50. LA REFITOLERA – Inés Z.
Ella no era consciente, pero su presencia ponía un poco de luz en el refectorio de San Nicolás. Y es que Teresa hacía algo más que limpiar, también desempolvaba los sentidos de los viejos curas desahuciados de aquel convento. Muchos eran los que alargaban la sobremesa intentando captar de Teresa un soplo de vida, aunque la mujer solo reparaba en uno de ellos: aquel que hace años saco el hambre de sus tripas.
Para el padre Pisón eran duros esos destierros, esa cárcel, esos hierros a los que sus huesudos dedos se agarraban esperando poder abrir la cancela. Él quería vivir. Sin importar que fueran dos días o dos meses. Necesitaba seguir sintiendo a Dios en cada palabra, cada gesto que dedicaba a sus semejantes. Por eso sus ojos se iluminan al escuchar la oferta de Teresa.
Ambos organizan su fuga un viernes. El padre sale por la ventana que da al huerto y corre entre las lechugas hasta llegar al coche. Cuando ocupa su asiento, mira a la mujer que la providencia ha puesto en su camino; algo en ella le resulta familiar. Teresa entiende su olvido y no le importa. Los favores se devuelven si el destino lo permite.
Un texto con dos curiosos personajes de vidas muy distintas, que terminan por confluir en una fuga común. Una Teresa que parece tener claras sus preferencias, al igual que el otro protagonista de este relato binario. Muy simpática esa fuga entre las lechugas.
Suerte y un saludo
Gracias, Angel, por leer y comentar.
Un abrazo.
Inés, muy bien contada esta historia de convento. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, siempre tan amable.
Muchos besos!!!
Gracias, Ana, un comentario muy ocurrente, me ha gustado lo del corto premiado en los Goya.
Un abrazo!!!
Me ha gustado mucho tu relato. He tenido la sensación de estar leyendo un parágrafo de un libro mucho más largo. Creo que le has dado mucha profundidad al relato. Aunque la hayas cerrado (y además muy bien) yo me quedo con ganas de seguir a esos personajes a ver dónde acaban. Felicidades. Mucha suerte 🙂
Sí, a mí también me gustaría seguir a esta pareja.
Gracias, Juan Antonio.
Hola Inés,
Espero que te guste Manolo García, porque una de sus canciones acompaña tu relato en Melotemía.
Un abrazo.
Ya lo he escuchado y me encanta.
Gracias, Amélie.
Inés, original relato. Agradecimiento, ternura y ese agarrarse a la vida sin fuerza pero con ilusión. Muy bueno. Abrazos y mucha suerte.
Gracias, Salvador, que no perdamos nunca la ilusión.
Un abrazo.
Precioso y muy original la perspectiva que has utilizado.Enhorabuena, tus personajes son verdaderamente de carne y hueso, muy bien «paridos».
He tenido mi inspiración de carne y hueso, Belén. Un pequeño homenaje.
Un beso.
Las tentaciones de los curas que siempre están en la carne que es débil; pero en este caso es una fuga totalmente aceptable y está contada de una manera que, a mí, me ha parecido graciosa.
Gracias, Lorenzo.
Un abrazo!
Mejor cualquier sitio que es este convento. Muy bien narrado. Un abrazo a mi guapísima, amiga, Sotirios.
Un abrazo para ti también, Soti. Muchas gracias.
Besos.