60. Siluetas descalzas (Calamanda Nevado)
La noche del catorce de Abril, Neptuno, sus caballos blancos, ninfas y náyades, escucharon al mar murmurar que su fría morada oceánica albergaba cientos de aturdidos náufragos.
Antes que Poseidón, así lo llaman en las profundidades y en sus castillos dorados, reaccionara, sus delfines y corceles lo deslizaron por la marea, atraídos por música de violines que ellos y las olas bailaban, y él tarareaba maldiciendo la persuasiva desobediencia de su mundo acuático.
Extrañado y furioso, las aguas siempre le rendían pleitesía para no provocarlo, se dejó llevar por sus caballerías hasta un lujoso buque, hundido en el caos.
Observaba las miradas inocentes sumergirse cuando, sin dar crédito a sus ojos, vio abrirse paso a los espíritus de los jinetes del camarote ciento quince, cabalgando sobre elegantes monturas marinas. Trotaban una y otra vez sobre las aguas, trasladando pasajeros hasta embarcaciones de rescate.
Mientras, la neblina desdibujaba abrazos y sonrisas.
Hola, Calamanda.
Es soberbio, mitológico, impresionante… Un lenguaje cuidadísimo, por cierto.
Digo, como Juan, que me tienes como «galeota» también.
Besazos y suerte.
Towanda, como a Juan te doy las gracias, y agradezco tus elogios. La mitología es muy agradecida, y misteriosa. Besos.
J u a n, que amable eres. Gracias por tu generoso comentario. Me alegra haberte agradado esos minutos. Saludos
¡Qué bonitoooo!!! Como dice Juan, parece que se lea soñando. Se nota que has elegido cada palabra con un cuidado exquisito y te ha quedado un tono poético precioso.
Un abrazo de los fuertes.
Patricia, gracias. El mar es muy cautivador, y nos llena los sentidos. Abrazos, de los fuertes, para ti.
El protagonista no es el famoso trasatlántico, sino la mitología marina, algunos de cuyos personajes se convierten en héroes al protagonizar los rescates de los supervivientes; ellos, aun siendo semidioses, no pudieron salvar a todos, lo que está escrito nadie puede cambiarlo.
Un abrazo
Ángel, quiza sea cierta esa idea ultima de tu comentario, y las cosas sean dificiles de cambiar; peo la posibilidad del cambio está ahí y se puede intentar. Gracias y abrazos.
Un cuento submarino precioso. Casi te vas moviendo como las algas al compás de las mareas. Como La Sirenita versión Titanic.
Felicidades
Y mucha Suerte.
Esperanza, si, intentaba darle el ritmo de un mar solidario y ayudador. Gracias por el comentario y saludos
Pobres mortales, siempre sometidos a los caprichos de los «dioses». Buen relato. Saludos.
Ana, me alegro de leerte. Si te ha entretenido, lo doy por bueno. Gracias por tus buenos deseos, y besos.
María, parece que es así. En este caso para bien. La posibilidad de una ayuda externa siempre es bienvenida. Gracias y saludos.
Soberbio micro ,Calamanda, con un lenguaje de alto nivel muy ameno de leer . Un fuerte abrazo, Sotirios.
sotirios, gracias por tus valoraciones. Me alegra haberte entretenido con el cuento. Abrazos.
Calamanda, qué bonito micro te ha quedado. Me encanta que esté lleno de mitología y fantasía.
Precioso
Blanca, he intentado darle ese enfoque, y me gusta que lo hallas apreciado. Saludos
Me gusta, Calamanda. Me gusta cómo le has dado la vuelta a la tortilla, cómo has convertido en un cuento, en abrazos y sonrisas, casi en poesía, aquella tragedia.
Un abrazo grande para ti.
Amparo, fue tan teremendo lo que allí ocurrio, que no me atrevia a verlo así para contar alguna versión del suceso. Dentro de la tragedia que intenté que llegara la esperanza. Gracias y abrazos
Con que bellas imágenes nos has deleitado. La mitología siempre tiene algo de poesía y tu has acertado con ella… «cabalgando sobre elegantes monturas marinas» Me encanta !!!
Besossss.
MªBelén, me alegra haberte agradado quitandole un poco de hierro al suceso. Gracias y besoooos
Calamanda, vaya estampa mitológica que nos ofreces.
Se ve, se palpa, es todo tan bonito que dan ganas de estar ahí entre los jinetes, las sirenas, o los aturdidos náufragos.
Aunque tu micro se desarrolle en las profundidades del mar, se merece estar en lo más alto.
Suerte y besos.
Virtudes, agradezco tus palabras y deseos. si, dan ganas de ayudarlos para 2ue escapen de su destino. Besos
Buen trabajo mitológico y maravilloso. Poético y con cierto toque de humor. Quizás los espíritus del 115 un poco extraño para mí. La frase final triste, quizás por no salvarse todos… Suerte.
Ximens, gracias por tus deseos. Pensé en los ocupantes del 115 como jinetes, y, fatalmente, en que fueron las primeras victimas para así ayudar a los demás. Saludos.
Calamanda, mezclas tragedia humana con seres mitológicos, en un coctel de poesía y fantasía. Me ha encantado. Abrazos.
Salvador, si, intentando quitarle algo de horror al terrible suceso. Abrazos y gracias.
Calamanda, preciosa historia mitológica, menos mal que hay algunos espíritus que se enfrentan a los designios de los dioses.
Lorenzo, es cierto que hasta el final hay que estar ahí, no se puede tirar la toalla. Gracias y saludos
Calamanda, ¡Qué bonitoooo! Con qué naturalidad has llevado todo el relato tratando temas y seres posiblemente inexistentes. Y digo posiblemente porque tú los haces prácticamente reales. Eso se consigue con un lenguaje sin artificios, y una imaginación extraordinaria. Me encanta la plasticidad de la última frase. Te deseo lo mejor.
Luis, gracias por tu amabilidad, deseos y análisis. Estoy de acuerdo contigo en la última frase, me gusta mucho. Saludos
Enhorabuena Calamanda por esta dramática y bella escena poética. Estoy convencido que allá en las profundidades, Poseidón y sus secuaces no descansarán hasta que sepan del éxito obtenido.
Ton, gracias por tu interés. En las profundidades el oceano guarda muchos secretos, si. Saludos
Que buena conjunción entre la mitología y tu fantasía. Con jinetes que contrariamente a los del apocalípsis ayudan a salvar vidas…
Muy poético, me encantó.
Un abrazo y suerte
Gracias Moli, ya sabes, a la fantasia no se le resiste nada. Abrazos
Madre mia Calamanda, has escrito un relato precioso, has colocado el hundimiento del Titanic entre los seres fantásticos que habitan las profundidades marinas, con palabras bellísimas.
Isabel, he intentado darle un tono de esperanza a esa tremenda tragedia. Gracias por tu comentario y saludos
La música de violines, me ha despertado de ese cuento encantado, que «cuentas» con ese despliegue de personajes fantásticos que empleas en el relato. Esa música de violines tan atrayente y dulce, que a unos les hizo bailar y a otros dormir eternamente… Precioso…
Piluca, si, como fondo ambiental de la tragedia la música estuvo allí. No he querido olvidarla. Gracias y saludos
Difícil es dar en el clavo con temas mitológicos y demás seres fantásticos. Lo logras muy bien en tu relato.
Abrazos.
Maria, gracias. Si, parece que consegui eso, que se lleven bien los unos con los otros. Abrazos
Me encanta, Calamanda, para mí es de lo mejorcito que has escrito. Que tengas mucha suerte este mes.
Un abrazo!!
Inés, gracias por tu sinceridad, y tus palabras. Abrazos
Los habitantes de las profundidades debieron quedarse pasmados ante el hundimiento y algo tenían que hacer. Muy bien visto Calamanda y con un lenguaje muy cuidado.
Suerte y abrazos
Anna, gracias, y si debieron sorprenderse mucho. Abrazos
Hola Calamanda
El clamor de los dioses y esas visiones épicas saltan por encima de ese final que desemboca en la realidad. Muy buena esa humanidad de las divinidades y seres mitológicos. Suerte.
Pablo, si, intenté darles humanidad entre tanta tragedia. Gracias y saludos
Bonito y mágico cuento con aires de leyenda antigua. Me gusta la riqueza de seres marinos y como navegan.Tus nos llevas por esas aguas a un final feliz. Mucha imaginación. Me encantó. Suerte y abrazo.
Antonia. gracias. El agua proporciona, junto a la múisica, un ritmo muy agradable para acompasar esta historia tan tragica. Abrazos