MAY110. LA EMANCIPACIÓN, de Raúl Ariza
En la tele han dicho que en Canadá, que un laboratorio de Canadá, han descubierto unas pastillas que evitan que te sientas solo. Mi novia está segura de haber oído la noticia, así, de pasada.
Eso es imposible, Charo. Le digo yo entre incrédulo y preocupado. Que te juro que lo dijeron, cariño. Es más, dijeron que han sacado el producto en pastillas y en aerosol, por si tienes problemas de estómago. Me contesta ella con un punto de euforia sospechoso.
Llevo dos semanas que no vivo. Apenas duermo. La veo rara, como inquieta y mucho menos atenta conmigo. No estarás pensando en pedir las pastillas esas. Le pregunto nervioso. Que sabes que yo te quiero a rabiar, princesa mía. Le digo casi en un balbuceo. Ay, no seas tonto. Sonríe, me acaricia y me rehúye poco convincente. Y luego se despide de mí diciendo que tiene que ir al centro a hacer unos recados para su madre. Pero al rato veo a su hermana Isabel y, disimulando mi desazón, le pregunto si ha visto a Charo y me dice que sí, que le ha dicho que tenía prisa, que tenía que ir a Correos, porque anda esperando un envío.
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¡¡Jejejejje!!
Me ha encantado tu ironía, pues a pesar de que es la «princesa» la que compra las pastillas, es evidente que el que se sentiría más solo sin su pareja es él, el hombre, como siempre.
María.
Una propuesta muy diferente para este mes, me gustó. El título lo complementa muy bien. Al final plantea quién sufre o teme más a lo soledad.
Un saludo.
Raúl.
Un relato original, fantástico, como siempre, qué sorpresa…
Sin embargo, se me hace que está vez has abordado el tema -creo que la soledad- de una forma más ligera de la que nos tienes acostumbrados. Noto algo cómico -y también irónico- que no es muy habitual en tus cuentos. ¿No?
Santi.
Me parece una idea muy muy sugerente la tuya, Raúl, creo que a nivel imaginativo el micro es muy potente. Me descuadra, eso sí, y mucho, tu manera de puntuar los diálogos. No sé si buscas adrede el efecto, pero aún así, me parece que se salen bastante de la norma…
Ah, y el sonido Charo-preocupado suena un pelín cacofónico, yo buscaría otro adjetivo que encajase mejor, o bien otro nombre para la prota…
Me quedo, ante todo, con la gran idea y con el tan logrado trabajo psicológico de los dos personajes en tan poco espacio.
Un abrazo y suerte.
NACHO RUBIO
Raúl, muy hábil parece Charo; aunque no le mienta, tampoco le cuenta toda la verdad. Es sutil y muy rítmico su trascurso. suerte y saludos.
Muy bueno.
P. Lázaro.
Raúl, ahondas de nuevo en la soledad de los personajes, en una historia muy original . También destaco los diálogos fuera de las normas habituales; encuentro que llegan mejor al no romperse el ritmo de lectura. Me ha gustado.Un abrazo fuerte.
Gracias a la foto que han colgado de lo de la fiesta de Madrid, por fin ya le pongo cara al autor de tan magníficos relatos, jejejeje.
Abrazossss
pd: En breve me llegará por correo «La suave piel de la anaconda»
María
Menos mal que este mes no puedes concursar, jejejejejeje
Abrazossss
Dama del Lago
Buen relato, ¡sí señor!
Abrazos María Rojas
Opino como Nacho. Darle relieve a esos personajes en tan poco espacio es signo de maestría. Menos mal que eres jurado. A este paso, para junio has terminado en ENTC.