112. Veinticinco
… veintiuno… veintidós… veintitrés… veinticuatro… veinticinco… El foco vuelve a la pared norte. El cálculo de Goslin era correcto. Dejaré pasar un par de veces y correré hasta el esquinazo de la torre donde se aposta el relevo nocturno. Aburridos, improbable que presten atención. Aún así, este mono gris oscuro se confunde lo suficiente con el suelo para los somnolientos ojos de los centinelas. Muchas cajetillas de rubio me ha costado. Lo peor será la alcantarilla. Ahí sí me la juego. Veinticinco segundos. Correr de puntillas, levantar la tapa sin hacer ruido, descender, colocar la tapa. Parece sencillo pero el tiempo es escaso y no me deben oír. Salvar la alcantarilla o volver al infierno, al borrado del alma… Lo conseguiré. Voy a conseguirlo, voy a conseguirlo. Voy a salir. A follar con mi mujer y a beber whisky por primera vez. A olvidar las rutinas de esta cárcel, estos hierros cuya estridencia al chocar tras el toque de queda tanto me ha irritado, las tulipas iluminadas simultáneamente a lo largo del pasillo para despertarnos de golpe, la sorda tensión del comedor, la presión de las mafias, las humillaciones de estos hijos de puta… Uno… dos… tres… cuatro…
Buen ritmo. Se vive esa tensión. Historia contada casi sin resuello, con la tensión del que se la juega en esa huida. Me ha gustado tu debut. Bienvenido y suerte.
Muchas gracias, Antonia, me alegro de que te guste. Que sea lo que el jurado quiera, lo importante es divertirse.
Un abrazo!
Me ha encantado. Un recuerdo muy fotográfico de ese buen número de pelis de evasión.
Te deseo suerte,
Ton.
Gracias, Ton. Creo que ningún preso de esas películas se encomendó a Santa Teresa. Yo sí 🙂
Ricardo, si nos llevas a la carrera y aun esperamos que va a ocurrir. Buen ritmo y fuerza descriptiva. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Es que nos la estamos jugando con la alcantarilla! Saludos
Un hombre desesperado, un plan desesperado… y tu relato. Dan ganas de pasar al siguiente capítulo a ver que sucede. Bien podría ser el prólogo de un libro. Mucha suerte 🙂
muchas gracias, Juan Antonio. Sería, si lo llegara a ser, el prólogo de un libro desesperado, o bien, el de un micro-libro, pero lo más seguro es que se quede en un montón de bits más de esta entretenida web. Por cierto, la tuya es muy interesante, historia, aficiones, ¡club de fans! No te privas de nada! 😀