29. Bolas de papel
La calva del profesor de dibujo era la diana perfecta para lanzar sobre ella trozos de papel mojados con saliva. Las pequeñas bolas se quedaban pegadas e iban resbalando hasta el cuello antes de que el escuálido profesor se diera, pausadamente, la vuelta. Así ganábamos tiempo para guardar nuestros cañones debajo de la mesa. .- ¿Quién ha sido?.- Preguntaba, sabiendo que no iba a tener respuesta. 40 ojos grandes le observaban, ocultando risas e imaginando el momento del siguiente cañonazo. Sólo lanzábamos nuestra munición sobre ese hombre enjuto que nos tenía un miedo letal. Pronto le dispararíamos las balas de papel directamente a la cara. Su miedo nos resultaba, entonces, enormemente atractivo. Al profesor lo atropelló un coche a la salida del Instituto. Fue una gran pérdida. No pudimos volver a usar toda nuestra munición.
Ayyyyyy!!!!!!!!!! Ese era mi profe de latín!!!!!! El Garbancito!! Un hombre bueno y entrañable al que le hacían perrerías!!
No le pilló un coche, pero me imagino que habrá pasado a mejor vida. Ese, seguro, al cielo, que era más bueno que el pan!!.
Beso.
jja anda y le llamábais garbancito jajaj, bueno pues seguro que da también para un cuento. Un abrazo.
Pues tengo más protas: el meloco, el margarito, el búho, el piki… bueno, no sigo, que me pillan!!
Beso.
Joooo, qué cruel, Lourdes. Pobre profe y encima te lo cargas al final del relato. Vaya angelitos, jaaaa. Un beso.
jjaja, sii pobre. Gracias por leerlo. un abrazo
Una historia entrañable que nos deja con una sonrisa. Un abrazo, Lourdes.
Gracias Luisa, un abrazo
Un buen hombre que no merecía ese final.
Saludos.
Un relato en clave de humor, pero que demuestra toda la crueldad que pueden llegar a destilar esos «angelitos», y encima con un final trágico.
Pobre «profe», seguro que se tiene ganado el cielo.
Un beso.
Gloria
Si cuando el humor y la violencia van juntos puede resultar tremendo. muchas gracias Gloria y Virtudes por leer mi relato. Un abrazo
Hola, Lourdes.
Me
gusta, aunque parezca malvada, el final. Qué bueno, hijademivida.
Unos besos.
Gracias Towanda, un abrazo.
Lourdes, buena excusa para usar los proyectiles y mejor final. Suerte y saludos
Gracias, los míos son balas de papel pero que también hacen daño. Un abrazo.
Me has dejado a medio camino entre la risa y el susto. Original la manera de abordar los cañones y perfectamente descrita la foto que nos sugieres. Consigues que sea fácil imaginarlo. El final me ha cogido por sorpresa. Mucha suerte 🙂