MAY97. NO SOY UNA PRINCESA…, de Rosa Mª Iglesias Yañez
Me pinto como una puerta, la pintura de mi cara disimula las ojeras y lo demacrada que estoy, lo que no puedo tapar son los dientes que me faltan.
Ya me quedan pocas medias sin agujeros, estas que llevo son bastante tupidas me vendrán bien para soportar el frío invernal de la oscura noche.
Mi pelo es moreno hasta la cintura, me hago una cola de caballo, así no me molesta cuando trabajo.
Me miro al espejo de mi diminuto cuarto, mis ojos verdes se reflejan tristes, como los de un galgo abandonado.
Salgo a la calle con pocas ganas, me da asco lo que hago, pero no me queda otra.
Sólo unos pocos se vienen conmigo, gente sin escrúpulos, a los que les da morbo que una fulana sin dientes, les haga marranadas, por tan solo unos miserables euros.
Cada día me levanto con la esperanza de tener fuerzas, para dejar de consumir.
Pero ese dinero que cae en mis manos, me lo fundo tan rápido como se funde el aluminio.
Recuerdo cuando era pequeña me escondía en el armario, asustada, con lágrimas en los ojos y soñaba con que algún día sería una princesa.
Terrible relato el tuyo, aunque por desgracia hay demasiadas no princesas que tienen que ofrecer lo único que tienen su cuerpo, porque se han equivocado a la hora de elegir su camino. Gloria Arcos
Joder que duro. La cantidad de espectativas que tenemos siendo niños y como la realidad nos va situando en situaciones muy diferentes a las previstas. Unas veces a causa de una mal elección, otras a causa del destino o quien sabe en verdad la verdadera causa. Aunque afortunadamente no siempre se acabe tan mal como tu protagonista. Un relato que desde luego no te deja indiferente. Mucha suerte y un abrazo.