31. Mamá se equivoca
He soñado con esto desde que nací, o desde que era muy pequeño, o desde que se que existen barcos tan grandes o… Ya paro. Mamá dice que me pongo muy pesado.
Cuando embarcamos sentí mariposas en el estómago. Mamá dice que es por el movimiento del mar, pero se equivoca. Ella cree que siempre tiene razón, pero ahora se que no es así.
Todo comenzó en la puerta del camarote 115. Mamá gritaba porque no era el que había reservado, pero a mí no me importaba el tamaño, la cama, el armario… Nunca había visto una ventana redonda y pegué la nariz al cristal.
– Mira mamá, con el mar tan cerca seguro que veo alguna sirena.
Ella seguía en la puerta con los brazos en jarras mirando hacia el pasillo.
– Ya eres mayor para cuentos. Las sirenas no existen.
Por una vez, el tiempo me ha dado la razón. Estaba en la cama cuando todas las cosas del camarote se han caído hacia la ventana. Me he levantado de un salto y, al mirar fuera, la he visto. Aunque no me crea, se lo diré a mamá cuando vuelva del baile.
Los niños siempre tienen razón, la suya, la verdad que ellos ven y nosotros. La de tu relato.
Comparto con Carmen, que nosotros no las veamos no significa que no existan.
Excelente relato.
Un abrazo y suerte.
… y nosotros no», quise decir. Perdón.
Jo, Mar, estaba leyendo el relato y te prometo que en mi cabeza sonaba con tu voz. Y luego, me voy a mirar quién lo ha escrito y ¡TOMA!. Lleva desde luego, tu marca. Increíble.
Abrazo.
Las tildes, por favor: revisad las tildes antes de publicar (y las comas, si os queda tiempo).
La inocencia infantil, bien tratada. Me pasa con las sirenas lo que con el dinosaurio, no me caben más. No obstante aplaudo la asociación de mujer ahogándose y sirena.
Me ha encantado esa relación mental, inocente, esa idea de quien no ha vivido o conocido tragedias, accidentes, muertes: si una mujer está bajo el agua es una sirena.
Un relato lleno de inicencia.Un suceso terrible desde la perspectiva de la infancia.
Un abrazooo, Mar.
Precioso micro contando los sueños de un niño, pero yo me quedo con una curiosidad insoportable, ¿Qué pasará cuando el barco se hunde, la sirenita le salva o qué? Muy ameno de leer. Un abrazo, Sotirios.
Qué bonito Mar, que imagen más nítida la del niño mirando por el ojo de buey. Muy importante cómo se le ve y lo que él ve. Me quedo en esa imagen parada, como en una fotografía que mira hacia los dos sentidos.
la inocencia y la imaginación de los niños no tiene fronteras.
Bonito relato Mar, un beso.
Mar, coincido con Ximen, esa asociación de mujer ahogandose es la sirena del niño. Bonita idea. Suerte y saludos
A mi también me ha sugerido que lo que ve el niño era una mujer ahogándose, pero el chiquillo en su infinita fantasía lo interpreta como una sirena…
Suerte.
Uff, con lo inocente que parecía la historia y has conseguido que me azote el iceberg hasta a mí. Si fuera por mí estaría ahí por arriba este mes.
Muchas gracias por vuestros comentarios. Seguiremos navegando juntos 🙂
Abrazos
Esa repetición de lo que mama dice y que mama se equivoca, no hacía presagiar nada bueno. La aparición de la sirena tiene la lectura dulce de que el niño tenía razón, y la amarga, de saber que será compañera de juegos del pobre niño.
Suerte y abrazos