119. SIN VUELTA ATRÁS
El viento nocturno, con sus dientes como agujas de hielo, les mordía la piel. Atrás quedaba el pueblo, con el eco disperso de aquellas doce campanadas y sus luces cada vez más distantes, que no iluminaban más que unos pocos recuerdos. El hombre vio el desamparo en los ojos de su hijo, pero aun así su partida sería definitiva. Esa mañana había recibido un citatorio para comparecer ante un tribunal civil. La madre del pequeño, quien se lo había entregado desde que era un recién nacido, regresaba a reclamarlo. Apresuró el paso y la luna descubrió la decisión en su mirada. Se portaría como quien era, como un gitano legítimo y nadie le quitaría a su hijo, mucho menos aquella mujer, que le dijo que era mozuela cuando la llevaba al río.
Así lucha el coraje de una madre, bien descrita la partida del que ya no volverá al estilo lorquiano Un abrazo y suerte
Así que convierte su vida en una huida de la madre que le entregó al hijo y de la justicia. Difícil elección y camino a transitar, pero el amor de padre a hijo es el que le da el coraje y la fuerza, y su sangre, claro.
¡Feliz Nochevieja y Feliz Año Nuevo lleno de Grandes Esperanzas!
Besos
Muy buen relato, tiene fuerza. Me gusto ese final con la frase de Garcia Lorca.
Un abrazo y feliz comienzo de año.
kalton, suerte y felices fiestas
Coincido en esa sombra Lorquiana que proyecta el texto y abundo en la calidad con la que está escrito. Enhorabuena por este singular relato. Mucha suerte 🙂