23. EL HOMBRE BALA (Beatriz Carilla Egido)
Saluda una vez más al público antes de dejarse engullir por la boca del cañón. FiuuuFiuuu. El proyectil humano, embutido en un disfraz de superhéroe desconocido, se santigua entonces con devoción porque nadie puede verle. Tachánnnn. Un payaso de cara triste acciona el dispositivo. El lanzamiento se realiza con éxito. Humo de pólvora que huele a chamusquina. OOhhhh, se escucha a coro en las gradas. Atraviesa con precisión el aro de fuego simulado que sostiene un segundo payaso, éste de cara alegre. Aterriza en la red, de culo, en una increíble voltereta final. PlasPlasPlas. Un tercer payaso, el serio, lo despide con honores. El toque de trompeta, imprescindible. TuTuRuTuuu. De vuelta a su caravana el señor Buenpartido, hombre bala para los niños, se desnuda muy lentamente. Posa una mirada furtiva sobre uno de los póster que decoran el remolque, La batalla de Waterloo. Creo que ha llegado la hora de rendirme, le dice al espejo mientras pone su dentadura en un vaso con agua. Un Napoleón circunspecto, rodeado de cadáveres y a lomos de su caballo, parece haber tomado la misma decisión.
Beatriz, que sepas que me da mucha alegría cuando te reencuentro, ya sea como mencionada en micropoesía (te felicité de incógnito), o cuando leo tus relatos. Este tiene tu sello, ese universo del circo que tanto te gusta, cargado de magia, también de decadencia. Has mostrado las dos caras de la moneda: la del mayor espectáculo del mundo, con un ritmo vertiginoso de cara a la galería; y la de las bambalinas, con ese pobre hombre bala temeroso y derrotado.Y me ha encantado como lo has hecho, y por eso solo me queda desearte suerte y enviarte un fuerte abrazo. Hasta la próxima.
Lola, agradezco muchísimo tus acertadas palabras y más viniendo de una genial relatista como tú. Pues sabrás que entré a ENTC con la curiosidad de quien regresa a visitar a unos amigos que hace tiempo que no ve. Me picó el gusanillo y no me acosté la otra noche hasta que las musas me llevaron al circo. 😉
Una gozada volver a reencontrarnos. (Y ahora mismo voy a intentar localizar ese seudónimo tuyo) Un abrazo!
El retrato de un hombre que ha cumplido una labor difícil y meritoria durante largo tiempo (tanto que hasta usa dentadura postiza), y comprende que debe abandonarla porque su ciclo ha terminado, todo un signo de sabiduría, pues no necesita ser vencido y humillado como Napoleón para darse cuenta.
Me alegro de poder leerte en diferentes frentes.
Un abrazo, Beatriz
Me encanta cómo analizas y desarrollas todas tus lecturas, Ángel. Muchas gracias por estar siempre cerca. Yo también me alegro de seguir tus triunfos que por cierto, cada día son de más alto nivel. Tendré que ponerme las pilas.:)
Un abrazo!
Me ha encantado Beatriz, me ha transportado a mi época de niñez que aún sin madurez alguna, no imaginaba lo que podía ocurrir detrás de las bambalinas, que tu tan bien me has hecho ver ahora con tu relato… Felicidades y mucha suerte.. Se me olvidaba, un gran acierto las onomatopeyas, le han dado al relato vida…
Un saludo.
Nicolás, la verdad es que me pareció que imitar algunos sonidos le venía bien a la actuación circense. Muchas gracias por detenerte a leerme y dejarme unas palabras tan bonitas. Un beso!
Me encanta el mundo del circo y tu relato me ha llevado de tu mano fuera de una batalla y me ha sentado bajo una carpa.
Felicidades.
Un abrazo.
Me encanta haberte podido transportar al inspirador mundo circense, Towanda. Muchas gracias por leerme y comentar. Abrazo!
Beatríz, de un tema tan duro como son las armas has conseguido dejarnos una sonrisa, aunque sea nostálgica recordando tiempos mejores y reconociendo las propias limitaciones y la retirada ganada a pulso. Felicidades. Gloria
Gracias, Gloria, mi intención era establecer alguna semejanza entre un asunto tan complejo como Waterloo y el ingenuo y cercano mundo del circo. Si lo he conseguido me doy por contenta. Un beso!
Beatriz, has dado un giro enorme y bien ejecutado al tema del mes sin salir de él y nos cuentas las diversas caras de la misma moneda. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda, por tus palabras. Una retirada a tiempo es siempre una victoria. Un beso!
El mundo del circo siempre fascina, y tu lo has llevado a cabo de manera magnifica. Has sabido trasmitirnos esa tensión antes del lanzamiento para luego hacernos caer en la realidad de una vejez,un cansancio y una merecida retirada del escenario.
Un beso guapa.
Muchas gracias por leerme, María Belén. Me gusta que te guste. 😉
Otro beso para ti!
Muy bien, el juego de espejos y cómo introduces sutilmente la figura de Napoléon. Apuesto por estos relatos experimentales; a ver si tienes suerte y lo leemos en papel. Abrazos, Beatriz.
Me ha gustado mucho. Me parece un relato muy completo y muy bien escrito. Los payasos, sus caras, esa imagen final frente al póster, el aspecto sensorial para sentarnos en primera fila. Enhorabuena. Te deseo mucha suerte, pero no me extrañaría verlo muy arriba al final de mes. Un saludo. 🙂
Muchas gracias, Lorenzo, Juan Antonio por vuestras palabras y buenos deseos. Abrazos!
Felicidades, Beatriz! Un buen relato sobre paralelismos y tristezas. A ver si hay suerte en la repesca.
¡Muchas Felicidades!
Gracias, amigos, al final no pudo ser. Saludos!