31. Clarividencia (Arantza Portabales Santomé)
Inés se cubre los ojos con un pañuelo negro y todo recupera su olor, forma y textura. Se pasea por su casa acariciando objetos. El eco de las campanadas aún le resuena en la cabeza. Percibe la frialdad de la vajilla de Limoges. Apoya su mejilla en el gélido cristal de Bohemia. Casi consigue dejar atrás los abrumadores destellos de la Navidad. Porque desde que se operó, ese mundo de luces le está jodiendo la vida. Cuando todo era oscuridad el mundo tenía más brillo. Esos haces luminosos que viajan a 300.000 kilómetros por segundo le rasgan la córnea, el iris y el alma. Le duele el alma. Le duele esa luz que le hizo verlo como era realmente. Le duelen sus mentiras. Sus ausencias. Y sus presencias ausentes. Incluso hoy. Por eso lo hace. En cuanto él sale por la puerta, ella recurre al pañuelo negro de seda. Y por unos instantes vuelve atrás, a cuando el mundo se reducía a un inmenso agujero negro. De nuevo sus ojos son unos ojos que no ven. Y así y solo así, consigue tener un corazón que no siente.
Ainss… pero que bonito escribes, Arantza. Hoy estuve a puto de llamarte, pero me surgió algo y tuve que cambiar mis planes. En fin. Besos enamorados de tu clarividencia.
A ver si acierto con la interpretación. Una mujer que era invidente hasta que fue operada con éxito, tiene una pareja que le hace sufrir con sus infidelidades, la prueba la tiene en que ni siquiera es capaz de quedarse con ella la noche de Nochevieja, que prefiere ponerse un pañuelo negro sobre los ojos, porque cuanto menos vea menos sentirá esa realidad que le machaca, ya lo dice: «cuando todo era oscuridad el mundo tenía más brillo».
Quedo a la espera de que me digas si he atinado.
Suerte y un saludo
Total y absolutamente, Ángel.
Joder, Arantza, si es que no me extraña que arrases por donde pasas. Qué forma de calibrar la narración y dosificar la información. Buenísimo. Me ha recordado un poco al cuento de «Los pocillos» de Benedetti, no porque se parezca en nada, solo por ese «mejor no ver».
Y además has tocado un tema que para mí es especialmente sensible, el de los ojos, que tanto me han hecho y hacen sufrir. Ufffff.
Qué ganas de conocerte y darte un abrazo. Grande, grande.
Clarividencia la tuya niña, qué manera de escribir, de acuerdo con Ana, para qué añadir más.
Me encantó, el texto y que hayas vuelto.
Un beso admirado.
Bah…Chavala, me aburres.
Tú deberías seguir con tu trabajo, tus viajecitos, tus preciosas niñas y tu afortunado marido, y dejar de escribir por aquí.
A ver, cualquier persona con un mínimo de sensibilidad, después de leer tu historia, no puede más que pensar COMO ESCRIBE ESTA MOCIÑA, CARALLO.
Que capacidad para elegir la palabra, para componer la frase adecuada, para marcar el ritmo que pide la historia…
Por eso, yo te pido, por compasión, que te dediques a la filatelia, a la colombofilia, al narcotrafico, que te hagas de los Riazor Blues, que te pires al jacuzzi de Epi, que plantes camelias, que…
Por que el jurado, sea el que sea, ya tiene o debe tener un relato seguro como finalista este mes.
El de esta maldita meiga genial.
QUE BUENA ERES, JODER.
Un beso de parte de AMOR MIO ( antes Modes, ese escritorzuelo humillado por uma maciza galaica)
Y además lo clavas con el título.
Vete a eaparragar, joé!
Arantza, triste y preciosa historia que tan bien nos cuentas. Es cierto. Nunca se sabe si se gana para perder, como le ocurre a tu protagonista, hasta que pasa el tiempo. Suerte y felices fiestas.
¡Qué forma de avasallar! Menos mal que ya no puedes acaparar más selecciones este año, que hace tiempo llegaste al máximo. De otra forma es que no dejarías sitio para los demás. Es en lo único que se ha equivocado Modes, en lo demás lo comparto al cien por cien.
Relato de diez.
Besos.
Buenooooooooooooooo, una se va a trabajar y vuelve y se encuentra con esto. Evita, guapa, no llegamos a 2015 sin tomar café…si te sirve de algo puedo llegar a Arzúa!!!. Modes, cada día esnifas más pegamento, no tengo más que decirte que que me encanta que me hagas la pelota, para que vamos a mentir…y que lo de los Riazor Blues…es que en casa te somos del Celta, ejemmmm. Y tranquilo que como dice el caballero Olivares no me eligen más que ya he cubierto el cupo. A los demás gracias por leer y comentar. Querida Ana, no se cuánto te habrán hecho sufrir tus ojos, pero créeme tu siempre me lees con unos muy buenos, jajajajaja. Besos family ENTC
Umm…que rico el Supergen!!!
Y ahora llegará, la muy petarda, y dirá:» Uy, no. Supergen no.
Es que en casa todos somos de Imedio…»
A veces no sé como te aguanto, miss Portabales…
Quien dice de Imedio dice de Loctite… 🙂 🙂
Arantza has clavado cada palabra, nos haces sentir la decepción y la angustia de tu protagonista y como está más feliz y segura en aquella oscuridad de sus ojos. Precioso.
Una historia donde los sentimientos se palpan.
Un beso grandote artista
Bueno por fin de vuelta con esa manera tan espectacular de escribir que tienes.
Una crac desde que ganaste a un tal montesinos en un concurso jajajaja, desde entonces, creo que te viniste arriba y ya no hay tope jaja.
Un abrazo grande grande. Otro talentazo en esta web, el tuyo.
Puesto a recordar tan terrible día en que cruzamos las lanzas, te recuerdo que yo te voté a ti y tu a mi no, jajaja. Gracias Manuel por estar siempre ahí
Arantza, precioso relato con una historia triste pero que narras de una forma excelente. Precioso!
Besos
!qué bien conseguido está ese dolor que se siente al saber la cruda realidad?
Qué nivelazo empleas escribiendo. No llevo sombrero, pero como en este relato no lo ves, me lo quito ante ti. Precioso desde su inicio. Con ese pañuelo que absorbe olores. Me encanta.
«De nuevo sus ojos son unos ojos que no ven. Y así y solo así, consigue tener un corazón que no siente.»
Vaya mensaje. Vaya desenlace.
Un relato lleno de desengaño, en el que la vida no se presenta del color del cristal bajo el que se mira, sino todo lo contrario.
Cuánta tristeza rezuma. Casi agobia imaginar tener que taparse los ojos para no contemplar la realidad.
Pues para ti, Arantza, te deseo una felices fiestas.
Un abrazoooo
Solo sumarme a tantas y merecidas felicitaciones, Arantza. Eres genial.
Bsss
Gracias Amparo y Luis. ME alegro de que os gustase. Felices fiestas. Espero que sean más felices que las de esta desgraciada Inés.
Me gusta mucho la idea y como has condensado en tan poco la magnitud de la situación que vive tu protagonista. Y que seguramente es extensible a muchos y muchas. Has relatado a la perfección el agridulce de estas fechas. Mucha suerte 🙂
Ojos que no ven corazón que no siente.
Sin ver es capaz de apreciar lo que el ojo no alcanza y viendo es capaz de percibir lo que los sentidos no detectan.
Así no hay quien pueda.
Lo mejor es que se quite la venda para verlo todo clarito y tomar una buena decisión.
Una historia muy bella, a pesar del dolor.
Besos
Un relato tristemente bello, que da gusto leer.
Un fuerte abrazo de Navidad.
Continúo por donde lo ha dejado María en el comentario anterior…: ¡Qué gusto da leerte, joía! Puedes agarrar una intuición dolorosa como esta, convertirla en relato y trascenderla con la palabra. A eso es a lo que llaman ARTE.
Felices fiestas, autora.
Caray chicos, graciassssssssssss
Que bueno, que bueno,… por favor, que envidia más grande (de la sana, eh!).
Suerte (Aunque no la necesitas) y Felices Fiestas
Buah! Bestial. Cada letra tuya está marcada por una explosión se sentimientos. Preferir la oscuridad, magnífico. Feliz año, Arantza, y que sigas emocionando así de bien.