75. El repique de las campanas
Cada campana repica dentro de mi cabeza como un lejano susurro hasta convertirse en un hipnótico sonido, el cual terminara con el eco de la última campanada. Un año agoniza igual que las temibles crecidas de la época de lluvia, para convertirse de nuevo en una mansa corriente, donde se puede navegar con las manos haciendo surcos en el agua, sin la preocupación de utilizar un par de remos para navegar. Con la misma ansia de un niño, buscador de oro, exploraremos las orillas de las islas desiertas. Algunas veces con las uñas escarbaremos en playas de arenas blancas; otras en arenas grises, llenas de filosos guijarros, hasta desangrarnos. No hay recompensas fáciles ni mucho menos las encontraremos flotando a la deriva. Tendremos que bucear en aguas profundas sin tanque de oxígeno. Posiblemente, nos ahogaremos en esteros pantanosos y con toda seguridad alguien nos salvará. También llegará la época en que tengamos que remar y lo haremos contra corriente o bajo fuertes tempestades. No hay seguridad en nada pero llegaremos sanos y salvos a nuestro lugar de remanso, porque la vida es un ciclo que inicia y termina con el repique de las campanas.
Tu relato es precioso, Héctor. Me gusta mucho la metáfora del río como el transcurrir del tiempo y ese final de esperanza con el repique de las campanas.
Feliz 2015, de corazón.
Una alegoría de la vida muy bien contada.
UN estado más elevado para narrar el que has elegido pero llega por su imagen ordenada y directa. me gustan las metáforas, qué haríamos sin ellas, dejaríamso de comprender el mundo, ese devenir constante. Abrazos y suerte Héctor.
Muy bonito ese tiempo descrito entre campanadas y la descripción de la vida y sus avatares a través de imágenes de agua.
Felices Fiestas y besos.
Así es. Al final, la vida, que es soberana, se impone a nuestros deseos.Un hermoso relato. Suerte. Qué la vida sea generosa contigo este nuevo año y siempre.
Un relato lleno de simbología y grandes metáforas. No estás exento de razón y a veces es bueno que alguien nos recuerde que todos navegamos en la misma dirección y hacia el mismo puerto. Mucha suerte 🙂