82. ¡Como para aburrirse!
Cuando salieron de ver “Cantando bajo la lluvia”, les esperaba el aguacero. Pero ella fue la única que aceptó tan clara invitación. Se puso a bailar y cantar sobre el asfalto mientras los conductores la esquivaban e increpaban sin saber que estaban ante un entusiasmo sin correas.
Observada por faros y ojos incrédulos, estaba como poseída por uno de esos momentos en que el alma está metida entre sinapsis neuronales obrando quiebros a la cordura.
El cine era la savia de sus fantasías, de todas sus vidas paralelas. Lo adoraba, se alimentaba de fotogramas y los almacenaba para rescatarlos en el momento preciso.
Y eso está bien, pero ese día desapacible, de empapadas ropas pegadas a la piel, le dispensó una pulmonía de gran calado.
La estancia hospitalaria fue harto larga, pero ella no lo percibió así, porque en los primeros golpes de tos expectoró a Meg, Jo, Beth y Amy, que ya no se separaron de ella hasta que se recuperó.
Original y cinematográfico enfoque para la pía propuesta de este mes. Has creado un personaje singular lleno de pasión por lo que quiere y le gusta. El final, sorprendente. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio, por tu agradable comentario.
Por cierto, te vi con tu hijo en Santander, fue muy chulo.
Abrazotes
javier, la pasion nos lleva a veces a dejar de tomar precauciones, como a tu protagonista. Original propuesta. Suerte y saludos
Eso es, Calamanda, una pasión que llena una vida y ofrece recursos ante los infortunios.
Gracias por tu presencia y mis abrazos.