DIC87. FUERZA Y BENDICIÓN, de Amanda Catalán
Luego de calmar mi rabia y las lágrimas que caían por mi rostro como ácido, entré de nuevo al apartamento ensayando una sonrisa que más bien parecía una grieta en mi cara mal afeitada. La mujer que amaba me miró, estiró su mano para alcanzar la mía y tardé en reaccionar, perdido en mis temores, enojado estúpidamente con ella. Su cáncer apareció por navidad- eso me confesó al exigirle una explicación por su inquietante silencio- y todo dejó de tener sentido para mí, las luces de colores, los regalos, el árbol, la ahora insulsa cena que planeaba. Habíamos pasado por tanto juntos, que el pensar en una enfermedad invadiéndola sólo a ella me hizo sentir engañado por la vida.
-¿Qué haces, amor?- me preguntó al ver que retiraba los adornos navideños.
-No tengo nada que celebrar.
-Estás equivocado- dijo, devolviendo los adornos a su lugar- Hay que celebrar, y cuando cenemos durante la Nochebuena, le pediremos al Festejado que bendiga nuestra mesa mucho más.
Su admirable valor me hizo sentir como un niño perdido y encontrado en medio del gentío. Emocionado, la abracé con fuerza y las ideas para cocinar algo exquisito me llenaron de nuevo la cabeza.
Bien amanda, uno nunca sabe cuando el destino que no sabe de navidades ni leches puede darnos na tremenda sorpresa. Por tod@s los que nos enseñan con su valentía el camino. Bonito homenaje.
Abrazos.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Precioso! Capturaste el verdadero espíritu navideño en lineas. Genial simplemente genial
Eso es, Amanda, no abandonar nunca. Una leeción admirable que saben darnos quienes luchan contra ese invitado innecesario.
Un saludo emocionado
JM
Amanda menudo relato. Es tan real, tengo un amigo en esas mismas circunstancias. Menuda época para pasar estos tragos.
Besos
Precioso relato.
Mi madre murió enNavidad, así que…
Yo también me he sentido identificada. También tengo una hermana muerta de cancer un 16 de diciembre que mostró una entereza y una fuerza ejemplares. Mientras hay vida hay que celebrarla. Me ha removido emociones. Precioso. Suerte y saludos
Amanda, tierno y emotivo relato de amor y esperanza. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Un relato que hace reflexionar nuestras creencias,…justo cuando dejamos de creer,muy bién contado,felicitaciones, Héctor
Gracias a todos por sus comentarios.
Me da mucho gusto que les haya gustado este pequeño relato que muestra una realidad conocida y vivida por muchos.
Que tengan todos una hermosa navidad y díganle a los suyos que los aman siempre.
Un abrazo!
Parece que este mes hemos coincidido en el tema central, aunque desde planteamientos y perspectivas diferentes (micro 65).
Sinceramente, el tuyo me gusta. Creo que está narrado con seguridad y aplomo.
Y esa pátina de esperanza es muy de agradecer. Suerte y un saludo.
Me encanta cuando dices:»Habíamos pasado por tanto juntos, que el pensar en una enfermedad invadiéndola sólo a ella me hizo sentir engañado por la vida. Me parece una declaración de amor maravillosa. Una historia preciosa y muy bien contada. Felicidades y buenas fiestas
Toda una lección de vida resumida en unas pocas líneas y, como telón de fondo, la esperanza que siempre queda mientras la vida fluye.
Muy bueno.
Un abrazo..
Hola Modes,
Gracias por tu comentario y echaré un vistazo al micro 65 porque he leído muy poco de los relatos anteriores. Si coincidimos en el tema central me parece excelente que la esperanza y la fuerza sea compartida. Un abrazo gigante y bendiciones en estas fiestas.
Raquel,
Me da gusto que hayas percibido eso en aquella frase, porque la idea era exactamente esa. Muchas gracias por pasar y comentar. Te deseo felices fiestas y muchas bendiciones.
Un beso.
Belén,
Así es, tal como dices tú, la esperanza siempre debe estar presente, jamás perderse en una vida que corre como río, inevitable, emocionante.
Gracias por tus palabras. Un abrazo fuerte y ten una navidad hermosa.
Que lindoooo lo que escríbe, como le escribí en el face lo vi, no pudo ver el mensaje que le mande al face pero no importa =)