108. A través del hielo (Lola Pacheco)
Faltaban minutos para su cumpleaños y quiso recibirlo con el mejor vestido. Comprobó que no era fácil arreglarse sola cuando abrochas un camino de botones en tu espalda. Se perfumó, se recogió el pelo, se colocó unos pendientes de perlas descuidados sobre el tocador…
El espejo le devolvió una persona nueva, y por un momento soñó que la vida fuera así.
Un atropello de pasos y voces recorrió el pasillo; anunciaban la evacuación del barco. “Es un simulacro”, tranquilizaban después a los alarmados pasajeros.
El mayordomo abrió el camarote 115 para comprobar que no quedara nadie, y encontró una chiquilla de apenas quince años envuelta en ropa de gran dama. Su cabellera roja de irlandesa le descubrió a Alice, la camarera de piso. La agarró por el brazo. Ella encogió el gesto para amortiguar el bofetón.
– Ponte un abrigo y sal a cubierta -le ordenó inesperadamente.
Alice comprendió que ahí acababan los simulacros y empezaban las apariencias. Ocultó su fragilidad bajo visones grises y avanzó con paso firme entre la desesperación. Ya en un bote, vio a lo lejos algo en lo que nadie parecía reparar: en medio del mar, a la deriva, un colosal espejo de hielo.
Me ha parecido un relato muy bien estructurado: comienza con una escena banal pero ya se intuye que hay algo en la mujer protagonista que no cuadra con el escenario (la torpeza al abrocharse, los pendientes descuidados en el tocador) pequeños detalles con los que nos descubres a la camarera jugando a ser dama. El gesto impulsivo del mayordomo podría ser simple solidaridad con alguien de su misma clase o podría esconder un amor no confesado… Resaltaría algunas frases son muy visuales y, en especial la frase final que me parece fantástica.
Suerte y abrazos
Un espejo de hielo en el que ella puede ver su reflejo, dos Alice, la real a la deriva y la que ahora representa, que se mueve con pasos firmes entre visones.
El espejo protagonista junto con Alice. Me ha gustado mucho, Lola.
lo que más me ha gustado es que se salvara alguien que no pertenecía a la clase «115» y, cómo no, la forma de llevarnos poco a poco al final.
Muchas gracias, Anna, Isabel, Carmen, por pasaros a comentar. Yo ya me doy con un canto en los dientes al comprobar que os ha llegado lo que quería transmitir, y si encima os ha gustado, pues me dais un alegrón. Un abrazo.
Lola, llevaba desde ayer queriendo comentarte, pero el sistema no lo permitía. A ti todo lo que sea escribir se te da bien, lo grande y lo pequeño, la prosa y la lírica, aunque en mi opinión lo bordas aún más cuando el personaje es femenino. Me alegro de que una sirvienta llena de fantasía, como la entrañable Alicia de Carrol, gracias a cuatro prendas haya podido ser evacuada del infierno. Posiblemente, su condición la habría predestinado a un final prematuro.
Yo te conozco únicamente a través de tus textos, pero estoy seguro de que tus letras y tú compartís elegancia y positividad.
Suerte y un abrazo
Ay, Ángel, algo raro hice y bloqueé los comentarios sin querer. Lo arreglé esta mañana.
Me has calao: no soy yo mucho de escribir finales tristes, y esta vez, en medio del horror y de la muerte, quería mostrar una historia de esperanza. Alicia atravesó el espejo, sí señor.
Gracias por leer y comentar. Un abrazo gordo.
Me ha encantado la imagen de esa camarera tan jovencita vestida de dama para celebrar su cumpleaños. Un cumpleaños o un volver a nacer, dadas las circunstancias, que no olvidará nunca. Muy bien ambientado y maravillosamente contado. Felicidades, Lola. Un abrazo.
Gracias por comentar, Juana. Estuve a punto de ponerle como título «Renacer», o «Renacimiento», que fue la idea de partida.
Un abrazo a ti también.
Lola, bonita historia y bello final. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda.
Un cuento lleno de referencias, de guiños, de pistas, que aborda de forma sutil la crítica social y que nos deja un final metaliterario lleno de esperanza. Enhorabuena Lola.
Besos.
La de gente que se quedaría en el barco por no llevar un buen abrigo… Pero esta era pelirroja y sabía más que los ratones coloraos.
Gracias por comentar, Juancho.
Besazos.
Gracia por comentar, Ana.
Un abrazo.
Yo solo te vi a decir una palabra: Grande.
Y te regalo una frase gratuíta: A rascar lista.
Besísimos, paya.
Jo, payo, porque se acerca la Navidad, y la intención es lo que cuenta, y bla bla bla… Pero para otra vez, si me haces un regalo, cómprame algo que pueda llevar al Cash Converters.
Venga, te voy a decir la verdad: me he emocionao.
Besísimos a ti también.
Enhorabuena, Lola