77. La salida
Solo esperar la salida le tranquiliza. Mi madre se lo explicaba así a mis profesores, a los familiares y a los amigos que visitábamos. Desde muy pronto asumió que nunca me escucharía hablar y, mucho antes, ya sabía que yo era especial, o así lo decía ella. Los médicos me diagnosticaron diversos trastornos de difícil pronunciación y más complicado tratamiento. Básicamente, no se podía hacer nada.
Mamá no les hizo mucho caso o, mejor dicho, ninguno. Me llevó al colegio, al cine, a las comidas familiares o, los jueves, a tomar café con pastas de chocolate a casa de la vecina. En cada lugar, yo elegía cuidadosamente una silla enfocada hacia la puerta. A veces no era fácil y eso me ponía muy nervioso. Ella, paciente, daba las explicaciones oportunas.
Cuando se fue, todo cambió. Ya no salgo, pero tengo una butaca muy cómoda justo frente a la puerta de esta habitación. Por ella entran las enfermeras, el celador que trae la comida, los sábados la tía Lupe y hoy, de nuevo, mamá. La luz blanca me ha cegado y he cerrado los ojos.
Por fin encontró la salida que tanto buscó tu personaje especial. Felicidades por ese relato tan bien construido y entrañable, me gusta que no te has dejado llevar por la sensiblería y que has creado un ser débil-fuerte muy humano. Un beso.
Un relato muy bello, con una relación especial entre dos seres especiales.
Enhorabuena y suerte.
Besos.
Salir, era lo que quería. Y con ello, creo, dejar de sufrir.
Precioso, me ha gustado mucho, Mar.
Un personaje que necesita encontrar una salida a su medida, única y propia. No le sirve empeñarse en buscar otras. Una vez encontrada, tras el empeño y la perseverancia de toda una vida, ya sólo le queda saber qué hay más allá.
Me alegro de que esos dos tesoros, iguales y diferentes, que tuve la suerte de tener cerquita, te dejen algo de tiempo para crear buenos textos y compartirlos.
Un abrazo, Mar, y suerte
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Ángel, un placer compartir mesa y mantel :-). Los peques ya pudisteis comprobar que no pueden ser excusa para nada jeje.
Un abrazo
Bonito relato, Mar, encuentra la salida también de la mano de su madre, la que siempre la entendió. Un abrazo grande y suerte
Bello relato con una salida que encuentra al cerrar los ojos. Espero conocer a tus retoños muy pronto. 🙂
Hola Mar,
Me gustó tanto tu relato que le busqué una canción. Si la quieres escuchar está en Melotemía junto a tu relato. Espero que te guste.
Un beso para ti y para tus peques.
El relato resulta entrañable. Por los personajes y sobre todo por el vínculo que has creado entre ellos. Me parece una historia triste, pero de esas historias tristes que les puede lo bonitas que son. Mucha suerte 🙂
Mar, nos llevas de la mano y con acierto, para que sintamos con emocion los distintos afectos que vive tu protagonista. Suerte y saludos
Me ha parecido especial el relato, tanto como, el personaje protagonista. Con un final lágrima suelta. Suerte, Mar 😉
Un relato bien hecho, con fortaleza, ante una difícil salida para sus protagonistas.
Felicidades.