02. SHIBARI (EPÍFISIS)
Siempre me gustó, que el tío que estaba entre mis muslos, me poseyera con fuerza y con pasión. Que me dijera en la oreja cosas guarras, me encanta y que me insultara y que yo como defensa, me debatiera en una lucha de brazos y piernas hasta quedar exhaustos entre las sábanas de seda.
Entré en el club Shibari, aleccionada por una amiga.
Cortinas rojas y una barra donde servía bebidas un tío con collar de cuero con cadena a la pared, desnudo salvo los correajes y un slip de piel negra.
Dos esbirros con máscaras me quitaron las ropas y me cargaron de cadenas y de una especie de cinturón de castidad, entré en la mazmorra en esta cárcel, estos hierros se me clavaban en la ingle, pero no fue nada, peor, cuando me colocaron en la cruz de San Andrés.
Me pusieron un separador de labios y apareció un tío con la cosa más bestial que yo había visto nunca y una palmeta, solo dije ahh.
Me desperté, cuando en la boca tenía dos dedos de la mano derecha y tres de la izquierda de mi dentista, mientras desde detrás de la mascarilla me decía, abre más.
Epiiiiiiiii, pues con ese peazo cinturón de castidad y las ingles tan maltratadas, acabarías, como dice una amiga mía con «dordingles» (una cosa para la que hasta que llegó la depilación laser, no hacía falta cinturón ni cinturona).
Abrazo.
Hay Aurora, si yo te contara lo que vi en ese club, se pone como escarpia solo de recordarlo.
Un beso
La aparición del dentista le pone el punto insuperable a la sesión de sado. ¡Bien Epi! empiezas el año en plena forma.
Abrazos.
¡Ah! Y que para estar inspirado en Santa Teresa … eso, que muy bien.
Santa teresa inspira y sino Rafa, di yemas y ya la tenemos liada.
Un abrazo.
A partir de unos versos que quieren unir Cielo y Tierra, tú haces una composición en la que el placer y el dolor extremo se dan la mano, donde aparece al final un dentista que convierte todo en un socarrón equívoco que hace reír.
Hay que empezar el año con fuerza, sí señor.
Suerte, un saludo y Feliz 2015
Ana, no lo quito, pues es un homenaje a mis pacientes femeninas, cuando les metía mano, el aparato(la turbina)o las obturaba el agujero, ja ja ja. Algunas me han retirado el saludo.
Un beso
Que razón tienes Ángel, placer-cielo, dolor-tierra, desde Maratón Man, el dentista queda en el imaginario como el peor torturador.
Mejor con anestesia o vaselina ja ja
Un abrazo y también lo mejor para ti.
Sin duda lo mejor de lo mejor en esa especialidad tan personal que tienes.
Me ha ENCANTADO, me queda la sonrisa y me has puesto las pilas para un dia que prometía ser aciago. Gracias
Tienes mi trofeo de CAMPEÓN.Un beso.
No puedes tener un día aciago, Virtudes, sonríe. Cuando hablas de la especialidad, te refieres a cual?. Intento encontrar cosas agradables en todos los momentos de mi vida, en el trabajo(que ya no), en la facultad y en todo.
Que tengas una año mejor.
Un beso
A mi en el dentista me pasa lo mismo, que trato de evadirme y pensar que en estoy en otro sitio. El regreso de lo místico a lo real siempre es algo traumático, pero que te quiten lo bailao. Suerte. Un abrazo y feliz 2015!!!
Juancho, ahora que ya estoy al otro lado del espejo y me quitaron una muela, se lo que se siente en el potro de tortura, ese sudor frío en la frente y manos, ese mover la cabeza como queriendo salir corriendo.
Sería necesario ponerse en el lugar de los pacientes.
Un abrazo
Bien…bien
Llegar al relato de Epi es como abrir años atraa el Penthouse por la página de Xaviera.
Sabes que llegas a la zona hot del concurso.
No importa que el tema sea acerca de Santa Teresa, o del brocoli, o de la importancia de Sabrina Salerno en la cultura occidental, o de la temporada de celo de la gacela thomson en el Serenguetti, o de Florinda Chico, o…
Epi se marca un triple mortal y logra encajar(nunca mejor dicho) un relatazo, marca de la casa, no apto para princesitas dueñas de suspiritos con sabor a fresa…
No quiero ni pensar por donde hubieras ido si el tema inspirador llega a ser Platero de Juan Ramón Jiménez…
Un abrazo con olor a látex, crápula.
Modes, eres joven, yo era más de LIB, el cuero y el látex los tengo aparcados, pues cuando consigo enfundármelos parezco el anuncio de Michelín, pero en gordo. No hago submarinismo por el neopreno, me imagino semanas para ponérmelo.
Cuantas cosas hay y que practicamos tan poco. En la urba hemos hecho una cesta de Navidad con cositas(bolitas, dildos, anillos constrictores, correaje de seda, palmetas y demás parafernalia y adminículos)Ya no quedan números y se venden en la reventa.
Un abrazo
Hola y feliz año nuevo, lo primero.
Estilo depurado. Me sigue gustando esa manera que narras, de ir al grano, dar el volantazo al final con la escena de reanimación y colar el verso que menos llama la atención del poema pero encajarlo bien en el micro. Suerte y un abrazo.
Gracias Pablo, pero la suerte que tengo es la de pasármelo bien con vosotros y el intentar adaptarme al tema mezclándolo con lo que me gusta. Hace tiempo que dejé de soñar.
Un abrazo
Me fascina el vuelco que le das al cuento en el desenlace,genial!!!
Tiene esa mezcla de picardía y humor que atrapa desde el principio, que te deja saboreando el final uniéndolo a las experiencias propias con la nunca deseada pero necesaria,visita al dentista.
Buen comienzo de año y suerte!!!
Macarena, de picardía nada, sexo puro y duro, ja ja.
Aunque ya no trabajo, debéis seguir con la visita al dentista, yo siempre decía al paciente que lo que cuesta 5, al año es 10, a los dos años 25 y más tarde es la extracción. Merece la pena acudir.
Un beso
Alejandro, se ve que los sueños, de todo tipo, ayudan a llevar mejor los momentos duros. Suerte y saludos
De sueños nada, Calamanda, los momentos duros son los buenos, los flácidos después ja ja.
Un beso
Epi, súper original desenlace. Buena terapia mental para engañar al miedo, jajaja. Abrazos y mucha suerte.
En mi época la terapia mental se llamaba paja mental, Salvador, ja ja. Pero es difícil engañar al miedo, me he quitado una muela hace poco y es muy diferente el estar sentado en el sillón que en el taburete. Ahora se lo que me contaban los pacientes, ese sudor frío, esa sensación de amputación, ese ruido, ese crujido del hueso. Pero seguir acudiendo.
Un abrazo
Gran relato el tuyo Epi. Consigues que lo leamos en un suspiro y volvamos a releerlo. Ese giro final del dentista una pasada. Gracias a Dios mi dentadura hasta la fecha es perfecta y no puedo sentir ese calvario que narras en el potro de tortura.
un abrazo.
Me encanta! Un saludo.
Epi, muy bueno y original. Ese final es genial!
Un beso
Este relato tendría que salir en todos los libros de autoayuda para superar el miedo al dentista (que no es mi caso, porque lo mío no es miedo, es pánico). Me he reído un montón y la situación me ha parecido realmente cómica pero de esa que se ensambla con sentido y buen hacer. Enhorabuena y suerte 🙂
Muy original la vuelta de tuerca que haces pasando de tú tema estrella, el erotismo, a algo tan terrenal como el dentista. Este es uno de los que suele dar más pánico al personal como veo que has comprobado en primera persona. Un abrazo dolorido. Gloria
Desde luego, Epi, el relato se mantiene fiel al tema del mes y al tuyo. La mística tiene imágenes muy sexuales y esa cruz (de San Andrés, cómo no) nos remite irónicamente a la parte «religiosa» del asunto. Luego, final sorpresa y carcajada. Por cierto, ¿qué anestesia les ponías tú a tus pacientes? 🙂
Besos y suerte.
¡Ay, qué bajón de líbido la aparición del dentista! Un giro sorprendente de los versos de la santa. Bien por ti.
Hola, Epi.
Creo que la aparición del dentista ha desarmado a la mayoría, como a mí. Me parecía, a medida que iba leyendo, que no podía ser lo que imaginaba y, ¡bribón!, me sorprendiste.
Un abrazo.
La visión del dentista y ese abre más la hizo cambiar radicalmente de escenario, igualito que a nosotros, que también teníamos los labios abirtos para decir sólo: ahhh.
Besos
Bien Epi en tu línea de dejarnos con la miel en la boca… menos ropa, club, chicas, aparatos que ni en sombras de grey y un dentista final que espero sea guapo al menos jaja.
Eres muy divertido contando cosas, un abrazo sincero y mucha suerte