burdel, repletas de la mayor depravación que se pueda imaginar, dan pie a una sucesión de actos que ninguna mente en su sano juicio sería capaz de ejecutar. La perversión riza el rizo y proclama un nuevo estado de las cosas. Adolescentes desnudos, familiares e hijos de los vencidos, soportan entre terribles crueldades, los delirios de grandeza de cuatro megalómanos endiosados por el régimen fascista. Cuando el poder no tiene límites surgen los fantasmas de Salo. Salgo del cine con mi compañera, caminamos si mediar palabra, un sabor amargo recorre nuestras entrañas. Llegamos al portal, e incapaces de besarnos, nos despedimos evitando sostener la mirada.
¡Qué bien has descrito la nausea colectiva que marcó a una generación de cinéfilos esa película de Passolini! Hablo de oídas porque yo no la quise ver. Él, que quiso expresar la degradación y la violencia a las que se ven sometidas las víctimas del fascismo, fue víctima a su vez de un crimen que quedó sin aclarar. Me uno a su homenaje.
Película tremebunda y no apta para estómagos ni corazones sensibles, quizá no tanto por las perversiones sexuales como por la cosificación horrenda del ser humano. Creo que la describes muy ajustadamente, aunque estoy tirando de memoria, porque la vi en el cine club universitario con 18 añitos recién estrenados. Entonces no daba crédito a lo que mostraba la pantalla. Supongo que si la volviese a ver sí lo daría. Por cierto, repasa un poco el texto, porque te han faltado algunas preposiciones y un par de tildes. Saludos y suerte.
No he visto la película y he estado mirando algo por net. Sin palabras. El relato es muy bueno. Desde luego parece que le hace un espléndido homenaje. Un abrazo y suerte 🙂