MAY82. RELATO DEL ESCLAVO, de Ana Fúster
Me fascinó el relato del espejo. Contó que hubo un camellero llamado Hassan, cuya vida transcurría monótona conduciendo reatas entre las dunas. Un mediodía, un destello repentino hirió sus ojos, y al aproximarse descubrió sobre la arena un espejito de plata pulida. Sintiéndose bendecido con el regalo, Hassan lo envolvió en un turbante y lo guardó en una alforja. Ya en el oasis, mientras lo abrillantaba, le pareció que emanaba de él un murmullo de agua. Su asombro no tuvo límites cuando reflejado en su superficie vio el mar, que no conocía y del que tanto le habían hablado. Contempló sirenas, escualos, la silueta espectral de una trirreme hundida, ostras que exhibían perlas, medusas fosforescentes… Al día siguiente, una caravana de beduinos encontró el cuerpo de Hassan bajo las palmeras. Tenía las ropas cubiertas de algas y sal, y sus ojos se habían vuelto azules.
Cuando concluyó su relato, aún no había amanecido: esa vez había terminado la historia demasiado pronto. Sabedora de su destino, una lágrima desbordó el kohl que enmarcaba sus ojos. Pero ya nunca más habría de temer por su vida, pues el relato del espejo por fin enamoró a mi amo perdidamente de Scheherezade.
Ana, como siempre, tu relato atrapa por su atmósfera, por el ritmo, las ricas descripciones y la propia historia. esta es especialmente rica en imágenes y palabras que evocan sonidos y sensaciones., pero noto un fallo y es que no haces distinción de los personajes, quizás por querer mantener la intriga de quien narra hasta el final.
El fallo es que cuando narras la muerte de Hassan, en «azules», acto seguido continúas la narración sin incluir al sujeto que lo cuenta y sigue entonces siendo Hassan.
No sé explicarlo mejor aquí, pero sé que lo entenderás y verás. Felicidades nuevamente por tu premio y un abrazo.
Estoy con Antonia en el ‘pero’ que se puede poner a este –por otro lado– magnífico relato.
Has dado con una bellísima historia, está cargado de lirismo, la atmósfera se logra con las palabras justas… peeeroooo… creo que el problema está en el ‘marco’, esto es, en cómo has engastado, como una joyita, la historia de Hassan en la de la princesa Sherezade: un soberbio acierto que técnicamente, sin embargo, no está del todo logrado. Personalmente, pienso que el principio sobra: ese «Me fascinó el relato del espejo…» le resta insinuación al final; y creo, como Antonia, que las palabras del final necesitan otra ‘vuelta’, pensárselas un poquito más para redondear el relato.
Pese a todo, menos mal que no participas este mes (enhorabuena por tanto buen relato en este blog). Así quizá los demás tengamos alguna posibilidad más…
Un saludo.
Precioso. Letras que tienen música. Pinceladas de auténtica Literatura. Enhorabuena.
Ana Fúster sigue haciendo de las suyas 🙂
Comparto los desajustes técnicos a la hora de engarzar las dos historias, necesario para hacer de este precioso relato uno REDONDO.
Ahora bien, por encima de todo, hay que quitarse de nuevo el sombrero con esta imaginación tan cercana a las mil y una noches, esa aparente sencillez con la que parecen brotar cada una de sus historias, esa ternura poética tan bien manejada, sin caer nunca en lo kitsch…
Enhorabuena de nuevo, Ana.
Un abrazo
NACHO RUBIO
TAL VEZ NO SEA EL SITIO, pero tengo que decirte, Nacho, que tus comentarios debían ser un ejemplo para todos nosotros. Y Ana, es mucha Ana.
Ana, yo que estoy enamorado de las mil y una noches y de los cuentos árabes en general. No sé qué decirte más que da gusto a leerte. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Muchas gracias a todos por leer el relato y pasar a comentar con vuestra amabilidad de siempre. Cuando se me ocurrió la historia me planteé si sería posible hacer una estructura de caja china en 200 palabras. No estoy 100% de acuerdo con Antonia en que al cambiar de párrafo parezca que se sigue hablando de Hassan, aunque está claro que puede despistar bastante, quizá mejoraría añadiendo un sujeto en la subordinada que abre el segundo párrafo. Con Eduardo sí estoy de acuerdo en que la primera frase le resta «insinuación». La puse porque quería que quedase claro que hay un narrador en primera persona que cuenta en tercera persona la historia que otro había narrado, aunque es posible que con el título y el último párrafo hubiese bastado para eso. Le daré vueltas a ver cómo se puede mejorar, ¡muchas gracias por las sugerencias! Me encanta todo lo que estoy aprendiendo en este blog. Abrazos a todos.
Ana, la trama y su tratamiento sugieren delicadeza en los giros y expresiones, bonito y fluido tu cuento. Saludos
Me gusta mucho esa sabor desértico con consigues con tan ricas descripciones, además de un vocabulario muy cuidado.
Enhorabuena.
Calamanda, Miguel Ángel, muchas gracias por pasaros por aquí y por esos generosos comentarios. Un abrazo
Muy bonito Ana, una historia dentro de otra, comparto el gusto por las cajas chinas y matrioskas rusas. Tiene una algo de despiste al leerlo , ya lo comentan otros arriba, que en algún caso no se entiende bien quien lo narra, pero la historia y muy bonita, un gustazo leerte, como siempre vamos.
Es un relato muy bonito y bien narrado. Casi me ha convertido a mí, pequeña foca de tierra.
Un abrazo y que tengas mucha suerte.