33. Mala fortuna
Mi vida siempre fue una mierda.
La mala suerte me ha perseguido con saña, y lo que es peor, muchas veces me ha encontrado la cabrona de ella.
Mi madre nos dejó siendo yo un niño. Se marchó con un tratante de ganado y gangrenó mi corazón para los restos.
La única herencia que el miserable de mi padre me dejó fue esta atroz dependencia del alcohol y del opio.
Dilapidé mi fortuna montando un negocio de candiles justo un año antes de que Edison inventara aquel artilugio del demonio.
Desposé a una puta aunque lo supe demasiado tarde, al menos más que todos mis amigos…y también mis enemigos. Adornó mi frente cual corzo en la berrea.
Mis amigos me apuñalaron por la espalda. Bueno no todos. Johnny, el adivino, es el único de todos ellos que me ha mostrado algo de aprecio. Al menos, doy gracias a la providencia porque al fin algo me haya salido a derechas. Siempre llevaré en el corazón a Johnny que como no iba a poder utilizarlo me hizo este gran regalo:
¡Un pasaje en el Titanic!
Quizás mi suerte cambie a partir de ahora.
Jaja, pobre. Me ha hecho sonreír (de pena)
Me ha encantado.
Saludos.
Pobre hombre, eso sí que es mala suerte. Buen relato.
Vaya, Cándido, te lo has organizado bien, ¿eh? Jaja. La verdad, es que tu relato es original, divertido, con fuerza… Me ha gustado. Saludos.
Texto duro el tuyo Candido, con un lenguaje crudo que describe muy bien a tu personaje.
Y con el giro final puede decirse que la suerte le golpeó con todas sus fuerzas.
Buen relato. Mucha suerte.
Muchas gracias a tod@s.
La verdad es que me gustan más los antihéroes que los héroes. Suelen ser más reales.
Como ya comentan otros compañer@s, Cándido, un micro ameno y que deja con esa sonrisa final de «pobre, la mala suerte sigue con él» y ese Johnny «el adivino» ganándose su nombre cuando sabemos qué le ha regalado al protagonista.
Hasta la próxima y mucha suerte.
Buena vuelta de tuerca con ese final. Vaya ammiguito el adivino ese.
Un abrazo.
Esta claro que ya no tendrá mala suerte. Ni buena.
Me he reído con tus ocurrencias. La de Edison mi favorita.
Jajajaja.. vaya con tu protagonista, desde luego mucha suerte no tiene el pobre. y ahora va y se embarca en el Titanic.
Divertido relato, un abrazo Cándido.
Duro personaje el que has forjado, tanto como la vida que le toca vivir. Suerte y saludos
Jesús, José y María. Todas las leyes de Murphy juntas y en un solo personaje. Pobrecito.
Suerte, Cándido
Vaya amigo el adivino, hizo como los desechos que acaban en el mar. Me ha gustado por ese final de sorpresa.
Pues yo no le compadezco, porque me han dicho que era masoquista, y disfrutaba mucho… a su manera. Además una vida de dolor es el mejor camino para conseguir la gloria. Je, je
Me ha gustado, sí señor.
Por cierto, lo que no me ha gustado es el título. Demasiado evidente ya en el relato para mi gusto, Cándido. Perdona mi sinceridad.