FASE 1E-Encuentro 10
Isabel López Soriano / Antonio Toribios / Héctor Hernández
Los participantes aquí señalados tendrán que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato de un máximo de 100 palabras (título no incluído) antes del plazo fijado y que cumpla las siguientes condiciones.
TÍTULO: Incluir un color
INCLUIR EN EL TEXTO: Octubre
INCLUIR EN EL TEXTO: Miércoles
APARECEN: 6 personajes
PLAZO: antes de las 20 horas del domingo 18 de enero.
El domingo 18 de enero recibiréis en vuestro mail un enlace para que votéis a un relato de los tres de otro encuentro (se os asignará al azar) Para continuar en competición tendréis que hacerlo obligatoriamente entre el domingo y el lunes19 de enero.
El resultado de este encuentro se hará público como comentario en este entrada del blog y en una entrada general de la sección EnoTiCias.
Antonio, un color en el título!!!
Gracias, Arantza. Qué despiste, me hice a la idea de que el color tenía que aparecer en el contenido del cuento. Espero que «se valga» corregir.
ROJO PASIÓN
Llegaste al pueblo un miércoles, con aquellos pendientes de plástico rojo, tan yeyés. Enseguida me pareciste muy especial. Luego supe que te volvían loca las cerezas, y el disco en rojo de las vías, y el bitter, y los atardeceres. De “Rojo y negro” habías leído solo la mitad, pero adorabas “Il deserto rosso” de Antonioni. Te pedí salir y dijiste que sí. Nos besamos y me sentí elegido entre un millón. Me jurabas ser solo mía y para siempre. Cuando me enteré de lo de Lorenzo, Andrés, Jacinto y Elías, era ya octubre y tú no estabas.
DE TAUROMAQUIA E INTENCIONES NO TAN BLANCAS
Sería algún miércoles de octubre. La banda desgañitaba sus instrumentos con un Silverio Pérez mientras que en el ruedo el matador le endilgaba unas majestuosas revoleras al animal. Tomás ponderaba los pases siguientes, pero un manotazo sobre el mostrador lo sacó de su ensueño.
—Eah, que las cajas no se mueven solas, novillero.
Molesto por la interrupción, Tomás le sacó una verónica al viejo Gaspar.
—¡A que te banderillo, insolente!
Desalentado, Tomás se retiraba cuando notó que doña Sol, señora de muy buen ver y aficionada, sonriendo le guiñaba un ojo desde la florería.
Después de todo, habría faena.
«ROSA»
Empecé a barruntar que las contracciones eran señal de parto prematuro cuando la claridad del amanercer se coló a través de la persiana del salón.
Mientras hacía caso omiso al gesto fruncido del ginecólogo, cuidada por mi marido y hermana, la matrona protegía el silencio y asistía, con sabiduría ancestral, el alumbramiento. El llanto de vida de mi pequeña y su calor húmedo sobre mi vientre, me convirtieron en la mamá enamorada más feliz del mundo.
– «Miércoles, 15 de octubre de 2014. Hora de nacimiento: 19:35. Bienvenida, ya eres parte de la Tierra. Tu nombre es…»