MAY69. REDENCION, de José Manuel Molina Monclova
Me siento traicionada, mi propio esposo me había ninguneado y ahora era el hazmerreír de toda la corte. Ahora entiendo los cuchicheos y risitas en mi presencia, esas miradas burlonas, que el excusaba, no solo ha profanado nuestro matrimonio con cualquier doncella que se le pusiera a tiro, sino que además había usado mi nombre para lucrarse y facilitarle el mantenimiento de su harén personal.
Pero esto se acaba aquí, le dije a mi joven acompañante, mientras sus dos bajaban por mi espalda y se detenían en mis nalgas.
– Mañana mando que le corten la cabeza.
– Si mi princesa, pero esta noche es nuestra.