JUN15B. CONCAVIDAD, CONVEXIDAD Y PUNTOS DE INFLEXIÓN, de Ricardo R Gonzalez Ramos
Era el primer año que mis padres no me llevaban a las festivas atracciones, ¡por fin iba solo!
No recuerdo si eran 5 o 10 pesetas.
Era caro disfrutarlas. La mejor música se escuchaba en los autos de choque y a las chicas guapas les gustaban las buenas canciones. A mi me gustaba “Borracho” de Los Brincos. A ella no. Empezábamos mal.
¿Cómo continuó?
Un mareo impresionante. El látigo me descolocó. La noria era pequeña. Viéndolo hoy agradezco que aún no hubiera martillo y esos extraños artefactos actuales.
El algodón se pegaba a los labios y me parecían besos. Ella no quería algodón.
Pero ¿tenia que ser la hija de mi profesor de física?
Me encontré desorientado ya en la entrada.
Me golpeé en tres de los espejos. ¡Mira los marcos! Decía riendo.
No me gustó vernos deformes.
¡Este es el cóncavo y ese convexo!
Al menos me ayudó a aprobar, pero en el último de los espejos supe que no era mi tipo.
Acabó gustándome más “Sola”.
Fue mi venganza.
jajajaja, nostágico y simpático, espejos de adolescentes.
Suerte me ha gustado bastante
Enhorabuena, me ha gustado mucho. Veo reflejos nostálgicos y autobiográficos muy bonitos. ¿Que no es autobiográfico? Perdona, hablaba de mí. ¿Borracho yo? Tururú.
Ya no sé si aprobaste por aprender lo de cóncavo y convexo o porque era la hija del profe. Ni importa: aprobaste. Esos primeros episodios con el mundo femenino eran pruebas peleonas. Y a veces frustrantes. Cada uno tiene esa raya roja, delante o ya traspasada. Y cada uno a una cierta edad. Pero romperse los morros con un espejo, espabila. Bueno tu relato, me ha animado a contar cosas. Gracias.
No me digas que te ha animado a contarnos algo. ¿Eso quiere decir que te animas a escribir aquí? ¡Bravo Miguel!
Ricardo, eso es un ataque a la yugular. Sigo siendo un becario que quiere aprender con todos vosotros. Os leo, me comparo, lo valoro, pero no doy la medida. Solo llego a admiraros. Un abrazo.
Ricardo, si empieza a escribir el tal Miguel, yo ya tengo preparados los fuegos artificiales y la avioneta comercial sobrevolando Bilbao para anunciar el evento. pero no se lo digas , que si no no escribe. La próxima vez que le vea le robaré la Nikon y no se la devolveré hasta que me entregue uno de 200.
Y ahora tú: pero bueno! cómo me gusta tu escritura. es muy personal, genuina, no tiene aderezos. Pertenece a una forma de contar, a una narración con punto de vista muy moderno, muy «salingeriano». Utilizándolo, sacas mucho partido a las historias. Creo que empiezas a tener ya un sello inconfundible . te felicito, sinceramente. Un abrazo: Nieves
Tal Miguel: Si nos juzgas debes reconocernos el mismo derecho. Estas obligado a ello y te juzgaremos.
Así que a la labor.
Lo único que puede unirme a Salinger es que nací a la vez que su Guardián. Y eso es demasiado. Eres muy amable y un poco exagerada.
Muchísimas gracias. Un abrazo fuerte.
Menuda panda que vamos a montar aquí como empecemos a contar nuestras cosas. Lo mío todo es mentira, bueno eso es lo que digo a mi mujer.
Tu historia me ha recordado a la mía.
Un saludo
Se supone que contamos historias. Yo no prohibo a mi mujer que las lea e incluso conoce mi edad. Gracias por tu comentario. Siempre ayuda.
P.D. Creo que ya éramos una panda.
También he conocido esas ferias de barrio, la noria, los coches de choque y la ola. Y los espejos, cuántos recuerdos.
Un micro muy nostálgico.
Saludos.
Qué bonita historia Ricardo, llena de nostalgia de las ferias de otro tiempo.
Un saludo, Blanca
Estos recuerdos a veces se hacen realidad. Hace dos semanas en una fiesta local de mi barrio, vi una pequeña caseta de espejos. Me hizo ilusión. Gracias, Asun y Blanca.
¡Pero con lo diver que son las atracciones de feria, Ricardo! Lo del laberinto no lo he vuelto a ver. Bien repartido lo de los temas musicales.
Un abrazo.
Muchas gracias maestra.